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La extensión de las sagas de videojuegos

Cada vez más difícil seguir la obra

Creo que nunca he sido una persona que se enganche a nada. Rara vez he esperado el nuevo capítulo de una serie por ver cómo sigue la historia y mucho menos un videojuego por ver cómo continúa su universo tras la entrega recién jugada. Sin embargo, he creído conveniente tratar el asunto de las franquicias extensamente largas para debatir dónde acaba la obra y dónde empieza el negocio.

Aquí voy a hablar y reflexionar sobre un caso en concreto muy conocido por la comunidad: Kingdom Hearts, esa saga que mezcla Disney y Final Fantasy y que, a día de hoy, es casi imposible coger su historia al 100%.

El caso con Kingdom Hearts es que tiene tres entregas numeradas y principales, pero hay numerosísimos spin-offs, pasando por un juego de ritmo hasta llegar a juegos de cartas y móviles. El problema de todo ese asunto es que (hasta donde sé) todos y cada uno de los títulos que lleven Kingdom Hearts en el título contienen parte de la historia del mismo, no pudiéndote saltar ninguno si quieres hilar adecuadamente la obra de Tetsuya Nomura.

Es difícil hablar de un caso tan concreto habiendo jugado sólo a la primera entrega, pero uno escucha tanto sobre el tema que inevitablemente se puede hacer una idea de todo el percal.

Si lo que quieres con Kingdom Hearts es seguir la historia, prepárate para jugar a todos los juegos de la saga.

Aquí se incluyen, también, juegos de deportes y juegos anuales en general, como lo pueden ser NBA2K, FIFA, Call of Duty o Assassin’s Creed. Si bien es cierto que en este último caso no siempre han sido juegos anuales, también es verdad que su seña de identidad en la mayoría de casos es una entrega nueva cada invierno, y muchas han tenido sus más y sus menos.

No es que critique per se el concepto ‘entrega anual’; cada uno que gaste su dinero en lo que crea conveniente, pero lo que pienso que peligra es la implicación de la compañía. Muchas ventas cada año puede llevar a experimentar con un menor esfuerzo, y eso ya es más complicado de defender. Cuando Assassin’s Creed ha anunciado que se ha tomado un año sabático para trabajar en la siguiente obra siempre ha sido algo agradecido en mayor o menor medida, ya que, hasta donde percibo, sí que Origins fue mejor aceptado que Valhalla, por ejemplo. Aún así, eso es algo a gusto de cada unx.

Por otro lado, el caso de los juegos de deportes es, simplemente, un caso aparte. NBA2K y FIFA (PES ya ni la cuento) son juegos anuales. Se puede medio entender el motivo de esto, ya que, al fin y al cabo, los deportes se distribuyen por temporadas, y, como tal, cada año hay cambios. La verdad, no me parece que un cambio de plantilla cueste 60 o 70 euros cada año, ya que son cosas que se solucionan con una simple actualización. Sin embargo, opino que este tipo de juegos son los más casuales, por lo que habrá mucha gente que tenga una consola o un PC y que juegue a FIFA y poco más, y bien que hace, pero a donde quiero llegar es que su poder adquisitivo no se ve tan mermado como sí puede verse el de la gran mayoría de la comunidad fanática de videojuegos, la cual (donde me incluyo) gastamos dinero en varios de los lanzamientos del año. Quizá yo no consumo FIFA, pero desde luego aquel/lla que sólo consume FIFA va a gastar menos que yo.

No me malinterpretéis, tampoco es que considere Kingdom Hearts, NBA2K o FIFA una estafa; simplemente estoy en desacuerdo con las medidas tomadas con las franquicias, pero siempre opino que tu bolsillo, tus normas. Pero hay otras franquicias que me chirrían más por asuntos personales que por algo generalizado, y mayoritariamente me chirrían por su extensión.

Hablo de sagas como Yakuza o God of War. Con Yakuza he jugado única y exclusivamente a Kiwami, el remaster (¿remake encubierto…?) de la primera entrega, y me maravilló poderosamente. La jugabilidad, la premisa, absolutamente todo lo que rodeaba a Kiwami era magistral. A día de hoy tengo pendiente toda la saga, faltando por estar en mi poder Dead Souls, ese spin-off mata zombies exclusivo de PS3 que es un horror encontrar. Pero el resto están esperando pacientemente en mis estanterías. El problema viene cuando contamos esas entregas.

Yakuza: Like A Dragon es una historia aparte, donde en vez de a Kazuma Kiryu controlamos a Ichiban Kasuga y en el cual el sistema de combate y la tónica de la historia y el humor es muy, muy diferente, por lo que podemos no contarla como una entrega dentro de la historia de Kiryu, la cual la componen… seis juegos. Como digo, no soy una persona que le interese demasiado seguir la historia de una saga o juego, soy de algo más inmediato, pero sí que es cierto que alguien que quiere seguir toda esa trama lo va a tener muy chungo y va a tener que soltar mucho dinero si no pilló la saga de primeras. Es algo así como empezar a ver Juego de Tronos cuando ya ha terminado con ocho temporadas. Es tu libre elección hacerlo, pero sí que es cierto que siempre te dará más pereza que cogerla desde el principio.

God of War 2018, aun no pareciéndome una maravilla, me pareció una buena solución a lo pesado que estaba resultando el Kratos espartano.

El caso de God of War es más de lo mismo, solo que no sé cómo sentaría Yakuza 6, pero God of War Ascension pedía a gritos un cambio de planteamiento. Aun siendo igualmente un gran producto, tras cinco juegos previos con la misma premisa, Ascension se sentía pesado y repetitivo, y yo personalmente agradecí que fuera el último antes del cambio de God of War 2018. Independientemente de que este último me guste más o menos, el cambio es patente. Aquí ya entraría el gusto purista de cada uno y hasta donde gana o pierde la repetitividad frente a aquella primera, pero eso es otro tema. El caso es que no podría haber aguantado otra entrega del Kratos espartano.

Una vez me planto delante de una franquicia larga, ya sea fresca o repetitiva, me agobio irremediablemente, y más aún con los juegos individuales largos, pero, por supuesto, esto es sólo un asunto personal.

Diría que no. Todo depende de lo que cada unx quiera y cómo quiera gestionar sus experiencias. Pienso que los videojuegos son una experiencia como todas las demás, y al igual que puedes decir que quieres salir el jueves de fiesta y no apetecerte a 3 horas de salir, lo mismo ocurre cuando adquieres un juego. Siempre vas a intentar acudir a la fiesta si tienes una entrada comprada, pero si no hay dinero que puedas perder y el producto siempre te va a estar esperando… Haz lo que sea cuando quieras.

Manuel Hernandez

Puede que ahora sólo esté buscando ese juego que me devuelva a lo que sentí con Twilight Princess cuando sólo era un enano. De mientras me entretengo llevándole la contraria a la gente sobre Breath of the Wild.
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