El videojuego es una plataforma de expresión apasionante. Ciertas personas, desconectadas de estas tecnologías, no se hacen a la idea de lo importantes que pueden ser para mucha gente. Pero es así, a montones de personas nos han cambiado la vida, y casi siempre a mejor. De hecho, en innumerables casos los hemos disfrutado desde niños y nos han acompañado en nuestro crecimiento. Tanto es así que, por ejemplo, Nintendo ha revelado que su actual público es mayoritariamente adulto, muy por encima del público menor de edad. Es posible que a una marca como Nintendo, enfocada para niños y niñas desde hace décadas, se le ha hecho adulto su público.
Qué inescrutables son los caminos del mundo de los videojuegos. Un día amanece, es tu cumpleaños, seis añazos, y desenvuelves un regalo que contiene una Game Boy Color junto al Pokémon Amarillo y un cartucho pirata, de esos de «8 juegos en 1», con joyas como Super Mario Land, Félix el Gato o el mítico Tennis. Veinte años después, tu consola es la Nintendo Switch, tienes reservado el próximo juego de Pokémon y tienes la biblioteca llena de juegos en oferta. Yo fui ese niño y ahora soy ese adulto, como muchos otros, porque el público inicial de Nintendo se ha hecho mayor y muchos seguimos ahí.
No es un hecho aislado, sino todo lo contrario. Nintendo ha sabido mantener en el bolsillo a sus fans desde pequeños; niños y niñas que, ahora, adultos y con poder adquisitivo, hacen cola para conseguir sus últimas novedades. Verdaderamente, esto es un éxito rotundo al alcance de muy pocos, aunque arroja nuevas incógnitas en el futuro de la gran N. ¿Sería lógico que Nintendo siga pensando en productos para niños y niñas, a pesar de todo? La respuesta es sí, y explicaré por qué.

Una evolución demográfica admirable
Me resulta difícil pensar en una infancia en la que Nintendo jamás hubiera existido. Puede que ese sea uno de los grandes valores añadidos de la empresa: supo marcarnos profundamente desde muy pequeños. En mi caso, mi primer contacto fue una Game Boy Color, pero en otros casos, podríamos remontarnos a la Super Nintendo o la NES. Muchas otras personas, algo más jóvenes que servidor, lo harían con la Nintendo DS o la Wii. Originalidad, frescura, contenidos disfrutables no sólo para niños, sino para todas las edades, fueron caldo de cultivo para el actual estado de Nintendo.
Verdaderamente, en los años más recientes, a raíz del inmenso éxito de Nintendo Switch, la empresa se ha desconectado un poco de las peticiones de sus fans, pero no les afecta comercialmente. De hecho, la escasez de semiconductores y otros chips les está haciendo más daño que cualquiera de sus impopulares decisiones actuales. No sabemos cómo será después, pero es destacable el trabajo que ha realizado Nintendo para fidelizar de tal manera a una base de jugadoras y jugadores tan amplia. Sus plataformas siempre han tenido mucha menos potencia bruta que su competencia, pero no les ha hecho tampoco falta para mantenerse ahí.
A veces, algunas personas critican la falta de exigencia de los fans de Nintendo a dicha empresa, pero es porque no tienen algo en cuenta: nadie más puede ofrecer lo que Nintendo ofrece, ya que la experiencia de usuario de la competencia toma caminos muy distintos. Nadie más acumula tantas franquicias de calidad excelsa que sean disfrutables para todos los públicos, porque al público de Nintendo, por adulto que sea, es feliz con los títulos de esta marca que muchos catalogan «para niños». Podríamos definirlo como «efecto Pixar», ya que predominan los juegos que son tan disfrutables por adultos como por niños y niñas.
Si la gente se mantiene es porque funciona
Y es que esa etiqueta también merece una reflexión. ¿Qué significa que Nintendo sea una marca para niños? ¿Es que acaso los adultos no pueden disfrutar de estos títulos? ¿No sería mejor mencionarlos como juegos «para todos los públicos»? Pues sí, y no. A mí como niño me agradaba pensar que las compañías hacían juegos para niños como yo. Y me gusta sentirme de nuevo ese mismo niño cada vez que cojo los mandos de una Nintendo.
No estoy loco (creo), o como mínimo, sé que no soy el único que se siente así. Le pasa a muchos de los adultos que hoy en día juegan a la Nintendo Switch, sobre todo con sus first y second parties. Y la verdad, me agradaría pensar que otros niños y niñas sienten lo mismo que yo empecé a sentir hace más de veinte años: pasión por los videojuegos. Si llega el día en el que toque tener algún niño o niña, y le agrada, jugaremos juntos en la Nintendo que toque en esos años. ¿Videojuegos para niños? Deme diez, que además ahora tengo excusa.
Puede que me esté pasando de intenso, pero la verdad es que la fórmula de Nintendo con sus juegos funciona, tanto para los niños para los adultos. ¿Por qué se mantendría tanta gente adulta si no es porque le encanta el producto actual? Realizar cambios en su enfoque podría ser contraproducente para Nintendo, perdiendo relevo generacional de niños y niñas en el camino, y con juegos que no interesan al público medio de esta compañía. Nintendo no necesita adaptarse a su demografía actual.
El futuro de Nintendo
Antes hemos mencionado una cosa a tener en cuenta: Nintendo se ha rodeado de ciertas polémicas en sus últimos años. Se puede entender que hayan hecho ports de los títulos de WiiU para compensar el fracaso de esta consola a pesar de sus espectaculares videojuegos. Sin embargo, cada vez nadan más a contracorriente con su restrictiva política de precios, antes compensada con líneas de juegos «Nintendo Selects» a precios reducidos y que no se han visto todavía en la Switch.
También sentó bastante mal a la comunidad el alto precio de la nueva suscripción online que incluía el esperado emulador de la Nintendo 64. La excelente biblioteca de títulos de Nintendo Switch contrasta muchísimo con la calidad de los servicios. De hecho, tienen mucho trabajo por delante en los próximos años de la consola híbrida, ya que sigue en el ecuador de su vida útil y hay más de 90 millones de usuarios en esta plataforma. Se han acomodado en su posición, pero aún tienen margen de maniobra y legado para rectificar en su rumbo.
Sería un paso importante para Nintendo mejorar, sobre todo, la accesibilidad a viejos títulos. Resulta inexplicable que la consola virtual de la WiiU nos permita jugar a los más notables títulos de Game Boy Advance comprando cada título a un bajo precio, y actualmente se esté optando por suscripciones anuales con pocas consolas y catálogos muy cortos. Nos gusta sentirnos niños, pero no idiotas. Con la sucesora de la Switch bastante lejana en el horizonte, seguir trabajando en el catálogo de títulos y en la calidad de sus servicios se antoja fundamental. De hecho, los primeros meses de 2022 vienen con geniales títulos. ¿Estarán a la altura sus servicios?