El juego indie Fellowship está cada vez más cerca de su lanzamiento final y se alza como una llamativa opción dentro de su subgénero. Y es que muchas veces no hay nada mejor que una buena pandilla de compañeros con la que hacer frente a cualquier cataclismo en un mundo de fantasía medieval. De eso va Fellowship, un bullet hell que, con una fase beta muy avanzada, se postula como un juego interesante de cara a su lanzamiento en noviembre (sin fecha exacta todavía).
El nicho de los roguelike – bullet hell ha crecido mucho gracias al fenómeno reciente de títulos como Vampire Survivors, que ha sido una puerta de acceso para nuevos jugadores al género. ¿Y qué es lo que hace especial a Fellowship? Que no controlaremos a un solo personaje, sino a una party de cinco miembros de manera simultánea. Además, podremos realizar vistosos ataques combinados gracias a las sinergias que poseen entre ellos.
Fellowship es un juego desarrollado por Elraim Studio y, aunque ya tiene su demo disponible en Steam, en NaviGames hemos tenido acceso a una clave del juego a través de Keymayler para disfrutar de su experiencia completa. Todavía tiene aspectos que pulir, pero sus mecánicas y premisa se muestran muy prometedoras, y eso es lo más importante para un juego que todavía está en desarrollo. ¡Es hora de desgranar Fellowship paso a paso!
Una party de hasta cinco miembros
Se trata de la característica más especial de Fellowship. Controlaremos hasta a cinco personajes a la vez durante la partida, algo que le otorga varias capas de complejidad a la estrategia en el juego, ya que tendremos que adaptarnos a las características de los miembros que se vayan uniendo a nuestro equipo para obtener el mejor resultado posible. Al principio puede resultar caótico, pero una vez nos acostumbramos, es posible manejar a todos los miembros del equipo con astucia y destreza.
Este juego hace volar el tiempo
Comenzaremos cada run eligiendo un personaje de entre 3 héroes al azar de los que tengamos disponibles. Cuando elijamos el que más nos guste, nos arrojarán al terreno de batalla, y conforme subamos de nivel, podremos mejorar las habilidades exclusivas de cada luchador, escoger mejoras de equipo como la velocidad de movimiento o el radio de atracción de objetos, o podremos pedir a un nuevo miembro que se una hasta que completemos nuestro quinteto.
En cuanto a los controles, solo podremos manejar con precisión a nuestro personaje principal y al resto del equipo lo manejaremos «en colmena», pero podremos rotar entre cualquier personaje del equipo para usarlo como protagonista. Los demás héroes se ubicarán a nuestro alrededor según la formación que escojamos: en cruz, en pinza o en línea, algo que se puede modificar con el botón de tabulado y que podemos verlo en la parte inferior derecha de la interfaz de juego. Además, también podemos aumentar o reducir la distancia entre nuestros héroes, según queramos ampliar los radios de ataque, o comprimir la formación para una mejor defensa.

Fellowship, enemigos por doquier
Este es quizá uno de los puntos en los que Fellowship requiere de más balanceos. Los enemigos nos atacarán con diversas oleadas que se volverán más duras conforme pasemos más minutos en el juego. Mientras tanto, nuestro personaje, que ataca automáticamente, deberá acertar sus ataques para ir eliminando enemigos con los que obtener la experiencia necesaria para subir de nivel. Cada enemigo que eliminemos, soltará una piedra que, al recogerla, nos dará esos puntos imprescindibles para aumentar nuestro poder en cada partida.
Fellowship tiene aspectos que pulir, pero sus mecánicas y premisa se muestran muy prometedoras
Sin embargo, tal y como mencionamos, todavía necesita equilibrar el daño de ciertos enemigos, así como el de los héroes. Uno de los puntos fuertes de los héroes es que, por su diversidad de habilidades, sus habilidades se complementan mucho en equipo, pero también tiene la repercusión negativa de que es difícil avanzar usando un personaje que no sea DPS; si empezamos con alguno de los héroes con habilidades de tanque, de apoyo o cura, nos convertiremos en la cena de las bestias en pocos minutos, especialmente tras superar el primer nivel y experimentar su curva de dificultad.
Por otro lado, las mejoras de velocidad son imprescindibles en Fellowship, porque los enemigos serán cada vez más veloces y no podremos huir de ellos fácilmente, o no tendremos la velocidad necesaria para reaccionar a los proyectiles que ciertos enemigos puedan lanzarnos en el juego. Podría tratarse de algo complementario para mejorar la experiencia, pero realmente es una mejora imprescindible, y da la sensación de que no es intencionado y que Fellowship aún requiere de más equilibrio. Eso sí, tratándose de una versión beta, se comprende que aún quede trabajo por delante antes de sacar la versión final.

El poder de las sinergias
Este es otro de los aspectos más característicos de Fellowship. El juego es consciente de que las comparaciones son odiosas, y es por eso que han añadido otros elementos para diferenciarse de la gran sombra de Vampire Survivors en este nicho. Las sinergias, por ello, son una de las grandes bazas que este juego posee, ya que nos permiten activar habilidades combinadas de distintos personajes de nuestro equipo para realizar ataques devastadores contra los enemigos.
Se trata de una mecánica muy divertida y que le da profundidad al juego, porque, cuando tengamos a ciertos compañeros en el equipo, si desbloqueamos las habilidades concretas que se combinarán con las habilidades de otro héroe del equipo, su sinergia será poderosa y podrá sacarnos de grandes apuros. Esto incentiva a que tratemos de cuidar siempre a todos los miembros del equipo, ya que una baja, además de perder a un compañero en batalla, implica perder la sinergia que habíamos logrado desbloquear. Eso sí, como los niveles cuentan con altares de resurrección, también podremos recuperar a esos importantes compañeros caídos.

Mejorando a los personajes
Como en todo roguelike que se precie, la mejora de los personajes es fundamental para seguir progresando en nuestras runs. Fellowship permite mejorar individualmente a cada uno de los personajes disponibles, pudiendo aumentar sus estadísticas base o potenciar sus habilidades especiales. Para ello, tendremos tres maneras distintas de subir su destreza en combate: con mejoras de equipamiento, con gemas mágicas, o usando el oro para incrementar las habilidades especiales de cada personaje.
Llevar a cabo estas mejoras es casi imprescindible para poder enfrentarse a los retos de los niveles que vayamos desbloqueando. De hecho, incluso el juego a veces obliga al jugador a repetir niveles ya superados para poder farmear más objetos de valor que nos permitan afrontar los nuevos retos. Es posible que la curva de dificultad sea demasiado elevada, porque se sentiría mucho más natural para el juego que podamos obtener recursos con más facilidad, o bien que los desafíos posteriores no se vuelvan tan obtusos.
Un ejemplo sería el segundo nivel, en el que unos enemigos lanzan piedras en llamas usando una honda como lanzaproyectiles. Si nos internamos en ese nivel sin mejorar la armadura, recibir un solo impacto puede eliminar casi toda la barra de salud del héroe herido por un altísimo daño por quemaduras. Es evidente que el juego necesita de equilibrar ciertos enemigos, pero igualmente se antoja como algo fundamental que vayamos usando el dinero y objetos obtenidos en potenciar a nuestros héroes para facilitar las aventuras.

Conclusiones
Tratándose de un juego que no está terminado, no sería justo hablar de aspectos en los que todavía falla. Seguramente la versión final esté mucho más pulida, y teniendo en cuenta muchos de los buenos detalles que posee Fellowship, cabe esperar que cuando el juego esté listo, ofrezca una experiencia de lo más deliciosa. Como buen roguelike que se precie, este juego hace volar el tiempo, y elementos como las sinergias hacen que la experiencia se sienta única y muy divertida. Si todo va según lo previsto, este juego saldrá en noviembre, y podremos descubrir la experiencia definitiva que Fellowship ofrezca a sus jugadores.