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Borderlands: Capitalismo interplanetario

El humor y la locura no desvirtúan el mensaje

La saga Borderlands siempre ha hecho gala de su actitud gamberra y desenfadada, sin embargo, aunque esté oculta bajo ese camuflaje de humor irreverente, Borderlands contiene mucha crítica. El famoso shooter looter de Gearbox utiliza precisamente ese humor “sin sentido” para lanzar numerosas críticas y mensajes muy concretos. De hecho, se trata de una obra mucho más profunda de lo que pueda parecer.

Para empezar, dejando de lado su apartado jugable, ¿en qué genero encasillamos a Borderlands atendiendo a su historia, tono y ambientación? Pues encaja dentro de varios géneros de ficción. Es una space opera, pero también es sci-fi, también es fantasía e incluso podríamos encajarlo en el marco post apocalíptico, en según qué entregas. Además de todos estos factores que aúna, el completo de la obra está teñido por un tono “space punk”. Así que, solo en su ambientación ya tenemos un amplio abanico de ideas y trabajos de diseño que van mucho más allá del juego lleno de tiros e insultos que parece ser a simple vista.

Sin embargo, lo más llamativo de esta saga son los mensajes que construye y, especialmente, los canales y vías que utiliza para transmitirlos. A lo largo de las cuatro entregas principales y los spin off se critican multitud de cuestiones, normalmente a través de la exageración, la caricaturización y la sátira, pero si hay una de estas críticas que destaca es la que se hace al capitalismo. Dependiendo de la situación, estas críticas pueden ser más explícitas o implícitas, van desde frases muy concretas hasta el lore y universo al completo que se ha creado para Borderlands. Si empezamos por el mismo nombre de la saga, borderlands viene a significar “tierras fronterizas”, y, al menos en mi caso, tardé bastante tiempo en darme cuenta del significado real tras este nombre. Hasta que, finalmente en Borderlands 3, te lo dicen explícitamente, por si habías tardado tanto como yo en hilar las cosas.

Páramo de Pandora en Borderlands 3
Pandora, una de las tierras fronterizas, marcada por la aridez y la pobreza.

El universo de Borderlands nos sitúa en una región del cosmos conocida como Las Seis Galaxias, un sistema de sistemas que aloja planetas de lo más variopintos. Durante las primeras entregas solo visitamos Pandora, el planeta yermo dónde se inicia la historia, y Elpis, la luna de pandora. Sin embargo, en Borderlands 3 nuestro campo de actuación se amplia a un total de cinco planetas distintos, cada uno con sus características. Es aquí donde cobra significado el nombre “borderlands” o tierras fronterizas. Al observar las diferencias entre Promethea (otro planeta) y el habitual Pandora. Promethea es parte de lo que en el universo de la saga se conoce como “tierras corporativas”, el término opuesto de las tierras fronterizas. Las tierras corporativas son mega urbes que ocupan planetas enteros, mejor posicionados en la galaxia y con muchos más recursos y modernización. Son planetas que encarnan un estilo incluso ciberpunk que contrasta con la pobreza de mundos como Pandora. Grandes ciudades, lujos y tecnología puntera… Mientras que en las tierras fronterizas todo es delincuencia, guerras de bandas, pobreza y escasez. ¿Os va sonando de algo?

Las tierras corporativas, estas megalópolis planetarias, están controladas por las grandes corporaciones empresariales de Las Seis Galaxias (la mayoría de ellas dedicadas a la industria armamentística y/o la explotación). Inicialmente, en la primera entrega de la saga, estas compañías eran casi anecdóticas, ya que su papel se reducía a figurar como las fabricantes de las armas que recogíamos. Cada vez que equipábamos un arma aparecía el logotipo de la compañía que la fabricaba. Sin embargo, a medida que avanza la saga, los cabecillas de estas corporaciones toman protagonismo en la historia. Llegados a este punto, la búsqueda de las legendarias cámaras no es la única problemática a la que nos enfrentamos. El icónico Jack El Guapo, por ejemplo, es uno de estos líderes empresariales y planetarios, de la empresa Hyperion, en concreto.

Las megacorporaciones en Borderlands no se limitan a reinar en el aspecto económico, sino que se convierten en mandatarias de planetas al completo, poseen ejércitos y hacen la guerra las unas contra las otras. Sin ir más lejos, la propia Hyperion ofrece un sistema para resucitar a la gente tras la muerte (elemento que el juego utiliza como mecánica de respawn). Por supuesto, para acceder a este sistema se le debe pagar a la corporación, por lo tanto, las corporaciones controlan la vida y la muerte, literal y metafóricamente hablando. Incluso, empleando su humor socarrón, las máquinas de resurrección nos dicen frases como “La muerte tiene un precio”.

Promethea, planeta de Borderlands 3
Promethea, una de las megalópolis planetarias dónde se ubican las grandes corporaciones.

Incluso Marcus, el personaje tendero recurrente en toda la saga, es una caricatura de la figura del empresario despiadado y sinvergüenza. Nos dice constantemente que no importa nada excepto el dinero, o suelta perlas como “Armas Marcus, recomiéndame a tus amigos… y también a tus enemigos”, cuando se supone que es parte de la resistencia que lucha contra la amenaza.

También hay espacio para críticas a la sombra del imperialismo o el colonialismo, y la relación que estos guardan con el capitalismo. Las mega corporaciones hacen la guerra con sus propios soldados, sí. Hombres salidos de las megalópolis planetarias. Pero eso es solo una pequeña parte, el grueso de los conflictos lo libran los marginados de las sociedades de Las Seis Galaxias. Los habitantes de las tierras fronterizas. Y, por supuesto, la mayoría de las batallas se libran en las propias tierras fronterizas, lejos de las grandes urbes planetarias. Los daños y las consecuencias son para los territorios ricos en recursos, pero marginados, y los beneficios para las grandes élites. Yo lo veo bastante claro.

Podría llenar muchas más líneas con más mensajes e ideas que esta saga transmite, si los analizara detalladamente uno a uno encontraría aún más lecturas, y daría para varios artículos completos. Lo que queda claro es que Borderlands es mucho más que disparos, acción desenfrenada y locuras absurdas. Mucho más. Y ojo, que esa acción loca le sienta bien, es ideal para no ser un título más, y para transmitir estos mensajes de una manera diferente y chocante.

JaviMGarcia

Made in 1992. Graduado en Periodismo, intento de escritor y amante de los videojuegos desde que vi a mi padre completar Resident Evil 2. Me gusta escribir sobre lo que comunican y transmiten los videojuegos. Si no me encuentras, busca la consola más cercana.
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