En España nos gusta el deporte, es imposible negarlo. Es verdad que el fútbol se lleva la mayoría de la atención, pero eso no resta cómo el resto de deportes han llegado a tener una relevancia en nuestro país, en especial cuando los jugadores profesionales logran algún hito. Y no hay mejor sitio para esto que las olimpiadas, el evento por excelencia que se celebra cada cuatro años, para fijarse en estos equipos que compiten por ser los mejores del mundo.
De eso trata 42 segundos, la nueva película de Dani de la Orden, que narra los acontecimientos ocurridos en las olimpiadas de 1992 que tuvieron lugar en Barcelona. Dentro de todos los deportes donde España participaba, no había mucha esperanza por el equipo de waterpolo. En primer lugar, por la popularidad del deporte en sí comparado con otros, pero también por la diferencia de nivel entre éstos y las selecciones de otros países. Pero aquí el foco no es el deporte en sí, sino los jugadores.
Una selección híbrida
Aunque las interpretaciones de Álvaro y Jaime son excelentes y creo que dan mucha vida a estos personajes, se siente como una historia algo vacía
La película comienza cuando el entrenador y seleccionador del equipo nacional de waterpolo es cambiado por Dragan Matutinovic. Su primera acción es simple: juntar a los fuertes e inexpertos jugadores madrileños con los astutos y experimentados catalanes para lograr una composición de equipo decente. Así, estos dos grupos, que ya han tenido peleas en el pasado, deben convivir y trabajar en equipo si quieren ver su sueño cumplido.
Pero en lo referente al waterpolo y los partidos en sí no vemos mucho. Excepto una buena parte de la película que trata sobre su entrenamiento en Andorra, que ocupa fácilmente más de un tercio de la misma, casi todo el tiempo estaremos viendo la evolución de Manel Estiarte, capitán de la selección, y Pedro García Aguado, una de las estrellas del equipo.
Si buscabas una película de deportes, donde se vean a fondo los partidos, este no es tu sitio. 42 segundos está mucho más centrada en contar la historia de sus integrantes, o para ser más específicos de sus capitanes, que de mostrar las victorias que fue acumulando la selección española durante las olimpiadas de ese año. Algo que se agradece, porque si no quizás estaríamos más cerca de un documental histórico que de una película en sí misma.
Dos caras de la misma moneda
Teniendo en cuenta que el principal foco de 42 segundos se sitúa exclusivamente en los dos protagonistas, es importante hablar de ellos. El resto de personajes cumplen un papel secundario como mucho, bastante alejados de la trama.
Estos dos protagonistas, Manel y Pedro, interpretados por Álvaro Cervantes y Jaime Lorente respectivamente, se presentan como opuestos de la historia. Manel es un veterano especializado en el conocimiento del deporte, mientras que Pedro es una joven estrella con mucha fuerza. Manel solo piensa en ganar y ser mejor jugador, mientras que Pedro usa el waterpolo como una fuente para desahogarse y divertirse.
Todo esto crea una rivalidad entre ambos, que poco a poco se convierte en amistad. Aunque las interpretaciones de Álvaro y Jaime son excelentes y creo que dan mucha vida a estos personajes, se siente como una historia algo vacía. Sus objetivos son diferentes, y aunque para uno de ellos ganar el mundial lo es todo, el otro protagonista tiene un conflicto con mucho más trasfondo, uno que no se soluciona ganando una medalla olímpica. Esto provoca que el personaje de Pedro, aunque tiene una evolución mucho más interesante que la de su compañero, termina sin un final, dejando en el aire todo lo que se había construido durante la película.

Aún con esto, la película sabe provocar suficiente interacción entre el equipo de waterpolo para que todo ocurra de forma dinámica. Aunque el resto de jugadores no tienen ninguna trama más allá de llegar a estar clasificados para formar parte de la selección, sus diálogos ayudan a quitar al dúo protagonista la carga de caer en la repetición.
El sacrificio de una selección
42 segundos sigue un ritmo un poco extraño. Aunque siempre tenemos a estos personajes como foco, durante el primer tercio se centra mucho en la parte deportiva de la historia y cómo la selección se prepara para las olimpiadas. Casi recuerda al arco de entrenamiento de un anime. Incluso tenemos al entrenador que hace ir a los jugadores por encima de sus límites, hasta niveles extrañamente romantizados, donde se llega a la lesión de muchos de los jugadores.
En cambio, lo que es waterpolo, vemos poco. Ningún partido se enseña más de un minuto excepto la gran final, lo cual es una pena, sobre todo cuando vemos precisamente este último partido. La acción es constante, el partido es emocionante y funciona muy bien para cimentar los arcos de los personajes. Se me hace extraño que no se hayan aprovechado más estos momentos precisamente para señalar las diferencias y parecidos entre Manel y Pedro.
Quizás el problema era no crear una película más larga; eso sí, creo que alguno de los muchos planos de los jugadores entrenando termina sobrando y caen en la repetición. Un aspecto que probablemente venga de la dualidad de querer contar esta hazaña deportiva mientras cuentas una historia aparte.

Conclusiones
Tengo un pequeño sabor agridulce con 42 segundos. Por una parte creo que es una película con una premisa original, que cuenta unos eventos históricos deportivos centrándose en especial en alguno de los deportistas. Además que se preste atención a un deporte que solemos ignorar es algo que se agradece mucho y sienta como una brisa de aire nuevo.
Por otra, siento que al final los personajes secundarios sobran demasiado. Uno de los pocos personajes femeninos que aparecen solo sirve para enlazar a Pedro al mundo de las fiestas y las drogas, sin tener ningún otro tipo de relevancia. Incluso el propio Pedro se siente a medio cocer con un final tan abierto que no resuelve ninguno de sus conflictos reales.
Al final del día creo que 42 segundos es una película interesante que, además, te cuenta una historia del deporte español que quizás no conocías. No rompe nada nuevo, ni manda ningún tipo de mensaje o trata ningún tema de una forma muy profunda, pero cumple lo suficiente para mantenerte viéndola durante toda su duración.
42 segundos
Puntuación Final - 6.5
6.5
Interesante
42 segundos cuenta una historia deportiva desde una perspectiva centrada en dos de los componentes del equipo. Quizás se queda a medias en algunos puntos, pero no deja de ser entretenida.