Si decir que estamos en una era increíble para el videojuego es quedarse corto, podemos incluso especificar que la época actual para géneros como las novelas visuales está siendo un sueño hecho realidad. Con una gran presencia en el mercado oriental, con su cuna en Japón, estas aventuras narrativas han ido abriéndose paso poco a poco durante los últimos años en el mercado occidental. Si bien todavía estamos lejos de verlo en todo su esplendor, con títulos traducidos a otros idiomas, más allá del inglés, y lanzamientos que no se vean lastrados por el tiempo que toma una localización fuera del proceso de desarrollo original, podemos admitir que el género está en uno de sus mejores momentos a nivel global. Títulos que han hecho brillar las aventuras narrativas por mezclarse con otros géneros, como 13 Sentinels Aegis Rim o la duología de AI: The Somnium Files, así como producciones más pequeñas e independientes como Coffee Talk.
Las novelas visuales ya no se cierran a los generalizados simuladores de citas adolescentes, y es que los más aventureros aportan su granito de arena en presentar una historia repleta de acción a base de simples palabras, imágenes estáticas y sonidos. Lo que nos lleva a ANONYMOUS;CODE, el protagonista de este artículo, el cual analizamos hace escasos días. Con su lanzamiento bien próximo, este mismo 8 de septiembre para PlayStation 4, Nintendo Switch y PC, nos adentramos en los tres factores que hacen de esta entrega un futuro referente, así como una nueva puerta de entrada al género.
Vida digital
Dada la habitual jugabilidad de las novelas visuales, lo que principalmente veremos durante nuestra estancia en el mundo de ANONYMOUS;CODE serán retratos de personajes hablando con nuestro protagonista. Sin embargo, el equipo de Chiyomaru Shikura decide ir un paso más adelante en esta ocasión y dejar atrás los clásicos bustos planos con múltiples expresiones faciales. Haciendo uso de animaciones, los personajes parecen cobrar vida durante las conversaciones, no solo moviendo la boca al hablar, sino moviéndose ellos mismos, aun tratándose de simples ilustraciones en 2D. Poses, gestos, miradas e incluso algún tic nervioso, sumarán expresividad a las escenas, que junto a unas actuaciones de voz sobresalientes, tanto en japonés como en inglés, proporcionan mayor credibilidad a los personajes.
Esta expresividad no solo se mantiene gracias a sus animaciones, pues el título cuenta con tres principales estilos visuales para presentar las múltiples escenas. Aunque la mayor parte de la acción ocurra en los típicos planos ya mencionados, con un escenario de fondo acompañado por los bustos ilustrados de los personajes, los momentos más frenéticos contarán con una presentación en formato cómic. Como si saltasen a las grapas y viñetas, instancias como una dinámica persecución en moto, o una explicación científica que se beneficia de un enfoque más visual, también estarán acompañados de las ya mencionadas voces. Y de la misma forma, escenas más emotivas, en las que parezca que el tiempo se detenga, se verán presentadas junto a una gran ilustración que protagonizará toda la pantalla, con algún sutil detalle como las lágrimas de un personaje.
Ciencia para todos
Los más veteranos dentro de la saga Science Adventure sabrán que la ciencia juega un papel protagonista en cada una de estas entregas, en mayor o menor medida. Aunque finalmente acabe cruzando la línea de la ciencia ficción, la cantidad de términos científicos, nombres importantes en el campo, así como fechas y conceptos, agradece la inclusión de un glosario para ello. Es por esta razón que cualquiera puede entrar al mundo de ANONYMOUS;CODE, o cualquier entrega anterior, sin miedo a perderse entre grandes palabras. Si bien la barrera del inglés es una a tener en cuenta, dado el ámbito del grupo protagonista, repleto de expresiones juveniles, no hay mucho donde perderse.
También hay lugar para las referencias no científicas, con conceptos literarios, de la cultura popular, e incluso del universo nacido de Chaos;Head, Steins;Gate, Robotics;Notes y hasta Occultic;Nine. Aun tras unos cuantos años desde las aventuras de los anteriores protagonistas, los más avispados encontrarán pequeños detalles entre las conversaciones y los escenarios que les llevarán a rememorar a dichos personajes. ¡Hasta a nosotros se nos ha escapado alguna!
Un ritmo impecable
No hay otra forma de decirlo más claro, aunque sí puede decirse más alto. ANONYMOUS;CODE cuenta con un ritmo impecable, sabiendo qué exponer y qué mantener en secreto en todo momento. Su desarrollo nos ha tenido pegados a la pantalla, y en gran parte, gracias a su principal mecánica. Como ya mencionaba mi compañera en su análisis, no se trata de una novela visual al uso, pues en nuestra decisión de cuando cargar nuestros puntos de guardado recae gran peso de nuestra interacción. El hecho de no tener un indicador de cuándo activar el curioso poder de nuestro protagonista puede significar el final de nuestra partida, por lo que la tensión será algo que no dejaremos de lado.
No podemos hablar de ritmo sin todo lo que rodea a este, el desarrollo y, muy importante, la música que acompaña los momentos de tensión. La acción principal ocurrirá durante unas «misiones» en las que nuestros protagonistas aunarán fuerzas contra el tiempo en situaciones límite. Es aquí donde, además de los personajes, también se aúnan los múltiples elementos del título que hemos mencionado; los estilos visuales, la mecánica de Save&Load y el desarrollo científico (y ficticio). Esto resulta en escenas donde no podremos despegar la mirada de la pantalla, el verdadero punto en el que brilla ANONYMOUS;CODE.
Si bien otros títulos ya tienen en cuenta algunos de los factores de este, es innegable que la última producción de Chiyomaru Shikura puede convertirse en un referente para el género en el futuro. Una nueva forma de aportar, como hemos dicho, mayor fluidez y dinamismo a historias repletas de acción, sin necesidad de abandonar su exposición a través de las palabras. Y de la misma forma, un perfecto punto de entrada para quienes buscan descubrir el género y las historias que se esconden entre sus líneas.
