Avances

Impresiones de Darkest Dungeon II

Un carromato que sigue la senda del imperante Roguelike

Darkest Dungeon tuvo una impactante primera entrega en 2015. En ella se mostraba una reinvención de un género que apostaba por un característico estilo visual y una serie de mecánicas que edulcoraban un sistema de combate plenamente profundo y repleto de detalles. Éstos se palpaban en las conversaciones de nuestro grupo de personajes, en sus enfermedades, carencias y virtudes y, sobre todo, en aquellas mazmorras que protagonizaban los mejores momentos del título.

Hoy por hoy, ya está disponible la nueva entrega de la saga Darkest Dungeon, y esta vez en forma de una secuela que apuesta por desaprender todo lo implementado y lucir el más puro estilo roguelike, una fórmula que regresa y que vamos a analizar en los siguientes párrafos.

Darkest Dungeon era una saga completamente orientada a tomar sacrificios que decidiesen el futuro de nuestros héroes, unas veces necesarios, otras veces erróneos y otras veces acertados. En esta nueva secuela que está en Early Access, Darkest Dungeon II ha tomado una serie de decisiones por nosotros y ha orientado su diseño a una mayor accesibilidad del usuario, cosa que está bien en favor de los nuevos usuarios que viniesen con el lienzo completamente en blanco, pero resulta triste de cara a los que queríamos más y mejor de lo mismo. Me adentro en ese segundo grupo de personas y, en parte, asumo que es culpa nuestra por pedir continuidad a algo que no tiene porque tenerla.

Nuestros héroes alcanzarán diversos vínculos que nos ayudarán en batalla.

Creo que el título defendía y otorgaba al jugador una serie de mecánicas en favor de unos valores como el esfuerzo, el sacrificio, el trabajo y el buen hacer, que son difíciles -que no imposibles- de aplicar en un roguelike sobre railes que resulta repetitivo y cansino de jugar. Y esto no lo digo porque el juego sea malo; las comparaciones son odiosas y es bastante notable el recorte que porta el título con respecto a sus precuela y  competidores, pero sigue contando con una propuesta sólida, completamente detallada y un estilo visual de escándalo que esta vez opta por un 2.5D.

De nuevo, es difícil no compararlo con su predecesor. Tiene menos opciones, no cuenta con un lobby donde poder gestionar los detalles, habilidades y características de nuestro grupo -esta vez lo haremos sobre la marcha- y, además, aburren bastante los trayectos entre localización descubierta y localización a descubrir.

El diseño de los enemigos es insustituible.

El punto positivo de todo esto es que esta vez encontramos un juego más cercano a los ratos muertos que el anterior, pues en 10 minutos puedes comenzar un partida y dejarla en el momento que quieras para poder retomar tu viaje en cualquier momento. Jugaremos en base a una acción rápida, profunda y detallada y no a una estrategia lenta y minuciosa, pero no podremos quitarnos de la cabeza el sabor amargo al pensar que estamos más próximos a una revisión fanmade de un título exitoso que a una secuela; una que pretende ser un antónimo de lo que fue y que, en favor de diversos usuarios que busquen una acción más directa y menos pausada, puede funcionar bastante bien, pero debo decir que dentro del nicho del mismo, esta parte de su comunidad es una minoría.

Pero no todo es un paso atrás y es que, aunque esto sea una mera opinión de otro jugador más, el título regresa enmascarado en un aspecto deslumbrante -paradigmático teniendo en mente la oscuridad que presenta el mismo- y con una calidad gráfica completamente acorde a la propuesta presentada. No podrían sentarle mejor esos contrastes, esos colores y esos personajes que, de nuevo, vuelven para ser desconocidos sin nombre que morirán y serán reemplazados por otros.

Las cinamáticas son completamente artísticas.

Mantiene su esencia artística como nunca, y eso no se lo podemos quitar. Un trabajo sonoro y gráfico que dice mucho del gusto y criterio de Red Hook Studios y que nos asegura que estamos jugando una nueva forma de enfocar la aventura que nos presentaron aquellas oscuras mazmorras de 2015, donde trampas, enfermedades, y enemigos asolaban la esperanza de nuestro grupo de héroes.

Esta vez, Darkest Dungeon presenta a un grupo de cuatro héroes que nos sonará enormemente y que irá creciendo partida a partida en favor del propio avance del juego. Seguiremos contando con un combate por turnos y posiciones de la misma forma estratégica que presenciamos en el primero con la suma de los vínculos y abrumados por la esperanza o desesperanza que el entorno y la llama otorgue a nuestros luchadores.

Darkest Dungeon II muestra una nueva forma de ver un mismo universo. Un universo en crecimiento y en desarrollo que aún tiene que madurar, y un nuevo concepto, un punto de vista que, gustándonos más o menos, puede llegar a afianzar al jugador cuando nos damos cuenta que estamos jugando una misma idea en un juego completamente diferente; uno al que le queda un largo ciclo de vida por delante y el cual tiene muy claras sus propias ideas.

El combate sigue siendo espectacular.

El carromato, con mejor o peor nombre y con más o menos capacidades, nos recogerá y seleccionaremos la travesía que trazará un grupo de nuestra elección que tendrá que superar enormes localizaciones temáticas para hallar las posadas donde podremos descansar, comerciar, mejorar a nuestros personajes y disfrutar de un momento de paz entre los infiernos que abundan en este mundo oscuro.

Nos cruzaremos con aldeanos que nos ayudarán, médicos y clínicas, jefes finales, comerciantes y pruebas para desarrollar a nuestros personajes. Un mundo que ya conocíamos pero que ahora se juega sobre raíles.

Es por ello que debemos dejar claro que Darkest Dungeon II no es un juego banal y al uso por mucha decepción que pueda causar al jugador de la primera entrega. Encontraremos un juego rematado, bien pulido y acabado y con la misma mala leche que el primero, pero conceptualmente diferente en favor de un cambio y un nuevo punto de vista. Temible como su precuela y más valiente que nunca,

El carromato será nuestro vehículo por los parajes de Darkest Dungeon II.

Darkest Dungeon madura y desaprende para ofrecer algo nuevo a aquellos que incluso lo tacharán por no ofrecer más, y sí, ya he comentado mi descontento hacia mis expectativas sobre lo que pensé que podría ser, pero también reconozco el ingenio mostrado de romper con la fórmula del éxito y apostar por otra para cambiar una cadena de valores en favor de unos nuevos. En una primera instancia, cuesta tragar el cambio y puede que se haga bola, pero sigue ahí y engancha como debe.

Más allá de los bosques y las ciudades en llamas, un primo lejano de Darkest Dungeon ha regresado y se nota, se agradece y se disfruta, porque es un gran título, diferente y aun con muchísimo por delante, pero un gran título, y os animamos a que os adentréis en su oscuro mundo de cara a verlo crecer como merece, pues la base que ahora consta el propio early access es muy buena, diferente y con un margen y un potencial de mejora espectacular.

Carlos González

Buscadme en Tokio-3 o junto con mi gato, que se llama Wanda y es de Wakanda.
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