NoeFutu?
¿A qué está jugando:Verano, esa palabra antes era música para nuestros oídos. Ese momento de auténtica libertad en el que podíamos jugar a todo lo que quisiéramos, sin deberes (sin contar ese invento del demonio llamado “Cuadernillos Santillana”) ni más responsabilidades que las que tiene un niño. Ahora que la vida adulta nos está pasando por encima cual camión tenemos menos tiempo para jugar, pero siempre se puede encontrar un hueco para saciar nuestras necesidades jugabilísticas. Por ello, os hablaré de los juegos que están manteniendo fresquitos mis calurosos días de verano:
- The Legend of Zelda: Breath of the Wild
Ya no es que llegue tarde a la fiesta, es que llego cuando está la gente limpiando, los invitados se han marchado y solo quedan los restos de lo que pareció ser el evento del siglo. Cuando se lanzó Breath of the Wild, allá por 2017 (os di justo en la vejez), intenté unirme a la ola y jugar a este gran título, aunque claramente no era mi momento. Los mundos abiertos me abruman, y uno tan inmenso, con tantas posibilidades como este, me apabulló por completo. Recuerdo que hice un par de templos, conseguí un caballo al que llamé Diente de León, y poco más. Encima, coincidió en una época que no tenía mucho tiempo para jugar, y no era muy continuista con las cosas que hacía; se juntó el hambre y las ganas de comer. Así que dejé el título abandonado hasta 2023.
Todos queremos fingir, en un momento u otro, que estamos por encima de las modas, y que solo seguimos nuestro camino. Porque todos mentimos en algún momento. Dejé aparcado BOTW hasta que me apeteciera jugar, y no podréis culparme que me entrara un hype irremediable al ver el tráiler oficial de Tears of the Kingdom. Así que tomé una decisión, pasarme de una vez por todas Breath of the Wild. Y en ello estoy. Llevo algo más de la mitad del juego, y la experiencia está siendo increíble. Desde 2017 he intentado solventar mi problema con los mundos abiertos, pasándome unos cuantos desde entonces, pero ninguno fue como este.
Esa sensación de libertad, de que todo es posible, no la he tenido con ningún título antes. Un mundo entero por explorar, y también que salvar. No es perfecto, que la historia sea llevada únicamente por recuerdos limita sus posibilidades, entre otros problemas. No obstante, en ningún momento se va la sensación de que este juego va más allá de ser un juego corriente, de que estás jugando algo muy especial. Aún me quedan muchas horas hasta completar el juego, pero esta experiencia me está dando una nueva perspectiva con lo que espero de un juego al que llaman, sin equivocarse, obra maestra. No sé qué opinaré al acabarlo, y dicen que TOTK supera con creces todo lo establecido en BOTW, pero este título me ha hecho replantearme las cosas como jugadora, y sobre todo me ha demostrado que las segundas oportunidades pueden cambiarlo todo.
En el artículo que escribimos sobre los juegos que estábamos jugando en Navidad (¿en serio? ¿de nuevo auto-spam?), hablé de mis primeros pasos por la serie Final Fantasy. Y fíjate las casualidades, que este mismo año ha salido otro título de la saga principal, así que en mi nueva posición como jugadora de FF me he lanzado a jugar desde el día de lanzamiento a la nueva fantasía final. De hecho, estaba tan ansiosa que jugué la demo completa, incluso el capítulo de gameplay (no juguéis a esto último si no queréis spoilers). Y claro, después de semejante demo, mis expectativas estaban por las nubes.
Me he lanzado a jugar desde el día de lanzamiento a la nueva fantasía final
Hay una cosa curiosa que pasa con Final Fantasy, y es que como es una saga que empezó hace muchos años, y que mantiene el nombre en sus títulos principales, los fans se han dividido por generaciones. Según con qué título hayas empezado, los siguientes te parecerán “más o menos FF” desde tu perspectiva como jugador, comparándolo siempre con tu título favorito. Aquí radica la guerra entre jugadores clásicos y modernos, la base del “Esto ya no es un FF”. Lo que podría ser un inconveniente para algunos, yo lo considero una ventaja: al ser tan novata en la saga, no tengo expectativas ni ningún esquema intocable con lo que debe ser un FF, así que supongo que la “ignorancia” o la “no nostalgia” juega de mi parte.
Voy por la mitad del juego, repasando todos los escenarios y completando todas las secundarias (F en el chat, por favor), y, con todos sus peros, Final Fantasy XVI es un pura epicidad. Todos los apartados son absolutamente épicos, su historia, las cinemáticas, pero sobre todo los combates son adrenalina en estado puro. Clive es un protagonista que en cuyos tráilers parece un tipo duro y enfadado con el mundo, cuando en realidad es tu tipo dulce y melancólico que solo intenta ser un poco mejor. Un videojuego, que aunque está lejos de ser perfecto, ha conseguido transportarme a su mundo, haciéndome olvidar todo lo demás.
Sí, no sé lo que se supone que debe tener un Final Fantasy para considerarse como tal, pero desde luego estoy disfrutando mucho mis horas en este FF, tanto que hasta las secundarias se hacen amenas (más o menos). Un momento, ¿eso significa que como FF XVI me ha gustado, y es de uno de los primeros títulos de la serie que me he pasado, podré quejarme en el futuro de que FF XXIII no es un verdadero FF? Espero que sí.
Vera?
¿A qué está jugando:La vida adulta no es tan divertida como parecía y eso de no tener tres meses de vacaciones me traumatiza… pero si hay algo que tengo claro es que el mejor lugar para pasar el verano es en casita con el aire acondicionado y una bebida con hielo. Y si puede ser acompañados de un buen juego, mejor que mejor. Suelo estar dando caña a uno o dos juegos «normales» mientras aprovecho ratos libres o momentos en que coincido con amigos para entrar a juegos multijugador. Estos son los que me mantienen ocupada ahora mismo:
- Dead by Daylight
El multijugador asimétrico de Behaviour Interactive acaba de celebrar su séptimo aniversario y pese a los años que tiene el juego, la diversión es muy real, especialmente si haces equipo con colegas. Y hablando de diversión, el 25 de julio llegará el nuevo superviviente, nada más y nada menos que el actor Nicolas Cage, que ya se ha dejado ver en el reino de pruebas. Sus habilidades son una mezcla de meme y utilidad. Destaca especialmente «giro argumental», que como hemos visto en los vídeos de los que ya han podido probarlo, permite entrar en estado agonizante sin hacer ruido una vez te hieren, pudiendo recuperarte por tu cuenta con toda la salud. Los más hábiles están usando esto para perder de vista al asesino en medio de una persecución o esquivar sus ataques. Personalmente estoy deseando que llegue y poder echarme unas risas mientras huyo del asesino (y probablemente fracaso en el intento).
- Resident Evil 2 Remake
Hace muy poco logré hacerme al fin con la figura de Leon S. Kennedy de la versión coleccionista de este juego y para celebrarlo me lo estoy pasando de nuevo. Tengo que decir que en su momento jugué a la versión original y lo pasé bastante mal porque los zombies siempre me han dado mucho yuyu. Según empecé este remake no podía dejar de pensar: «es exactamente como lo recordaba». Tanto fue así que por curiosidad me metí a ver videos de comparativas con el juego original… y nada que ver. Lo que yo recordaba como terrorífico no eran más que pixels mal puestos. Cómo se nota que a falta de buenos gráficos nuestro cerebro rellenaba con imaginación. En cualquier caso, me alegra mucho que Capcom haya decidido dar una segunda oportunidad a las entregas más antiguas de uno de sus buques insignia, no solo por los nostálgicos sino también por los jugadores que no llegaron a jugar a estos clásicos.
¿A qué está jugando: José?
Como parte del segmento de NaviGames que escribe desde Latinoamérica, tengo que admitir las diferencias de calendario, sólo algunos están de vacaciones y los demás andamos como si nada, así que el ambiente no es tan veraniego, sino relajado a secas, sin mencionar que el clima es algo más piadoso (Fuerza con el calor, camaradas). Sin embargo, todos sacamos ratos para pasarla bien con nuestro pasatiempo predilecto, y en mi caso es temporada de estrategia por turnos y combate táctico. No ando en modo flagelo como el bueno de Roberto con Fear & Hunger, y aún así he tenido mis buenos quebraderos de cabeza con dos clásicos del género:
- Into The Breach
Aprovechando la salida de la Advanced Edition el año pasado, regresé a este clásico de mechas y kaijus con el objetivo de pasar un buen rato y poco más: tirar frases trilladas al hacer una buena jugada, mirar memes de Godzilla o pensar que soy parte de El Imperio Mecha Samurai. Sin embargo, esta vez se me alborotó el ojo crítico, me puse a revisar de cerca su diseño y me he encontrado con un subtexto que no he visto tanto en obras de este tipo. Las peleas contra monstruos gigantes y las coreografías robóticas a gran escala siguen siendo geniales, mucho más ahora con el nuevo contenido, pero no puedo evitar quedarme con ese sentimiento extrañamente humano que siempre me han dejado las buenas historias de ciencia ficción. Tengo ganas de escribir al respecto más adelante, no tanto para «hacerle justicia» o algo así (Into The Breach se defiende bien por sí solo), sino para darle vueltas, abrir discusiones y revisar qué hay detrás de la épica del conflicto humanidad robo-aumentada vs amenaza titánica de la naturaleza.
Creo que la filosofía de nuestros tiempos es la de «jugar y desechar», siempre es bueno mantenerse al día con los últimos lanzamientos, pero también viene bien regresar un poco y revisar qué nos perdimos en el pasado, poner la lupa sobre qué fue «bueno» o «malo» en su momento para escuchar con atención lo que no pudimos entender en su momento.
- Darkest Dungeon
Este caso es más del punto anterior, aunque con un vuelco hacia el horror cósmico. El manejo de recursos y la presión de mantener vivo a tu equipo son tareas extrañamente reconfortantes para algunas personas, por lo que nada viene mejor después de un día ajetreado y lleno de estrés que una simulación interactiva de ajetreo y estrés, más aún porque la vida adulta no pinta tan mal si sabes hacerle counter a los tentáculos gigantes o a los hombres-pez. Cuando ya conoces estos títulos de antemano la experiencia sigue siendo tensa y requiere de un buen compromiso, pero hay algo de relajante en construirte tu propio pueblo decadente con casinos y horrores más allá de la comprensión: la seguridad de que lo tienes bajo control. En mi opinión pocas cosas traen más calma que dicha sensación de seguridad, así que aunque no seas partidario/a de videojuegos como Darkest Dungeon, sí que llamo a darle un momento a todos esos títulos que nos hacen sentir al volante de nosotros mismos y de nuestras vidas.
Vic?
¿A qué está jugando:Entre el sinfín de misiones secundarias que se desbloquean a medida que se avanza en Final Fantasy XVI, y el recién analizado Atelier Marie Remake, a poco más he tenido ocasión de jugar. Suelo relacionar el verano a novelas visuales, principalmente a VA11 HALL-A, dado que es la época en la que se lanzó y lo jugué, y al que vuelvo a caer cada par o tres de años, puesto que siempre está bien echarse unas risas mezclando bebidas y cambiando vidas. Desgraciadamente, este año no ha sido el caso, pero sí que me he refrescado un poco con otra novela visual. Marcando el primer lanzamiento oficial en occidente de una novela de Type-Moon, he vuelto a Witch on the Holy Night, más concretamente, al contenido posterior a la historia principal, pues tras medio año cogiendo polvo en la lista de pendientes, no podía dejar pasar más tiempo para terminarlo por completo.
- Witch on the Holy Night
Aunque sea la primera novela visual en ser localizada de forma oficial en occidente, igual conoceréis el nombre de Type-Moon por franquicias como Fate/, que estrena en septiembre Fate/Samurai Remnant, el último título de acción de la mano de Koei Tecmo, o Tsukihime y Melty Blood, este último un título de lucha, entre otros. Nacidos como una pequeña desarrolladora de novelas visuales, han saltado a todo tipo de géneros con sus franquicias, además de a otros medios populares en Japón como el anime y el manga.
Witch on the Holy Night no interactúa con el jugador, pues su narrativa avanza sin ninguna toma de decisiones. No hay izquierda o derecha que tomar, no hay juicio escolar donde acusar, y mucho menos batallas por turnos donde pelear. De este modo, sería más fácil mencionar que controlamos el juego, pero no el flujo de la historia que se nos narra, más allá de controlar su avance y su pausa. Somos la audiencia, a este lado de la pantalla.
La historia nos transporta al Japón de finales de los 80, en una pacífica ciudad donde Aoko Aozaki y Alice Kuonji viven en una mansión en la cima de un monte, la cual se rumorea que está encantada. No muy lejos de los rumores, ambas mantienen en secreto su identidad como brujas, la primera bajo la tutela de la segunda, mientras mantienen su vida cotidiana dentro de la ciudad. Junto a la llegada de Soujyuro Sizuki, un chaval que ha vivido alejado de la civilización toda su vida, empiezan a suceder misteriosos incidentes. Una sinopsis así daría lugar a pensar en una sucesión de eventos repletos de acción y misterios, y aunque los haya, estos no son los géneros principales por los que se desarrolla la historia.
Balanceando sus vidas como estudiantes y personas con habilidades sobrenaturales, las escenas cotidianas cobran un mayor peso ante tales seres excepcionales, demostrando que no es necesario ser extraordinario para ser un personaje interesante. Con un ritmo tranquilo y hasta calmante cuando debe, también sabe darlo todo cuando la acción lo pide, acompañado en todo momento de una sublime banda sonora que casa a la perfección. Además es bien corto, en poco más de 20 horas se disfruta de su historia principal, con un par de historietas adicionales que sacan una sonrisa gracias a su elenco de personajes.