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Análisis de Zenith: The Last City para PC

Un paso más cerca de recrear una experiencia a lo SAO

Los MMO están en la cresta de la ola, un ejemplo excelente es el reciente estreno de Lost Ark en nuestra región. Es un género que puede no gustar a todo el mundo, pero, sin duda, es uno que te absorbe y atrapa (para bien y para mal). Uno de mis primeros juegos, y al que siempre guardaré cierto cariño, fue World of Warcraft, y desde ahí, mi amor por este género no ha parado de crecer.

Zenith: The Last City no es simplemente un MMO, es un MMO con estética anime orientado para Realidad Virtual (RV). El título es compatible con Oculus, Valve Index, HTC Vive, PlayStation VR y PC. Ramen VR es el estudio tras el juego (compuesto en sus inicios por dos personas), el cual gracias un Kickstarter tremendamente exitoso pudo ver su sueño hecho realidad. Aunque este análisis se ha realizado con una clave para Oculus, el título ha salido al mercado como un acceso anticipado (algo que al parecer, solo Steam te notifica de manera clara, lo cual es un error) y, sin duda, tiene potencial. De momento, tanto las voces como los textos están en inglés.

Zenith: The Last City es una propuesta con fuerza, sin embargo, me gustaría dejar clara una cosa desde el principio. Como MMO, Zenith no es una experiencia diferente u original, no es una panacea, de hecho, es más bien mediocre en algunos aspectos. Si esto es así, ¿qué es lo que me ha tenido pegada a mis gafas de realidad virtual? Lo tremendamente divertido que es jugar al juego con RV.

La historia principal nos planta en el mundo de Zenith, en el cual la «Esencia» es la «fuerza vital» que se encuentra presente en todos los seres vivos (al más puro estilo Final Fantasy), y lo que permite utilizar la magia. Los Zenitheans han conseguido dominar y amplificar esta Esencia mediante tecnología, construyendo la gran ciudad-estado de Zenith. Sin embargo, hace cientos de años, el Rey Dios Rhel’ka hizo chocar una embarcación contra el mundo y liberó horrores y bestias, lo que hizo que Zenith se aislara del exterior y dejara al resto de la humanidad a su suerte. Aunque se consiguió sellar a Rhel’ka, este sello parece estar desvaneciéndose, y una extraña Corrupción ha aparecido.

En el juego, seremos recluta del ejército de Zenith, y, de hecho, nosotros también estaremos corruptos, aunque parece no afectarnos. Eventualmente, deberemos abandonar la ciudad y explorar el mundo exterior. Aquí es donde creo que el juego muestra una de las cosas donde más palidece: las misiones tienen su hilo argumental enredado.

Los textos de las misiones principales son breves y apenas se profundiza en la historia general

Las misiones que pertenecen a la historia principal nos van llevando por diferentes zonas, pero la conexión entre unas y otras es muy vaga. En cada zona tendremos que ayudar al PNJ de turno que está en apuros, sin embargo, no existe un hilo conductor entre unos y otros. Cada zona del mapa es independiente de Zenith y cada una tiene sus propios problemas, por lo que es difícil entender nuestro objetivo. Además, el juego utiliza términos como Elder o Artifact,sin primero explicarte qué son, y aunque lo aprenderás según hagas más misiones, es realmente confuso.

Zenith posee un mundo bastante amplio para lo que cabría esperar de un título con acceso anticipado. Aunque hay distintos tipos de biomas, las zonas en las que se divide son prácticamente iguales. Cada zona cuenta con puntos de teletransporte para que sea más fácil cambiar de una región a otra. Al igual que hacen otros títulos como Genshin Impact o The Legend of Zelda: Breath of the Wild, el juego nos motivará a explorar cada rincón buscando las «Lágrimas de Amara«. Cada vez que reúnamos cierto número, podremos visitar la estatua de esta diosa y nos aumentará el aguante.

La cocina es, de lejos, lo que más he disfrutado del juego junto con la mecánica de planear

Esto es importante, ya que planear es casi el único método de transporte (además de los mencionados puntos de teletransporte). El juego cuenta con diferentes configuraciones tanto para esta mecánica como para el movimiento o la vista en primera y tercera persona. Esto está pensado para que aquellas personas que sufren de cinetosis con el visor vean reducidos los síntomas. Aunque no es mi caso, he probado a planear con la configuración más suave y más tarde me he cambiado al modo «Strafe«, lo cual mejora al 200% esta mecánica.

Explorar y buscar por cada rincón del mapa, escalando y sobrevolando zonas, es una de las experiencias más satisfactorias que te puede ofrecer el juego, junto con la cocina. Incluso tiene sus ventajas, por ejemplo, los enemigos no saben escalar, por lo que si te encuentras en un apuro, siempre puedes correr y subirte a un árbol o alguna construcción.

Como buen MMO, la experiencia multijugador es algo que va inherente al título. En muchas ocasiones, te encontrarás con otros jugadores y podrás hacer equipo con ellos para superar retos. Además de misiones de grupo y mazmorras, el juego también tiene eventos. En cada zona, los enemigos soltarán un mismo tipo de botín, y junto al que obtienes en los eventos, podrás crear diferentes armas y armaduras.

Actualmente, en el juego hay dos clases: Blade Master y Essence Mage. Además, estas dos clases tienen tres roles diferentes: tanque, soporte y daño. Aunque el nivel de progreso no se comparte, puedes cambiar y subir cada rol en cualquier momento con el mismo personaje. En mi caso, elegí Essence Mage de tipo daño, por lo que me he pasado la gran mayoría del juego lanzando hechizos con gestos y disparando con mis pequeñas pistolas de proyectiles.

Independientemente de nuestra clase, tendremos lo que se conoce como Godstones. Estas «piedras», en mi caso, se traducían en distintos hechizos para los distintos gestos. Por ejemplo, si me equipo la godstone Flaming Barrier, mi gesto hacia la izquierda se traducirá en un muro de fuego que hace daño continuo a los enemigos que estén dentro de él. Cada hechizo tiene una rareza y mejoras distintas, cuánto más raro, más mejoras tendrá.

Si tienes mala conexión o el servidor está saturado, es posible que el combate no sea tan satisfactorio

Como en cualquier juego, la muerte es un destino con el que te encontrarás tarde o temprano. Aparte de renacer en el punto de teletransporte más cercano y tener que volver a recorrer el camino, no hay ninguna penalización. Tampoco existe la durabilidad en el equipamiento. Ocasionalmente, te encontrarás con jefes de zona, los cuales suelen ser más duros, pero de algo tenía que servir haber jugado a los Dark Souls. Con mucha paciencia y aplicando la técnica de pegar y esquivar, puedes hacerte en solitario a casi cualquier enemigo del juego, aunque es mucho más fácil buscar a alguien que te ayude.

Las horas que he pasado en Zenith me han dejado una sensación un tanto agridulce. Por un lado, la experiencia de RV es fantástica, y en cuanto el título esté completo, será aún mejor. Aunque el combate o mecánicas adicionales como cocinar se pueden hacer repetitivas, siempre encuentro cierto entretenimiento en ellas. La música es aceptable, aunque no sobresale, tampoco molesta.

Como ya he comentado, la escasez de variedad entre biomas y enemigos es obvia. Los enemigos de cada tipo tienen el mismo esqueleto y solo cambia su apariencia, y a veces puede ser algo tan cutre como que un enemigo humano simplemente se distinga del resto en su tamaño y nombre, no en el aspecto o en las habilidades.

Que unos cultistas que adoran al Rey Dios tengan ordenadores en mitad de la jungla es, cuanto menos, curioso

Como en cualquier acceso anticipado, existe cierta cantidad de bugs. Zonas del mapa sin acabar por donde te puedes caer, plantas que aparecen en mitad del aire, misiones que no te indican donde está el objetivo… En ciertos momentos, se puede volver bastante frustrante dar vueltas por el mapa sin encontrar ese enemigo que necesitas, sobre todo en niveles altos. Además, en los niveles altos aún no hay demasiada gente, por lo que es complicado completar eventos de forma exitosa. Además, la experiencia requerida para subir de nivel va aumentando cuando las misiones (tanto principales como secundarias) son escasas y están bloqueadas por nivel. Esto, unido a los errores que causa el último parche, ha hecho que me sea imposible haber llegado al endgame del juego a tiempo, aunque me consta que existen mazmorras y raids, además de un jefe mundial.

A pesar de esta sensación, no me arrepiento para nada, es más, espero con ganas sus próximas actualizaciones. En el roadmap publicado para este año, se espera que llegue una tercera clase, el Cyber Ninja, además de otras mecánicas prometedoras como el housing, incluso más profesiones aparte de la cocina.

Zenith: The Last City es aún un título en acceso anticipado, y creo que es importante remarcarlo. Como tal, sería injusto intentar compararlo a cualquier MMO con un desarrollo pleno como World of Warcraft o Final Fantasy XIV. Posee características generales a cualquier juego de su género, como una misión principal, misiones secundarias, mazmorras… Sin embargo, los pocos y repetitivos enemigos y su historia «mal» contada, hacen que como MMO no sea nada del otro mundo. Sin embargo, como MMO en RV, es una vuelta de tuerca al género. Las mecánicas se ven potenciadas por el factor de realidad virtual, y en general, es un juego que me ha tenido muchas horas pegada a mis gafas de RV.

Zenith: The Last City

Puntuación Final - 6.5

6.5

Interesante

Zenith: The Last City es un MMO en RV, compatible con diferentes dispositivos y el cual incluye cross-play entre sus diferentes plataformas. Seguir tu propia aventura en el mundo de Zenith y descubrir qué está ocurriendo en las diferentes regiones será la premisa principal del juego.

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Lucía Sáez Mariscal

Graduada en Periodismo, apasionada de los videojuegos, la lectura y ver series o anime. Si no estoy procrastinando con alguna de estas cosas es porque estoy escribiendo o dándole mimos a mi perra.
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