La semana pasada dimos un repaso a algunas razones para jugar Overwatch hoy en día. Y, si bien todas y cada una de ellas son ciertas, no negaré que fue algo complicado pensar en cinco buenos motivos. ¿Sabéis lo que no fue tan difícil? Pensar cinco razones para no jugar Overwatch. No fue difícil, no. De hecho, lo difícil fue quedarme solo con cinco. Así que, después de haberle dado la mano a Blizzard durante unos cuantos párrafos por su trabajo pasado, aprovechemos esta ocasión para poner las cosas claras y destacar todo lo que hicieron mal con un juego que les había vuelto a poner en la cima.
No hay nuevo contenido
Echo, el último personaje que Blizzard añadió a Overwatch, llegó al juego a principios de 2020. Desde entonces, el número de héroes disponibles se ha quedado estancado en 32. ¿Y mapas? Bueno, el último añadido fue La Habana, esta vez un año antes: a principios de 2019. Desde entonces se han enseñado varios escenarios nuevos para Overwatch 2, la excusa de Blizzard para dejar de añadir contenido nuevo a la entrega original.
Habiendo visto ya varios vídeos de la secuela y tras más de dos años de su presentación, creo que hablo en nombre de todos si digo que las novedades de Overwatch 2 no son las suficientes como para justificar abandonar por completo el juego original prometiendo más contenido cuando su secuela, sin fecha de lanzamiento, llegue al mercado. No puedes descuidar a tu ya poca base de jugadores esperando que se queden durante varios años sin ninguna novedad, y menos aún en esta época que vivimos con una industria rebosante de títulos y juegos como servicio.
Las únicas novedades más o menos constantes son elementos cosméticos cuando hay eventos, el único momento en el que puede merecer la pena volver a jugar si hace tiempo que lo desinstalaste y tus amigos tampoco suelen echarle muchas horas. Sacarte unas monedas extra para pillar la skin de turno puede estar bien, pero no es suficiente.
Eventos repetitivos
Y precisamente hablando de eventos, había que abrir este melón. En Overwatch hay varios eventos anuales que se repiten una y otra vez en las mismas fechas. Y cuando digo que se repiten, lo digo literalmente: siempre es el mismo. En invierno ya sabes que toca lanzar unas bolas de nieve con Mei, espero que disfrutes mucho de las hordas de Halloween, y para jugar a Lúcioball pues casi mejor me voy al Rocket League.
La única novedad en cada uno de estos eventos son, como mencioné antes, los elementos cosméticos que se van añadiendo, teniendo también la posibilidad de conseguir los de años anteriores, siendo el evento del aniversario el más diverso en esta materia. Pero, en cuanto a lo jugable, ninguna novedad, ningún cambio, absolutamente nada nuevo.
Porque, claro, para qué celebrar estas fechas con novedades jugables que puedan atraer a la gente que se descolgó de Overwatch hace años, ¿verdad? Mejor podéis repetir los mismos modos de juego en bucle, así seguro que llamáis la atención de la gente que dejó de jugar porque se había aburrido. No sé quién en Blizzard pensó que esto era una buena idea, pero podríamos decir que se “lució”.
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Overwatch Year of the Tiger begins Jan 25. pic.twitter.com/ens818B2kV
— Overwatch (@PlayOverwatch) January 23, 2022
Matchmaking eterno
¿Qué ocurre si dejas de preocuparte por mantener la comunidad de jugadores? Pues que dejas de tenerla, claro. ¿Y qué ocurre cuando un juego online deja de tener gente? Pues que cada vez es más difícil encontrar partida. Si a eso le sumamos el horrible balanceo de personajes y roles, terminas creando colas eternas para la gente que quiere llevar el rol de daño, sobre todo en partidas competitivas.
Todos esos minutos esperando para jugar y, cuando por fin encuentra partida, resulta que tienes un gilipollas en tu equipo. O dos. O tres.
Yo mismo he estado en la situación de buscar una partida siendo dos personas en el equipo y una de ellas escogiendo el rol de daño, y tener que esperar más de media hora para encontrar una partida competitiva a la que unirnos, porque no había gente suficiente para rellenar el resto de roles. Es lamentable tener que esperar semejante cantidad de tiempo para jugar una partida en ningún juego, y menos en uno donde las partidas suelen ser relativamente rápidas en general.
Tan grande es el problema que Bllizard trató de sacarse un as de la manga: los pases de prioridad. Estos pases se consiguen jugando en roles menos jugados, es decir, jugando a lo que nadie quiere jugar, y se utilizan al entrar en cola, supuestamente ayudando a encontrar partida. Esta es la teoría. ¿Y en la práctica? Pues estos pases de prioridad solo se usan en la cola del rol de daño, que es donde todo el mundo quiere jugar. Y, como todas las personas utilizan los pases, al final la cola de prioridad es la misma que antes de la implementación de los mismos. Vaya, que ha solucionado una mierda y menos, hablando en plata.
Pero es que esto va más allá. Una de las novedades de Overwatch 2 es que los equipos pasan a ser de cinco personas en lugar de seis. ¿Adivináis qué rol han quitado para llegar a esa cifra? Uno de los tanques, la cola con menos gente en todo el juego. Con la excusa de poder balancear mejor los héroes y demás tonterías, han preferido cargarse la mitad de uno de los roles para que el matchmaking pueda ser más rápido el día que estas novedades lleguen. Si tenéis un equipo montado con seis personas, ya podéis ir eligiendo al que se quede fuera.
Toxicidad
Todos esos minutos esperando para jugar y, cuando por fin encuentra partida, resulta que tienes un gilipollas en tu equipo. O dos. O tres. ¿Te vas a salir para buscar otra partida mejor, teniendo que esperar de nuevo 10 minutos? ¿O vas a soportar las tonterías que tenga que soltar, reportarle después y desear tener mejor suerte en la próxima?
Esto tipo de comportamiento en juegos online es muy habitual, ya lo sabemos todos. Los insultos vuelan en League of Legends, y mucha gente suelta basura por la boca en Valorant. No iba a ser distinto en Overwatch, por desgracia. Y reza para no ir en el rol de apoyo, porque esa gente es la que más paciencia necesitan para no terminar desquiciados por esta clase de gente. Sí, lo sé de primera mano.
No es raro terminar la partida con el chat lleno de mensajes confirmándote que tu reporte ha sido recibido con éxito en las queridas oficinas de Blizzard, en un tono amarillo que adorna de maravilla la esquina inferior izquierda de tu pantalla mientras buscas la siguiente partida. A veces, y solo a veces, un aviso a pantalla completa de comunica una de las mejores noticias posibles: alguien a quien reportaste ha sido amonestado. Y digo «amonestado» y no «baneado» porque a la mayoría solo le quitan el acceso al chat en partida varios días, poco más. No sé, Blizzard, cuando un jugador insulta abiertamente por escrito, se pasa toda la partida molestando al resto de su equipo y decide quedarse afk al final, igual un castigo mayor no vendría mal.
Blizzard
No creo que haga falta explicar mucho al respecto. Ya todos sabéis la cantidad de cosas que han ido saliendo de Blizzard estos últimos meses, y todas las que seguramente seguirán saliendo conforme pase el tiempo. Eso sin tener en cuenta las que nunca sabremos, claro. Este motivo daría para hablar durante un buen rato, ya que Blizzard no es la única compañía que tiene esta clase de prácticas, nada más lejos de la realidad. No quiero profundizar más en un tema tan sensible, pero me parece el motivo más de peso en esta lista para no jugar Overwatch, ni ningún otro título de esta gente.
Y con eso acabamos. Overwatch fue uno de los mayores éxitos de Blizzard en su lanzamiento, y con los años se ha ido convirtiendo en un nombre sin fuerza, del que mucha gente guarda recuerdo, pero no especial cariño. Uno de los mejores ejemplos de que esta industria, en muchas ocasiones, castiga con fuerza a las compañías que no saben cómo satisfacer a sus jugadores en estos títulos con una vida que debería extenderse en el tiempo más de lo que Overwatch pudo mantenerse a flote. No sabemos si Overwatch 2 logrará llamar la atención lo suficiente como para colocar de nuevo ese nombre en el mapa, tan solo el tiempo lo dirá.