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Diablo IV Beta: Primeras impresiones

Vuelve la esencia que conquistó a los jugadores con Diablo II

Finalmente ha llegado el momento que los fans de la saga Diablo, y de los videojuegos en general, llevábamos años esperando: Activision-Blizzard ha abierto este fin de semana el acceso anticipado a la beta de Diablo IV para todo el que tuviera reservada alguna de sus versiones. La desarrolladora es consciente de que se enfrenta con esta entrega a un examen crítico, especialmente tras las controversias generadas por Diablo II: Resurrected y Diablo Inmortal, muy criticados por la comunidad con infinidad de argumentos.

Esta primera fase restringida ha sido jugable entre el 17 y el 20 de marzo, en PC, PlayStation 4 y 5, y Xbox Series X/S. Posteriormente, entre el 24 y el 27 de marzo llegará la fase abierta de la beta, disponible para todo el mundo.

Ante tanta expectación, miles de jugadores estuvimos clavados en nuestras casas el pasado viernes a las 17:00 (hora española), atentos para iniciar el juego desde el cliente de Battle.net -en el caso de los que jugamos en PC-, cruzando los dedos para poder acceder a los servidores sin las complicaciones a las que la compañía nos ha acostumbrado con las pasadas entregas de la franquicia, o los lanzamientos de World of Warcraft y Overwatch. A continuación os cuento mis primeras impresiones tras haber jugado Diablo IV beta en profundidad.

AVISO DE SPOILERS: Si quieres llegar a la versión definitiva del juego sin conocer ningún detalle, no leas el apartado final de este análisis. 

Esta fase de la beta, al estar restringida solo a los que pre-compraron el juego, es la que enfrentaba menos complejidad técnica para preparar los servidores. Y pese a ello, llegado el momento crucial una gran cantidad de jugadores sufrió lo que todos nos temíamos. Colas de espera interminables, errores de acceso y partidas interrumpidas con errores de conexión, y problemas generalizados. Pero casualmente, yo no estuve entre los afectados, y tras permanecer en una lista de espera poco más 1 minuto, accedí sin problema al menú selección y creación de personajes.

Del grupo de amigos que intentamos conectar juntos, solo uno de mis hermanos y yo lo logramos, y el resto se quedaron en espera con anuncios de más de 45 minutos. Otros ni siquiera pudieron ejecutar el cliente de Battle.net por diversos errores de saturación.

Cierto es que una vez empezada la partida con mi Hechicero, hubo una caída general que afectó a la inmensa mayoría de jugadores, incluyendo a muchos streamers y creadores de contenido que estaban retransmitiendo en directo. Pero muchos de los que no llegamos a cerrar el juego e insistimos unos minutos, pudimos reconectar. Y personalmente tras ese bache, pude jugar cerca de dos horas sin ninguna otra complicación. 

Una vez superadas las primeras horas de la tarde, creo que el funcionamiento de los servidores fue razonablemente bueno, con colas máximas de 4 o 5 minutos en hora punta, y conexiones instantáneas el resto del tiempo. Al menos, insisto, desde mi experiencia personal y la de mi grupo de juego.

Respecto a la estabilidad y el rendimiento del juego durante las partidas, la sensación ha sido bastante positiva para tratarse de una beta, máxime estando acostumbrados a un nivel bastante elevado de chapuzas en los últimos tiempos. Tras más de 20 horas de juego durante el fin de semana, he sufrido unas pocas caídas del servidor sin problemas para reconectar al instante. El reparto de clientes por capas de los servidores era bastante limitado, con no más de 10-15 jugadores simultáneos, lo que creo que ha contribuido a un mejor rendimiento en las partidas.

En cuanto al apartado técnico, los gráficos de Diablo IV no destacan sobre cualquiera de los títulos del mismo género lanzados en los últimos años, y en líneas generales no supone un gran paso respecto a Diablo III. Pero a nivel visual el juego brilla con luz propia gracias a su diseño y ambientación, con un arte gótico y decadente que evoca las primeras versiones de la saga.

Los escenarios están cuidados al detalle, y transmiten bien la crudeza y agonía que se viven en Santuario. Ello, unido a una BSO y un apartado sonoro continunista, nos transportan inconscientemente a los actos de Diablo II. Y dado que Activision-Blizzard quería que Diablo IV fuese su sucesor espiritual, creo que han acertado plenamente.

Sobre los bugs encontrados durante las partidas de Diablo IV, sí que he sufrido algunos bastante molestos, aunque solo en situaciones puntuales y con soluciones sencillas, lo que me lleva a pensar que estarán resueltos en la versión definitiva, o incluso en la siguiente fase de la beta. Los principales errores han sido interrupciones en el cambio de escenarios, desaparición de personajes y congelación de la partida. En la segunda parte de estas impresiones os detallo más profundamente algunos de estos fallos.

Al empezar una nueva partida, esta beta de Diablo IV nos da la posibilidad de crear una Hechicera, un Bárbaro o una Pícara, pudiendo elegir entre género masculino o femenino. Una vez elegido el personaje, podremos personalizar su aspecto cambiando detalles sobre la forma y el color de la cara, el cuerpo, el pelo y los accesorios. También podremos escoger que nuestro personaje sea de tipo Incondicional, de manera que si muere lo hará de forma permanente. Algo que tratándose de una versión de prueba sin garantías de estabilidad, puede ser un deporte de riesgo extremo.

Una vez iniciada la partida, completaremos una introducción jugable, salpicada de cinemáticas, que nos situarán en Santuario y en la historia de nuestro alter ego, sirviendo a su vez como pequeño tutorial para hacerse con los controles y las mecánicas básicas. Superado esta, tenemos a nuestra disposición todas las misiones principales y una buena cantidad de secundarias del Acto I. La evolución de nuestro personaje queda limitada al nivel 25, pudiendo explorar su árbol de habilidades con libertad hasta repartir los puntos correspondientes.

Podemos jugar de forma cooperativa con los clientes del servidor, sin interferir en sus misiones, o podemos crear un grupo invitando a amigos u otros jugadores locales. Si formamos un equipo, la dificultad de los enemigos y la experiencia conseguida al derrotarlos sube considerablemente. También está habilitada la opción de crear clanes, aunque hasta el momento no se han explotado sus características y posibilidades.

Tras bastantes horas de juego a lo largo del fin de semana, habiendo alcanzado el nivel 25 y completado todas las misiones del Acto I, creo que Diablo IV es exactamente lo que los fans queríamos que fuese. Ha sabido ser la verdadera continuación del aclamado Diablo II por historia y ambientación, cogiendo como base la jugabilidad y las mecánicas de la tercera entrega, y adaptando muchas de las innovaciones que otros títulos han consolidado durante estos más de 10 años. Diablo IV se hace adictivo desde los primeros compases, mezclando los combates locos y destructivos contra grandes hordas de enemigos, con las situaciones más pausadas y estratégicas que habrá que afrontar cuando nos enfrentemos a jefes.

Ha sido maravilloso volver a sentir el placer de subir de nivel, y explorar el enorme árbol de habilidades para ir configurando un arquetipo que se ajuste a nuestra forma de jugar, y potencie la capacidad destructiva de nuestro héroe. Y como no podía ser de otra manera, el equipamiento y los items volverán a tomar un papel protagonista en la franquicia, siendo el pilar fundamental para explotar al máximo cada clase, y convirtiéndose algunas piezas en el objetivo y deseo -a veces obsesivo- de muchos jugadores.

Este acceso anticipado a la beta, con sus limitaciones y sus problemas, ha sido un fugaz y dulce caramelo a mí y a mi entorno, nos ha dejado con muchas ganas de más Diablo IV.

# El artículo las primeras impresiones queda pendiente de actualización tras jugar la siguiente fase de beta abierta. 

Después de muchos años, la tierra sigue devastada y los habitantes de Santuario han perdido la moral y la esperanza. Con la muerte de Deckard Cain y el intento fallido de Tyrael de restablecer la Orden de los Horadrim, solo unos pocos quedan para ayudar en la misión. Un detalle que considero negativo es la falta de cinemáticas creadas especialmente, ya que en Diablo IV usan el motor del juego, y aunque consiguen involucrarnos en la historia, no alcanzan la espectacularidad de anteriores entregas.

Lilith es la nueva villana responsable de sembrar el terror entre los habitantes de Santuario. Hija de Mephisto, el mayor de los tres hermanos que representaban el mal en Diablo II, es conocida como la madre de la humanidad. Su personalidad maternal y vengativa queda magníficamente retratada en cada aparición y con la fe de la humanidad disminuyendo, Lilith aprovecha para influir en ellos y sacar a relucir su lado demoníaco, convirtiéndose en la heredera del odio con la misión de transmitirlo a su descendencia.

Inarius, por su parte, es el padre de la humanidad y se presenta como el otro elemento clave en la historia. No se sabe cómo o cuándo escapó de su prisión en el Infierno y mira a sus hijos con desilusión y apatía, protagonizando un momento crucial en la historia con Rathma, su hijo, el primer Nigromante, quien promete ser un elemento fundamental en la trama.

Diablo IV nos sumerge en los entresijos demoníacos que nos conquistaron en el origen de la franquicia, y creo que desde los primeros compases logra que la historia funcione muy bien como hilo conductor del juego.

Aprovecho este destripe para comentar algunos de los errores recurrentes que he sufrido jugando esta primera versión de la beta de Diablo IV, al objeto de comprobar si en la fase de beta pública se resuelven definitivamente:

  • En muchas ocasiones he sufrido bloqueos en la transición entre escenarios, que provocan que el personaje choque contra paredes invisibles, y las misiones se interrumpan. Principalmente me ha ocurrido en Kyovashad, aunque también en otro lugares del mapa. Se resuelve haciendo teletransporte a algún portal, a la propia Kyovashad o reiniciando la partida.
  • En una misión del área de Margrave, al hablar con el Sacerdote Matvey, el juego se congeló repetidas veces, no pudiendo realizar ninguna acción, ni salir al menú principal. La única solución fue cerrar la aplicación, reiniciar el juego por completo, y probar varios intentos hasta que pude completar el diálogo sin fallos.
  • En la zona de Malnok, si moría combatiendo contra el jefe final de una misión secundaria, el personaje se hacía invisible al resucitar, haciendo muy difícil continuar. Se solucionaba haciendo teletransporte a un portal. Me llegó a pasar en alguna otra zona, pero en esa en concreto me pasó en todas las ocasiones.

GranKhan

Apasionado del mundo de los videojuegos, y en general de todo lo que lo rodea. Jugador desde que pude sostener un mando. Colaboro en el NaviPodcast y dirijo el canal de YouTube "DominiosDeGranKhan".
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