A Netflix siempre le han llovido críticas por cancelar series muy buenas (el público destaca el caso de Mindhunter con apenas dos temporadas siendo, por opinión prácticamente unánime, una de las mejores del catálogo [estoy a la espera de comprobarlo]) y continuar series que simplemente funcionan, sin tener una calidad sobresaliente o que haga destacar la obra dentro del catálogo. Hoy vengo a hablar de una producción de buena calidad que, además, ha confirmado una parte 3. Estoy hablando de Lupin, la serie policíaca y thriller protagonizada por Omar Sy que es, como mínimo, más que interesante. 10 episodios que se pasan volando.
AVISO: Este texto contiene spoilers de todos los capítulos hasta la fecha de Lupin. Ruego lean con discreción.
Lupin, Parte 1: Babakar Diop
La primera parte de Lupin puede ser perfectamente la base de la historia de la serie. Assane Diop, representado por Omar Sy, es un chico negro criado por su padre, Babakar Diop, el cual está al servicio (por decirlo de alguna manera, ya que el racismo es un tema recurrente en esta primera parte) del empresario multimillonario Hubert Pellegrini, el cual, posteriormente, le incrimina el robo de un collar de alto valor para encarcelarlo, dejando a un joven Assane a su suerte.

Babakar se suicida en la celda. Assane queda huérfano. En este contexto, y con el previo regalo de su padre de un libro de Arsène Lupin, Assane empieza a sacar su lado picarón y a imitar a su ladrón de guante blanco favorito, no sin cagarla por el camino. Pero la cosa de adulto cambia, ya que se propone que Pellegrini pague por lo que hizo.

Con este contexto, que se desarrolla poco a poco con el paso de los capítulos, vemos cómo las investigaciones de Assane tocan todos los palos; desde manejar la suplantación de identidad (se hace pasar por trabajadores de multitud de gremios e incluso se inventa identidades) hasta el secuestro (mantiene al comisario de policía Gabriel Dumont secuestrado para hacerle preguntas sobre Babakar), todo ello con la policía investigándole, pues un tal Paul Sernine y otro fulano llamado Luis Perenna (anagramas de Arsène Lupin ambos) han estado implicados en el robo del colgante de María Antonieta, valorado en millones de euros, durante una subasta a cargo de la Fundación Pellegrini, propiedad de Hubert Pellegrini y su hija, Juliette Pellegrini. A partir de aquí, y en base a investigaciones de Assane con su colega de toda la vida Ben, se dan cuenta de que Pellegrini esconde muchas cosas. Y así discurre la temporada… hasta que sucede algo.
Assane tiene un hijo y una ex. Claire es la madre de su hijo Raoul, con la cual se lleva muy bien. Ni qué decir tiene, en estas condiciones, que lo ve cuando quiere sin problema. Un día se van en familia a El Havre en el cumpleaños de Raoul, el 11 de diciembre, mismo día de nacimiento que Maurice Leblanc, creador de Arsène Lupin. Como se puede ver ya en estos detallitos, la serie es algo fantasiosa y no busca ser totalmente realista, ya que hay algunas cuestiones argumentales que podrían catalogarse incluso de deus ex machina. ¿Es algo malo? Pues no, ya que, al fin y al cabo, Arsène Lupin también es una obra ficticia. ¿Qué sucedió en El Havre? Que todos iban vestidos como Leblanc, por lo que un matón de Pellegrini secuestra a Raoul. Pellegrini está jugando al margen de la ley aprovechando su situación social.

Esta primera parte nos dejó ver las bases de la serie de George Kay. Vemos el protagonismo del racismo, vemos la crítica al dinero y al poder, vemos que Assane es un auténtico profesional del engaño y también vemos el peligro que conlleva a una persona con familia enfrentarse a la aristocracia, que puede hacer lo que le dé la gana con completa amnistía.
Lupin, Parte 2: Assane Diop
Como no podía ser de otra manera, el cliffhanger de la temporada pasada fue que cortaban en mitad del secuestro de Raoul, por lo que al comienzo de esta toca encontrarle. Assane conoce a Léonard, el matón de Pellegrini, y le pone cara al que está detrás de todo este complot. La serie toma un tono más oscuro y serio a partir de aquí, sin ser en ningún momento una serie para adultos o de contenido intenso.
Una vez Raoul a salvo, lo que queda es ir a saco a por Pellegrini, que es el verdadero cerebro detrás de toda esta movida, lo que genera ingenio tras ingenio en la serie, ya que Assane y Ben deben buscarse la vida para poder atacar a Pellegrini, pues Assane y él están jugando al tira y afloja todo el rato, a ver quién la caga antes.
Lupin no es una serie humorística. Lo que la caracteriza no son ni chascarrillos ni chistes malos, aunque su título de serie desenfadada no se la quita nadie. Como digo, no es una serie intensa para el espectador, no tiene apenas escenas impactantes o duras y lo más atractivo de ella es el ingenio detrás de cada paso que da Assane. Y eso es lo que la hace grande.
El final de temporada es una completa locura. Pellegrini por fin acaba detenido, junto a Dumont, que estaba jugando a dos bandas, entre la policía y como chivato de Pellegrini, y Assane acaba escapándose. Pero ha tomado una decisión: debe desentenderse de su familia un tiempo.
Así, tal cual. La primera parte nos mostró a un Assane cabezón, casi prepotente en el sentido de que siempre se quería salir con la suya y, en definitiva, en pleno derroche de ego (nada tóxico, eso sí), mientras que la segunda nos plantea un Assane con miedo, arrepentido (se le nota lo mucho que le afectó que sus chanchullos personales afectaran a su hijo hasta el punto de ser secuestrado) y con intenciones de que sus seres queridos estén a salvo. Y con estas nos dejan hasta que Netflix suelte la Parte 3.
Quiero más Lupin
Simple pero eficaz. Lupin es una serieaza del titán rojo. Que se haya renovado es un alivio, ya que ver semejante final sabiendo que hay una cancelación detrás me habría dejado muy pero que muy frío. Como suposición personal (y partiendo de que el propio George Kay ha manifestado que estas primeras partes son sólo el principio), Lupin puede ser una serie muy larga que puede mantener la calidad perfectamente. La premisa mezcla varios conceptos muy interesantes que, llevados adecuadamente y sin prisa (muy importante esto último) puede darnos una de las mejores series del catálogo de Netflix y de la televisión en general. Veremos cómo avanza el asunto, pero sólo diré que para esta Parte 3 Netflix se está tomando más tiempo del que se tomó entre las dos primeras. Estoy frotándome las manos y creo que todos los demás que la han visto están igual. Hype por las nubes.