El vacío que ha dejado la saga Left 4 Dead en el corazón de los jugadores es importante. Esperando esa tercera entrega que parece que nunca llegará, muchos estudios se han aventurado a hacer aventuras que imiten su fórmula, pero añadiendo sus propios toques distintivos para hacer evolucionar una propuesta que parecía perfecta, como los fantásticos Warhammer: Vermintide o el no tan destacable World War Z.
Rebellion es un estudio con una forma muy propia de hacer las cosas y con una larga trayectoria a sus espaldas, aunque las principales sagas por las que son conocidos son Sniper Elite y Zombie Army. Mientras que he jugado mucho a diferentes entregas de Sniper Elite, jamás me había acercado a la serie que nos ocupa, así que me asustaba un poco ese 4 en el título. Nada más lejos de la realidad: si buscáis diversión directa y sin complicaciones eliminando no-muertos demoníacos nazis, tanto en solitario como en cooperativo, Zombie Army 4: Dead War puede ser un juego que os de decenas de horas de felicidad.
El espíritu de Left 4 Dead sigue entre nosotros
La premisa de Zombie Army 4: Dead War no podría sonar más prometedora: tras mandar a zombi-Hitler al infierno en la tercera entrega, los protagonistas esperaban que las huestes de zombis de extrema derecha del Inframundo desaparecerían al haber perdido a su comandante, pero nada más lejos de la realidad. Los zombis siguieron vagando por el mundo y siguen las órdenes de alguien, así que el trabajo de los valientes héroes de la tercera entrega aún está lejos de terminar.
Deberemos limpiar de zombis varias zonas de Europa y otros territorios más espirituales de los que no haré spoiler; su argumento no es una de sus mejores cualidades, pero sí su absurdo y maravilloso sentido del humor, así que merece la pena que viváis este recorrido sin conocer muchas de sus secciones, pues algunas de ellas son bastante originales en el género.
Contaremos con nueve campañas diferentes divididas en varios niveles, pudiendo elegir superarlos en solitario o en compañía de otros tres jugadores humanos. No hay opción de jugar con héroes manejados por la IA, una decisión que al principio puede parecer chocante, pero que se agradece dentro de la estructura de niveles del juego de Rebellion.

Los niveles de Zombie Army 4: Dead War son muy lineales y siempre tendremos un objetivo muy claro que cumplir, siendo en la mayor parte de los casos recorrer el nivel eliminando a toda criatura que se cruce en nuestro camino o arreglar mecanismos que nos permitan seguir avanzando para seguir destruyendo seres infernales. Sin embargo, la gente de Rebellion siempre gusta de llenar sus fases de una gran cantidad de extras, en su mayoría muy interesantes y divertidos. Por ejemplo, más allá de los típicos documentos/cartas/cómics que suelen tener este tipo de propuestas como extras, tendremos que encontrar escenas de ritos satánicos que esconden macabras sorpresas (e incluso sustos) o manos zombi que han cobrado vida y se dedican a tareas bastante bizarras, pero hay muchos otros.
Los escenarios de Zombie Army 4: Dead War cuentan con los suficientes rincones y recovecos como para que dediquemos un buen rato a explorar, pero siempre seremos recompensados con armas, munición o extras de los anteriormente comentados. Es una gran forma de dar variedad a una jugabilidad bastante sencilla, aunque efectiva. Si habéis jugado al más reciente Sniper Elite, observaréis que el manejo de las armas y las sensaciones a los mandos en cuanto a la movilidad del personaje son idénticas, a pesar de que Zombie Army 4: Dead War sea una propuesta mucho más centrada en niveles compactos que se alejen de los semi-mundos abiertos de los últimos juegos del estudio.
La tímida evolución del género

El rifle de francotirador usa el mismo sistema de físicas que la saga Sniper Elite, pero también podemos hacerlo más simple
Todo esto está muy bien, pero aquí hemos venido a destruir zombis nazis. ¿Cómo lo hacemos? Zombie Army 4: Dead War es un shooter en tercera persona en el que siempre contaremos con un arma principal (rifle de francotirador), una secundaria (escopetas y ametralladoras) y una pistola, además de distintos tipos de granadas y minas. El rifle de francotirador utiliza el mismo sistema de físicas que la saga Sniper Elite, lo cual implica un sistema de apuntado que puede tener un gran realismo si así lo deseamos: la dirección del viento y la distancia a la que está el objetivo, por ejemplo, pueden ser elementos que afecten a la trayectoria de la bala cuando apuntamos.
También podemos decidir prescindir de este realismo y que donde pongamos el ojo con la mira, pongamos la bala. Otras de las mecánicas características del estudio también están presentes, como son las de aguantar la respiración para ralentizar el tiempo y obtener mejores disparos, y la cámara de muerte que obtenemos con algunas bajas. En algunas ocasiones, cuando eliminemos a algún enemigo veremos una espectacular cinemática que sigue el recorrido de la bala hasta que llega al cuerpo del monstruo que estamos abatiendo, cuyo cuerpo podremos ver con gloriosa visión de rayos X para ver a qué órganos zombificados hemos dado.

Algo que aporta Zombie Army 4: Dead War es su apuesta por un sistema de puntuaciones unido a las rachas de combos
Un añadido muy interesante que aporta Zombie Army 4: Dead War a la fórmula clásica de esta clase de juegos es una fuerte apuesta por el sistema de puntuaciones en combinación con rachas de combos, además de una gran cantidad de perks y habilidades personalizables que obtenemos a medida que subimos de rango (podemos subir hasta el rango 100). Con la puntuación obtenida al final de los niveles subimos de nivel, lo que nos da acceso a nuevas habilidades para nuestro personaje y nuestras armas (en este caso además podemos obtenerlas cumpliendo una serie de requisitos específicos con dicha arma), que van desde las típicas mejoras pasivas como un aumento de munición o una mayor resistencia a los ataques físicos, hasta daño elemental o volver a la vida si matamos a un enemigo en un tiempo determinado. Muchas habilidades cuerpo a cuerpo permiten además que ganemos salud o munición, fomentando que estemos pendiente de cómo usamos nuestras habilidades, además de ser muy creativas.
En definitiva, todas las posibilidades de personalización de armas, habilidades y personajes, en combinación con la gran cantidad de niveles que hay, la variedad de enemigos y de escenarios, hacen de Zombie Army 4: Dead War un juego capaz de ofrecer profundidad a aquellos que la busquen más allá de su efectiva y divertida premisa inicial… y esto solo en solitario. La dificultad del juego es exigente, pero está hábilmente ajustada para ser plenamente disfrutable para un solo jugador. Aún así, como suele ser habitual en este tipo de juegos, en compañía mejora exponencialmente. Va más allá de lo que ofrecía el título de Valve gracias a la estrategia que se deriva de la personalización de los personajes y las habilidades de cada jugador. Por si fuera poco, contamos con un efectivo Modo Horda y misiones periódicas para alargar aún más la vida del juego.
Quizás le haya faltado algo más de variedad en los objetivos de las misiones para hacer la experiencia algo más variada, pero se compensa con todos los contenidos que incluye y la diversión que ofrece. A nivel gráfico, sin llegar a destacar, sí que se ve muy sólido y estable, incluso en los momentos de mayor ocupación de elementos en pantalla; nunca llega a tener hordas gigantescas, pero sí que puede mover una gran cantidad de enemigos en pantalla sin resentirse.
Conclusiones
Zombie Army 4: Dead War es un fantástico shooter en tercera persona que tiene horas y horas de contenido para un jugador, pero que se disfruta más en cooperativo gracias a las posibilidades de personalización que ofrece. Su sentido del humor y la diversión sin complicaciones que ofrece son sus mejores cualidades.
Zombie Army 4: Dead War
Puntuación Final - 8
8
Recomendado
Zombie Army 4: Dead War es un fantástico shooter en tercera persona que tiene horas y horas de contenido para un jugador, pero que se disfruta más en cooperativo gracias a las posibilidades de personalización que ofrece. Su sentido del humor y la diversión sin complicaciones que ofrece son sus mejores cualidades.