La industria de los videojuegos se encuentra en mejor estado de forma que nunca. Con unos ingresos de más de 148,8 mil millones de dólares en 2019 ha superado a otras grandes industrias del entretenimiento como el cine y se está convirtiendo en todo un movimiento de masas a nivel mundial. Sin embargo, mientras la industria se encuentra en un momento de cambio y crecimiento constante, los usuarios más tradicionales seguimos enarbolando banderas de antiguas batallas que ya no tienen sentido.
En este artículo te mostraremos algunas de las causas de este crecimiento, el papel de las tres grandes compañías en la nueva realidad y te explicaremos porqué ya no existe una guerra de consolas.
La diversificación de la industria
Un crecimiento tan importante de los videojuegos como industria no sería posible si los mayores exponentes en cuanto a marca e innovación no se encontraran en momentos particularmente buenos. PlayStation 4 fue un éxito rotundo a pesar de sus problemas de sobrecalentamiento, y con más de 100 millones de consolas vendidas se consolidó como una de las consolas más vendidas de la historia. Xbox por su parte ha incrementado a niveles nunca antes vistos sus ingresos, así como su popularidad gracias a excelentes servicios y nuevas formas de jugar. Mientras, Nintendo al fin parece haber encontrado su mercado después del fracaso de Wii U, enfocándose en el sector de la portabilidad con increíbles videojuegos orientados para todos los públicos.

Sin duda la diversificación de la industria ha marcado el comienzo de una era gloriosa para los videojuegos, pero también el fin de la “guerra de consolas”. Atrás quedan los días donde cada compañía competía por el mismo nicho de mercado y los principales argumentos de venta eran consolas cada vez más potentes o mejores exclusivos pero, ¿cuál es el papel de cada compañía en esta nueva realidad?
PlayStation
Creo conveniente comenzar con la empresa que para muchos se encuentra a la cabeza de la industria. La compañía nipona alentada por el éxito de sus consolas de sobremesa, pero sobretodo por las increíbles ventas de la PlayStation 4 ha decidido apostar por el mismo modelo con el que generación a generación ha cautivado a su público: potentes consolas de sobremesa alimentadas con maravillosos exclusivos enfocados en la experiencia personal. Su modelo conservador y tradicional puede estar anticuado para los usuarios más exigentes, pero sin duda el potente engagement de su marca atrae cada año a millones de nuevos jugadores entre el público más casual de la industria.
Xbox
Microsoft por otro lado comenzó la generación de Xbox One con mal pie, sus ambiciosas políticas se adelantaban a la realidad imperante y los jugadores no supieron ver los beneficios de las mismas a tiempo. Sin embargo con la llegada de Phil Spencer la compañía cambió y se enfocó en una nueva forma de vivir los videojuegos.

Servicios como Xbox Game Pass o xCloud le otorgaron a la compañía una nueva seña de identidad y su política de poner a los usuarios en el centro de la experiencia atrajeron a nuevos usuarios a la marca. Microsoft ha creado todo un ecosistema alrededor de los videojuegos que va más allá de la forma tradicional de jugar, con un lema claro: «Juega donde quieras, pero juega, juega más que nunca» otorgándole a los jugadores la posibilidad de tener una inmensa biblioteca de juegos por un precio justo cada mes y superando las fronteras de la consolas con un sistema de juego en la nube accesible desde dispositivos móviles que seguirá expandiéndose con el tiempo.
Este éxito se traduce en más de 100 millones de usuarios activos en Xbox Live o más de 15 millones de suscriptores al Xbox Game Pass, pero sobretodo le ha otorgado a Xbox la posibilidad de no depender exclusivamente de la venta de consolas o videojuegos.
Nintendo
La gran N también se ha renovado después de un sonado fracaso con la Wii U. La empresa comprendió que una batalla de potencia contra Microsoft o Sony sería difícil de afrontar y sorprendió al mundo presentando una de las consolas más innovadoras de los últimos tiempos con un marcado enfoque en la portabilidad, llevando los videojuegos ahí donde fuera el jugador. También potenció ese paradigma que siempre le ha acompañado centrando sus esfuerzos en juegos orientados para todos los públicos y con un gran componente familiar.

Nintendo Switch se ha convertido en una de las consolas más rápidamente vendidas de la historia y acumula más de 76 millones de unidades vendidas superando a la mítica 3DS.
¿Existe hoy en día una guerra de consolas?
La respuesta es NO.
Microsoft, Nintendo o Sony han comprendido que en un mercado cada vez más global existe espacio para todas, tomando caminos diferentes en cuanto a la forma de entender los videojuegos y ofreciendo a los usuarios nuevas alternativas. Las increíbles relaciones de Phil Spencer con Nintendo, a la que elogia cada vez que tiene oportunidad y los recientes acuerdos de PlayStation con Microsoft para potenciar su online son una buena muestra de ello.
Sin duda las redes y los medios de prensa tradicionales son el último bastión de esta “guerra de consolas” que debemos desterrar de una vez por todas para construir una comunidad más sana. Tanto los usuarios como los medios tenemos una enorme responsabilidad con la industria para contribuir con la estabilidad de los últimos años y poder seguir disfrutando de esta pasión que no es más que un bello hobby, empañado por la toxicidad de una gran parte de los usuarios.
En próximos artículos hablaremos sobre el futuro de la nueva industria de los videojuegos, el estado actual y el crecimiento experimentado durante la octava generación de videoconsolas con mucho mayor detalle, además de las ventas e ingresos de cada compañía. Estad atentos.