El género de películas interactivas no está exento de polémica y es evidente que es de nicho, ya que lo que algunos consideran una forma de entretenimiento divertida y original, a caballo entre una película y un videojuego, otros lo consideran aburrido precisamente porque no llega a ser ninguna de las dos cosas. Lo que está claro es que en los últimos años es un género que ha ido tomando importancia y ha dejado títulos para el recuerdo: Heavy Rain, Detroit: Become Human o The Walking Dead: A Telltale Games Series.
Incluso desarrolladoras como Quantic Dream, Telltale Games o Supermassive Games parecen centrarse en especial en este tipo de juegos. Por su parte, las plataformas de streaming como Netflix tratan de aportar su propia visión, como ocurrió con el famoso episodio de Black Mirror, Bandersnatch, donde el espectador podía tomar una serie de elecciones, aunque no es el único ejemplo de la plataforma. Como futuro proyecto de este tipo también estamos esperando Silent Hill: Ascension, del que no se sabe mucho más allá de que se verá a la vez en todo el mundo y los espectadores podrán tomar decisiones que afectarán a los personajes principales.
Las películas interactivas son ese enlace entre dos mundos que no solo tienen interés como producto artístico, sino como producto a consumir en una época en la que las principales compañías de entretenimiento compiten salvajemente por quitarse clientes unas a otras. ¿Sería buena idea fusionar las series tradicionales con el mundo del videojuego, una industria que factura ocho veces más que la de las películas de Hollywood? A juzgar por sus datos económicos y por los estrenos de series interactivas de los últimos tiempos, esto parece ser una tendencia que va en aumento.
Y en medio de todas estas conjeturas tenemos a Fort Solis, un juego indie desarrollado por Fallen Leaf y Black Drakkar Games que reúne las características más deseadas en una película interactiva, aunque tal y como se plantea el título, es más una serie interactiva. ¿Qué podrían aportar juegos como éste a la industria del entretenimiento? Más que analizar el juego, algo que ya hicimos en su día nuestro análisis de Fort Solis para PS5, lo que vamos a hacer es repasar cómo propuestas como estas podrían ser el futuro de las series.
Una nueva forma de entretenimiento
Fort Solis es en esencia un walking simulator, es el jugador quien dirige al personaje principal hacia los distintos lugares que investigar, donde suceden acontecimientos que avanzan la historia o donde se encuentra con otros personajes con quien conversar. En ocasiones también hay QTE (quick time events, momentos del juego donde se nos pedirá pulsar un botón en concreto para llevar a cabo una acción) que intervendrán en el tipo de experiencia que tengamos. Pero quitando esta parte en la que es el jugador quien tiene el control, no es muy diferente de una película o serie donde acompañamos al protagonista en sus aventuras. Más participativo, sí, pero la fórmula es la misma.
La parte interactiva de este tipo de películas es una forma de contar una historia que nos hace más partícipes de ella y nos sumerge en ese mundo de fantasía del que estamos siendo no solo espectadores, sino cómplices.

La buena narrativa es clave
Fort Solis está dividido en capítulos, lo que evidencia aún más su predisposición a la pequeña pantalla. Alguien me comentó que podía ser perfectamente una serie de alguna plataforma de streaming y comparto su opinión. Los capítulos duran aproximadamente una hora y terminan con algún cliffhanger que nos deja con ganas de querer pasar al siguiente para averiguar lo que ocurre.
Desde el inicio se juegan con nuestras expectativas respecto a qué es lo que está sucediendo y el jugador se va haciendo sus teorías, que irán probándose correctas o no a medida que avanza el juego. Los emails que se pueden ir leyendo en los distintos ordenadores que hay en Fort Solis y los diarios en formato de video nos ayudan a comprender, desde el pasado hasta el presente, qué es lo que ha ocurrido. Eso sí, no están ordenados y la información que obtenemos va dejando huecos que se van rellenando poco a poco y a un ritmo constante. Siempre se tiene la sensación de estar aprendiendo algo nuevo, pero con todo y con eso, se nos mantiene en vilo hasta casi el desenlace del juego.
Como producto de misterio funciona a las mil maravillas y el hecho de que podamos participar en elegir hacia donde ir y qué hacer no estropea las sorpresas porque está lo suficientemente dirigido como para resultar un mundo semiabierto pero controlado aún así.

Explotando las fortalezas
El punto fuerte de Fort Solis son sus escenarios. Tanto los exteriores de Marte como la base minera Fort Solis son dignos de admiración, más aún si tenemos en cuenta de que el juego es un indie. Esto es algo que una serie solo podría permitirse con un gran presupuesto tanto para decorados como para CGI. En un videojuego, al fin y al cabo, el escenario hay que crearlo de cero de todas formas, por lo que la ambientación no afecta tanto al presupuesto y permite ampliar el rango de opciones a la hora de crear una historia. Y yendo más allá aún, en un videojuego podemos permitirnos tener personajes que ni siquiera sean humanos, algo bastante costoso en tiempo y dinero en una serie.
Lo mismo ocurre con los actores de voz. Fort Solis tiene como protagonistas a Roger Clark (voz de Arthur Morgan en Red Dead Redemption 2) y a Troy Baker (voz de Joel en The Last of Us), dos de los pesos pesados del doblaje de videojuegos en inglés, así como a Julia Brown, actriz profesional. Un elenco de cinco estrellas en un juego indie es posible, pero nadie espera ver grandes nombres en una serie con un presupuesto ajustado.

Hay espacio para todos
Si bien creo que tanto películas interactivas tradicionales como su versión en videojuego pueden y van a convivir, es interesante saber que esta opción existe y que ofrece una experiencia diferente a una película o serie estándar. Más inmersiva, con capacidad de modelar o condicionar la historia y con la posibilidad de ubicarse en cualquier lugar y con cualquier tipo de protagonistas, el valor de la variante en videojuego es innegable.
Fort Solis en concreto ofrece una aventura difícil de trasladar al mundo de la televisión. El nivel de inmersión es algo que ni los mejores efectos especiales podrían conseguir porque va más allá de lo visual, se trata de vivir la experiencia, de relacionarse con el entorno de una forma activa que no puede imitarse por un entretenimiento pasivo como son las series o películas. Y eso es lo bastante diferente como para hacer de este género algo único que va un paso más allá del entretenimiento habitual al que estamos acostumbrados en la pequeña pantalla.