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La ansiedad social en el juego competitivo

La sensación de no tener voz

Select your hero. Esas son las primeras palabras que escucho al entrar en mi partida competitiva de Overwatch. Mientras me decido entre si coger a Ana o Baptiste, una voz saluda en el chat de equipo. Como una reacción en cadena, todos los jugadores de mi equipo se conectan a este chat, saludan y comentan la composición del equipo. Mi dedo se mantiene en el botón de «pulsar para hablar» durante un par de segundos, lo levanto y escribo un simple «hi» en el chat de equipo. Aunque quiero hablar y comunicarme de forma activa con mi equipo, algo dentro de mi me lo impide. ¿Cómo he llegado a esta situación?

La sensación de querer hablar pero no ser capaz puede ser horrible. Fuente de la imagen: I have no mouth and I must scream

Siempre he sido una persona con dificultad a la hora de enfrentarse a situaciones sociales nuevas. Pero en los últimos años considero que he avanzado mucho en este campo, hasta el punto de verme envuelto en situaciones sociales que no he vivido antes ¿Cómo me ha afectado la ansiedad social en el juego competitivo?

Bueno, para empezar no siempre fue así. Siempre he sido un fan de los juegos competitivos, no tanto por llegar a ser el mejor, el mejor que habrá jamás, si no por el hecho de explotar al máximo el diseño del juego. Así que cuando llevé un tiempo jugando al shooter de Blizzard decidí meterme a su modo más exigente, las partidas clasificatorias. Pasé allí unas cuantas horas, sin un elo especialmente alto, pero orgulloso de ir mejorando poco a poco y aprender más sobre las mecánicas avanzadas del juego. Luego todo eso cambió.

Jugaba con Mercy, la healer más conocida dentro del juego. No estaba siendo una buena partida y nuestro equipo estaba siendo aplastado por el rival, así que la tensión empezó a crecer entre nuestras filas. La cuestión era que yo estaba jugando solo, mientras que el resto de mi equipo eran una premade (un grupo de personas que se conocen de ante mano antes de empezar la partida). Esto significa que las responsabilidades de estar perdiendo estaban exclusivamente dirigidas hacia mí, ya que es mucho más fácil desahogarse echando la culpa a un desconocido que a alguien a quien conoces.

Pero la cosa no se quedó en una frase escrita o un insulto por el chat de voz. Los miembros de mi equipo empezaron a gritarme continuamente, insulto tras insulto y sin parar de decir lo que se supone que tendría que hacer. A los pocos minutos los silencié, pero jugué el resto de la partida con mi mano temblando y una sensación de angustia, aparte de seguir recibiendo ocasionalmente mensajes por el chat escrito. Cerré el juego, y no volví a jugar partidas clasificatorias en un tiempo.

Cuando volví a jugar a este modo por mi cuenta (ya que en ocasiones lo jugaba exclusivamente con mis amigos) pensé que todo iba bien. No hablaba por voz, pero pensaba que era porque no era tan importante, al fin y al cabo mi rango era muy bajo y poca gente se molestaba en hacerlo. Pero según iba jugando me di cuenta que no era un acto voluntario, si no que cuando intentaba hablar, sentía esa sensación que he sufrido tantas veces en mi vida. Una pequeña presión en el pecho, un cosquilleo de nerviosismo y la incapacidad física de realizar la acción.

Desde ese momento, jugar partidas clasificatorias nunca ha sido lo mismo. Cuando una ronda va bien y no tenemos problemas me lo paso bastante bien e incluso se me olvida que sufro de este problema. Pero en cuanto hay una mala partida y surge esa persona que empieza a canalizar su enfado hacia los demás me bloqueo. Aunque sea capaz de silenciar a esa persona, las consecuencias ya duran el resto de la partida, y muchas veces incluso después de esta. Cuando sufro una de estas partidas, suelo quitar el juego y volver solo si mis amigos están disponibles, ya que me sirven como red de seguridad.

Ser main healer no parece ayudar, ya que parece que las críticas e insultos suelen centrarse especialmente en este rol dentro de los juegos online.

Y el resultado de la partida ni siquiera termina importándome, lo que de verdad me afecta es esa sensación de impotencia, de que todos los años que llevo trabajando en mi ansiedad social han sido para nada porque unas personas que no conozco de nada son capaces de causarme tanto mal. Este es el daño que pueden llegar a hacer unas voces anónimas.

Me doy cuenta que a través de este texto puedo dar una imagen victimista, pero lo que quiero ilustrar es el daño que estas acciones pueden llegar a hacer a través del ejemplo que mejor conozco: Mi propia experiencia. Creo que damos la toxicidad en el juego online como algo que existe y es natural. Esto no debería ser así. Jugamos para divertirnos, y aunque tu definición de divertirse sea ganar, no tienes el derecho de arrebatar esa diversión a otra persona. Extra Credits tiene unos cuantos vídeos hablando sobre este tema, y creo que su enfoque es muy acertado.

Siempre se ha dicho que el anonimato concede el poder a la gente para ser cruel en Internet. Y aunque esta información sea correcta, esto no responde al por qué de la pregunta, solo al cómo. Tener las herramientas para hacer algo no significa que vayas a hacerlo si no tienes ningún motivo de peso. Si lo pensamos así, todavía hay una gran incógnita que resolver. ¿Por qué la gente se comporta así?

Personalmente creo que es una mezcla de factores. Y dentro de estos factores creo que el mayor de todos ellos es la cosificación. Creo que la mayoría de la población cuando juega a cualquier título online se olvida de que esta jugando con gente real, personas que están detrás de una pantalla, igual que ellos, con sus propias vidas. Es muy fácil olvidar esto y cosificar a alguien cuando ni siquiera nos referimos a esa persona por su nickname, si no por el personaje con el que juegan.

Otro de estos motivos es la propia impotencia de no poder hacer nada. Igual no juegas para ganar, pero a nadie le gusta perder, estamos educados para eso al fin y al cabo. Así que, cuando nos toca perder, porque todas las partidas tienen que tener un equipo que pierde para que otro gane, si sentimos que nosotros hemos hecho el máximo esfuerzo podemos sentirnos frustrados. ¿Cómo vamos a perder si hemos dado el 100%? Así que la respuesta que primero se nos pasa por la cabeza es que no es nuestra culpa, si no de alguien más, alguien que podría haber hecho más, pero no ha querido. Ahí es cuando se empieza a canalizar la culpa.

Hay otros muchos factores, pero en definitiva quiero decir que es algo que como comunidad podemos y debemos mejorar. Jugamos por diversión y todos deberíamos poder disfrutar de una buena partida, sea competitiva o no, sin miedo a ser insultados o acosados. Siempre hemos defendido este medio como un tubo de escape, para relajarnos y olvidar lo que arrastramos a nuestras espaldas en el día a día. Hagamos que sea así.

Regas

Educador infantil, redactor de videojuegos, estudiante de pedagogía, speedrunner amateur y Dungeon Master vocacional. Luego me pregunto por qué apenas duermo.
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