Avances

ScourgeBringer – Primeras Impresiones

Cómprate un par de mandos de repuesto, los vas a necesitar

Cuando creemos que el mercado indie y su infinito repertorio de rogue likes y rogue lites no puede dar más de lo que ya está dando, llegan los de Flying Oak Games y E-Studio para ofrecernos una propuesta que gustará sí o sí a própios y extranos del género. Combinando lo mejor de varios juegazos indies de los últimos años, este ScourgeBringer apunta al éxito rotundo. Aquí os contamos qué nos han parecido las primeras versiones del acceso anticipado.

Una especie de máquina infernal llega a nuestro mundo destruyéndolo y arrasándolo a base de bien, se forman unos clanes de personas dispuestas a entrar en ella y apagarla, pero nadie regresa. Nosotros encarnaremos a Kyhra, la guerrera más fuerte y la única capaz de reventar la maldita máquina asoladora de mundos.

Ese es el argumento de ScourgeBringer y no necesitamos más, se trata de una mera excusa para ir por ahí apalizando a todo lo que se mueva, aunque no quiero descartar que en futuras versiones del juego esta historia se pueda profundizar. De esta forma, entraremos en la máquina y recorreremos sus tres mundos disponibles hasta el momento, destruyendo a sus correspondientes mini-jefes que nos abrirán el camino a los jefazos para así superar el nivel.

Una habitación normal en cualquier nivel del juego. Plataformas por las que danzar con nuestro dash y doble salto mientras los enemigos nos disparan. También hay algunos obstáculos que esquivar como unos pinchos que salen del suelo.

 

Si te encantó el combate brutal de Dead Cells, disfrutaste con el plataformeo extremo de Celeste y además te encanta el género rogue lite y metroidvania, vas a encontrar en ScourgeBringer una mina de oro y posiblemente una futura obra maestra.

El juego se desarrolla en niveles generados aleatoriamente, donde al entrar en cada habitación se nos obligará a acabar con todos los enemigos si queremos avanzar. Estos nos darán sangre (la moneda del juego) con la que comprar nuevas armas y objetos, y además, tendremos habitaciones que nos darán a elegir entre varias habilidades especiales. Eso sí, aún no hay muchas y las que hay no parecen tener un impacto significativo en la partida.

Hasta aquí todo como cualquier rogue like, pero lo gordo llega a la hora de pelear con los enemigos. El combate se desarrolla de manera rapidísima y desafía nuestros reflejos poniéndolos al límite. Tendremos que acabar con los enemigos rápidamente mientras sube nuestro contador de combo, a la vez que impedimos que se llene la pantalla de proyectiles, convirtiendo el juego en casi un bullet hell.

En el segundo mundo aparecerán enemigos que nos disparan con rayos láser de la muerte. Aunque aguantamos un número determinado de golpes (que puede aumentar) será imprescindible aprender a evitar cada uno de los ataques que caerán sobre nosotros.

Para ello nos serviremos de nuestro dash, que nos permitirá estar casi todo el rato bailando en el aire de enemigo en enemigo y también servirá para refugiarnos rápidamente en las plataformas, esquivando así los disparos. A su vez utilizaremos una poderosa espada y un arma a distancia que se recarga conforme repartimos caña con la primera. Este sistema de combate nos resultará increíblemente difícil en las primeras partidas, pero una vez nos acostumbremos ScourgeBringer se transforma en uno de los juegos más satisfactorios que hay.

Tendremos que acabar con jefes intermedios que nos abrirán la puerta a los jefes finales, y estos serán nuestros mayores desafíos. Aún hay muy pocos y no son aleatorios, pero sí que nos exigirán aprender con total precisión sus patrones de ataque. Porque además resulta que el juego no nos da ningún mecanismo de defensa, salvo un aturdimiento que podemos aplicar realizando un buen combo con el ataque fuerte de la espada, algo que será fundamental aprender a masterizar de cara a triunfar contra los jefes.

Estos jefes nos darán otro tipo de moneda especial que podremos canjear por habilidades pasivas cuando muramos. Sin embargo, sucede lo mismo que con las armas y objetos que podemos comprar con la sangre, o con las habilidades que encontramos en las habitaciones; y es que no se aprecia una gran repercusión de estas habilidades en el juego.

El juego nos muestra uno de los mejores pixel art que se pueden ver en un indie. Mostrando un arte que sin dejar de ser minimalista es tremendamente bonito y agradable, no solo en los niveles, si no también en las cinemáticas que presenta el juego. Pero lo que más destaca son las animaciones tanto del personaje principal como de los enemigos, enemigos que en cada nivel serán distintos.

La banda sonora es poco más que estupenda, mientras la acción está tranquila, el juego nos regala pegadizas melodías atmosféricas, pero a la hora de entrar a la acción sonarán unos temazos metaleros dignos del mismísimo Doom, lo que contribuye a crear una atmósfera brutal en los combates y a hacerlos aún más satisfactorios si cabe.

Aunque en este early access siempre nos aparecerán los mismos jefes en cada nivel, cada uno de ellos son un completo desafío y nos llevará cientos de intentos acabar con ellos.

Poco más se puede decir de ScourgeBringer por ahora. Solo tenemos tres niveles con pocos jefes, una jugabilidad brutal y un repertorio de habilidades y objetos que no termina de cuajar. Es un early access en una fase muy temprana, pero viendo lo adictivo y maravillosamente jugable que es, no puedo hacer otra cosa que no sea recomendarlo.

Por solo 14,99 € podéis haceros con el en Steam, aunque también está disponible en GamePass. Echadle un ojo y seguídle la pista, porque de aquí puede salir una verdadera joyita.

Nukem

Ingeniero informático, en el mundo de los videojuegos desde que cogí la escopeta de doble cañón en DooM 2 y muy fan de los First Person Shooter clásicos. System Shock 2 es el mejor juego de la historia.
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