EntretenimientoSeries

Merlí y sus mensajes sobre la vida y el autoconocimiento

Hoy hablamos de una de las mejores series de la Historia

Merlí es una de las mejores series que hemos podido ver sobre la mesa jamás. En esta serie asuntos como la trama o el carisma de sus personajes, aun siendo magníficos, acaban resultando casi irrelevantes cuando los ponemos delante de sus mensajes, su desarrollo psicológico y el efecto que causa en nosotros.

La premisa es muy sencilla: un profesor de filosofía, Merlí Bergeron, separado desde hace años y recién desahuciado del piso que tenía alquilado, acaba dando clases en el instituto Ángel Guimerá, centro en el cual estudia su hijo Bruno, de 16 años y que lleva muy mal estar dentro del armario… y al propio Merlí. El Ángel Guimerá es conservador, tradicional y arriesga entre poco y nada en sus métodos de educación. Por ello, cuando Merlí pone patas arriba la metodología del instituto, saltan todas las alarmas, enfrentándose a padres, profesores e incluso algún que otro alumno, mientras el resto del aula lo vitorea. Las clases de Merlí son mucho más que temario prefijado.

AVISO: Este artículo contiene una gran cantidad de spoilers de Merlí y Merlí: Sapere Aude. Ruego lean con discreción.


Como ya he mencionado antes, Merlí es un personaje que se escapa muchísimo de la convencionalidaddesafía, reta, vacila y, sobre todo, reflexiona. Reflexiona sobre si las cosas deben ser como son en este instante, reflexiona sobre si las cosas pueden o no cambiarse, sobre nuestro papel en la revolución de las redes sociales y sobre cómo vivimos expuestos, reflexiona sobre el respeto a la diversidad, sobre el respeto al físico (la gran olvidada de las obras actuales), respeto, cómo no, a la diversidad sexual, etcétera, etcétera, etcétera. Aquí adjunto una de las mejores escenas de la serie, donde, aparte del mensaje objetivo que da, incluye una durísima crítica tanto al sistema educativo como a la sociedad adulta en general.

Como podéis comprobar, Merlí es una persona de carácter extremadamente desafiante. No se achanta ante nada y tampoco quiere hacerlo, y si por el camino se la tiene que jugar hasta el extremo, se la juega (por ejemplo, durante la serie se juega en numerosas ocasiones el puesto, estando a punto de ser despedido varias veces), por lo que a veces las cosas le salen bien y otras mal. Pero el mensaje está ahí: Merlí es fiel a sus principios, y si ello conlleva desafiar al sistema y a su yugo pues a por ello va.

Para el final de la serie Merlí es amado por todos, incluso por el magnífico Eugeni Bosch, uno de los personajes que mejor desarrollo tiene durante toda la serie, pasando de ser uno de los más odiados a ser comprendido, aceptado y querido tanto por los personajes como por nosotros, los fans. Pero al principio, como bien he dicho, tiene detractores, siendo una de ellos Berta Prats, una chica guapa de la clase conocida por su más que movida vida amorosa y sexual, así como por estar con Pol Rubio al principio de la serie. A Pol mejor le dedicamos parte del texto más adelante.

Francesc Orella
Francesc Orella Pinell, intérprete de Merlí en la serie homónima y en Merlí: Sapere Aude durante una escena.

Berta es una chica que padece un problema serio de atención. Si algo tiene Merlí es que es una serie que no se anda con paralelismos, alegorías, representaciones ni referencias. Prefiere impactar con la menos vistosa realidad antes que con una impactante falsedad. Y es por eso que Berta sufre de esto al tener una hermana pequeña que saca buenas notas, realiza actividades extraescolares y es alabada por todos, entre ellos su madre, mientras que Berta no es más que una chica que va a su bola, que no quiere saber nada de su madre y que va justa en las calificaciones. Evidentemente, todos los ojos de la familia están puestos en su hermana, lo que hace que Berta se sienta, como poco, desplazada. Ello le lleva a hacer cosas poco habituales, tales como fingir un embarazo cuando Pol pretendía dejar su relación con ella o fingir que su padre le ha retorcido la muñeca, mientras lleva una gran venda en la mano a clase, con el claro objetivo de que la gente se fije en ella, le pregunten y, sobre todo, se apiaden de una víctima de abuso familiar, pues ello le dará atención. Con esto por delante, suponemos que Berta le tiene asco a Merlí por ser, precisamente, el centro de atención de la clase, de su novio y de sus amigos.

Podría hablar de todos los casos de todos los alumnos, pero, por desgracia, se alejaría mucho del tema, así que vamos al más interesante e importante: Pol Rubio.

Pol Rubio es el modelo de estudiante que está cogiendo la plaza de la educación pública para nada. No toma apuntes y ha repetido dos cursos. Eugeni Bosch, uno de los profesores más conservadores del instituto, le tiene manía y así pasa también, aunque en menor medida, con el resto de profesores. Pol sólo es aceptado en clase por sus compañeros y amigos, mientras que nadie confía en sus aptitudes.

Carlos Cuevas
Carlos Cuevas Sisó, intérprete de Pol Rubio en Merlí y Merlí: Sapere Aude.

Pol vive junto con su padre Alfonso y su hermano Óscar en el piso de su abuela. Óscar trabaja de mecánico, casi siempre es el único que trabaja y dejó los estudios para ponerse a traer dinero a casa, para que Pol no tuviera que hacerlo en su lugarpues su padre siempre le recuerda que Óscar era mucho mejor estudiante que él, y que lo dejó todo para que él pudiera estudiar. Alfonso trabaja en empleos temporales cuando salen, y, de mientras, se queda en casa viendo la tele y exigiéndole imposibles a sus hijos. Pol está presionado por ambos lados, la única que no lo presiona es su abuela, propietaria de la casa en la que vive y la cual muere eventualmente, dejando a la familia sin casa. Pol dejó Bachillerato al acabar 1º, pero Merlí le insistió para que volviera, porque era un buen estudiante de filosofía, porque le interesaba la asignatura y porque quería ser profesor, cosa que acaba consiguiendo.

Merlí es el único que confía en Pol. Pol logra terminar Bachillerato tras deliberar dejarlo, incluso haciéndolo eventualmente, y cuando viene el momento de plantearse estudiar una carrera, la de Filosofía, la de su maestro y mentor, Merlí, inesperadamente y en fin de curso, muere.

Este golpe de la vida puede haber sido el peor para Pol. Imaginad que estáis siguiendo un sendero delgado, junto a un precipicio, en el que un paso en falso supone la caída. Imaginad que, de repente, una niebla cubre todo el sendero. No ves nada, y un paso en falso implica la muerte. Esto sufrió Pol al morir Merlí.

Pol ni se plantea ir a la universidad. Tras acabar Bachillerato se pone a trabajar en un parking, y parece que todo le va bien: gana dinero, tiene estabilidad y, de paso, folla con las clientas. Debemos tener una cosa en cuenta antes de seguir: en la anterior serie, Pol estaba en el instituto, con sus colegas de toda la vida y con vida de adolescente. Ahora Pol se ha convertido en un adulto.

Sin embargo, Bruno, el hijo de Merlí, sigue en su vida. Prefiero explicar esto ahora.

Bruno es gay, y desde hace mucho tiempo está enamorado de Pol, hasta el punto de tener, durante Merlí, algunos encuentros sexuales con él, incluyendo un trío con Tània Illa, mejor amiga del primero y exnovia del segundo, suponiendo esto una escena de liberación y desate de la relación que existía entre los tres. Bruno sigue detrás de Pol, y el tira y afloja de estos dos estará presente durante toda Sapere Aude, ya que Pol tendrá varias parejas durante las dos temporadas que dura la serie. Antes de ver Sapere Aude vimos Merlí, y Merlí acababa mostrando que, siete años después de la muerte de Merlí, Bruno y Pol no solo están juntos, sino que pretenden casarse. Es por ello que en este spin-off vamos viendo lo que va acaeciendo hasta llegar a ese punto.

Bruno le presiona a que estudie la carrera, que pida una beca. Sí, tienes que aprobarlo todo, pero tienes una oportunidad, así que aprovéchala. En la carrera encuentra muchas cosas: amigos, amores no correspondidos, relaciones correspondidas pero que no eran sanas… y el VIH.

Merlí Sapere Aude
Sapere Aude es la perfecta representación de que la vida contiene placeres asombrosos y golpes de los más duros.

Pol, durante Merlí, trabajó en un supermercado, donde conoció a Efra, otro dependiente con el que mantuvo algunas relaciones sexuales. No usaron condón. En Sapere Aude, Efra le cuenta a Pol que conoce que es seropositivo desde hace unos meses, y que sería conveniente hacerse la prueba. Al ir a la farmacia a hacerse la prueba, esta sale positiva. Todo el mundo de Pol se desmorona, el miedo se apodera de su cuerpo y de su mente y para él todo da un giro de 180º.

Este hecho no está aquí por nada. El VIH ha entrado en la vida de Pol para normalizarlo y desestigmatizarlo. El VIH ya no es una enfermedad tan mortal como lo era hace años, ni corresponde únicamente a hombres homosexuales o drogadictos. El VIH es una enfermedad infecciosa como todas las demás, no suponen un estigma ni, por supuesto, una discriminación. Y Sapere Aude es un viaje a la vida adulta para Pol en todos los sentidos posibles.

En las obras de Merlí los personajes (incluido el propio Merlí) experimentan por un proceso de autoconocimiento experimentando cosas que, realmente, nunca sabían que iban a experimentar. Igual es algo utópico, pero Iván descubrió que no era ese monstruo que se consideraba cuando una estudiante del MIR prácticamente le tiró del brazo para llevárselo a su piso y hacer un trío con él y con su compañera de piso. Pol descubrió las inclemencias de la vida cuando el VIH apareció de sopetón en la suya.

La vida son idas y venidas, en las cuales unas veces estamos arriba y otras veces estamos abajo. Lo importante de todo esto es que debemos ser buenos con nosotros mismos. Es un mensaje propio del calendario de la panadería o de ese perfil de Instagram al que seguimos. Pero es que esa es la realidad. Cuando pasamos por delante de algo tantas veces el cerebro tiende a ignorarlo sistemáticamente. Y quizá la solución siempre ha estado delante de ti.

Merlí no es un viaje sólo de ida: es un tren en el que puedes subir las veces que quieras. Y lo más seguro es que, cada vez que te subas de nuevo, veas algo que la primera vez pasaste por alto. Yo tomé el tren tres veces y no tengo intención de dejarlo ir.

Manuel Hernandez

Puede que ahora sólo esté buscando ese juego que me devuelva a lo que sentí con Twilight Princess cuando sólo era un enano. De mientras me entretengo llevándole la contraria a la gente sobre Breath of the Wild.
Botón volver arriba