Hace relativamente poco tiempo estábamos aquí hablando y analizando Xenoblade Chronicles 3, uno de los mejores títulos que pude jugar el año pasado y un imprescindible para la consola hibrida de Nintendo. Tanto es así que, bajo mi opinión, consiguió la nota más alta que podemos dar aquí, un rotundo 10.
Por sorpresa y sin previo aviso, Monolith Soft decidió lanzar este regalo para todos los fans de la saga que venimos siguiendo la historia desde el primer Xenoblade. Un DLC que es el final de los tres títulos principales y que hemos podido jugar (siendo estas versiones las mejores) en Nintendo Switch. Lo primero de todo es avisar de que, si no estáis al día tanto con los DLCs o con los juegos principales, sin contar el título que no ha visto la luz en Switch, no sigáis leyendo, ni siquiera miréis el tráiler.
Hoy, tras completar Xenoblade Chronicles 3: Futuros redimidos os traemos nuestro análisis y os hablamos de las novedades que se han implementado. No os preocupéis, no habrá spoilers más allá de lo visto en los tráileres.
¿Matar para vivir? ¿Vivir para luchar?
Nuestro protagonista es Matthew, que casualmente se parece bastante físicamente al protagonista de Xenoblade 3, bueno, casualmente no, en esta saga las casualidades no existen. Matthew es un superviviente de la Ciudad que anda en la búsqueda de su pueblo y de su hermana tras el ataque de N, personaje que ya conocimos en el juego base y que volverá a tener un papel importante en esta expansión.
Junto a este carismático protagonista tenemos a A, una misteriosa chica que encontró a Matthew después de este incidente en la Ciudad y que se comprometió a ayudarlo en su búsqueda. No tardarán mucho en unirse a nuestro equipo dos jóvenes soldados, cada uno procedente de Keves y Agnus. Ambos también os recordarán a otros personajes de otras entregas y como no tardaréis en adivinar esto será algo continuo. En esta expansión quieren tocarnos el corazón y lo harán en varias ocasiones.
Más adelante tendremos dos caras muy conocidas que también se unirán al grupo, Shulk y Rex. Con todo este equipo formado y todos bajo una misión en común se pondrán en marcha para salvar el futuro, una última vez.
Al principio, es bastante posible, que nos sintamos un poco abrumados, se hablan de muchísimos detalles de las anteriores entregas y de muchos nombres, por eso vuelvo a recalcar, este es el final y, por lo tanto, es lo último que se debe de jugar de toda la saga numerada.

Volvemos a la batalla, una última vez
Qué sería de Xenoblade sin su sistema de combate; ese que amas o detestas. No ha cambiado mucho con respecto a su juego base, los cimientos son los mismos, pero con nuevas estrategias y alguna novedad.
En Futuros redimidos encontraremos alguna novedad
Durante el combate o incluso fuera de este podremos manejar al personaje que nosotros queramos e incluso podemos intercambiarlos todas las veces que queramos, aunque estemos en mitad del combate. El grupo se puede dividir en tres roles principales: atacantes, tanques o defensores y sanadores, como añadido podremos agrupar a dos personajes de la manera que queramos. Dependiendo de la combinación que hagamos tendremos unos beneficios u otros; lo divertido e interesante es ir probando todos los caminos posibles hasta que demos con el que mejor se adapta a nuestra manera de luchar.
En este DLC no disponemos del poder de Uróboros como ya conocimos en Xenoblade Chronicles 3, es decir, no nos transformaremos en esos mekas gigantes en mitad de la batalla, pero sí tendremos algo de su poder. Lo que sí que sigue igual es el poder de encadenar ataques una vez rellenemos la barra. Tendremos que ir uniendo y combinando ataques para conseguir completar diferentes cadenas y así poder desbloquear un ataque combinado entre el dúo de personajes.
El combate sigue siendo semiautomático: mientras nuestras habilidades aprendidas se van rellenando, nuestro equipo atacará solo. Como es normal, cada personaje tiene una manera de jugarse diferente y debemos conocer sus «reglas» para poder sacar el mejor partido a la batalla, ya que, si no sabemos o no entendemos bien este sistema de combate, se os hará bastante tedioso poder avanzar.
Si sois como yo, que os encanta ir y batiros en duelo contra los enemigos únicos, estáis de suerte, ya que nos encontraremos bastantes de estos; sinceramente me ha sorprendido la cantidad tratándose de una expansión más pequeña. Otro añadido es que encontraremos grupos de enemigos que tendremos que derrotarlos a todos para conseguir que no vuelvan.

En el DLC de Torna teníamos un medidor de afinidad con todos los personajes que nos íbamos encontrando y ayudábamos. Aquí también lo tenemos, pero por suerte no es determinante para avanzar en la historia; se encuentra más ligado a las misiones secundarias.
Para mejorar a nuestros personajes necesitamos los puntos de afinidad. Estos puntos por suerte se consiguen de muchísimas maneras, ya sea descubriendo zonas nuevas, acabando con los grupos de enemigos que he mencionado anteriormente, encontrando y reproduciendo las escenas de afinidad, subiendo nuestro prestigio, completando el bestiario o rellenando la Colecciopedia.
Una vez tengamos estos puntos los podremos gastar en las diferentes habilidades de cada uno de los protagonistas, algunas de estas habilidades se encuentran bloqueadas y para poder seguir nutriendo a cada personaje necesitaremos objetos que desbloquean no solo estas partes del árbol de habilidades, sino que también las ranuras del equipo, artes o gemas.
No todo va a ser pelear ni salvar al mundo, también tenemos que descansar y los lugares de descanso vuelven con un pequeño añadido. Podremos seguir cocinando, creando gemas, subiendo de nivel o lavando la ropa, pero ahora, tenemos que mejorar un nuevo elemento, el visor. Este visor nos señala en el mapa puntos de interés o depende de cuanto lo tengamos mejorado hasta tesoros ocultos.
El nuevo mapa es extenso y con muchos secretos para que nos perdamos por ellos. Para encontrar aún más zonas encontraremos algunos puntos en los que podremos construir ascensores de éter o escaleras, algunos tendremos que construirlos desde cero y otros solo arreglarlos. Todo esto gastará materiales, por lo que la exploración en este DLC es crucial.

Porque el futuro nos aguarda
Caras nuevas, caras ya conocidas, desenlaces a los puntos que quedaban abiertos y, sobre todo, un gran final. Todo esto lo encontraremos en Xenoblade Chronicles 3: Futuros redimidos, un DLC que es imprescindible para todos los fans e importantísimo dentro de la saga.
Gráficamente, sigue siendo top dentro de las limitaciones que tiene la consola a día de hoy y sigue sorprendiendo que pueda con este. La banda sonora no baja el nivel, es preciosa y sabe perfectamente cuando debe hacerse presente; podremos escuchar canciones que ya conocíamos a modo de tributo y contaremos con una nueva maravillosa canción para el ending. Las voces tanto en japonés como en inglés son buenas y la localización es de diez al español.
En cuanto a duración, este Xenoblade Chronicles 3: Futuros redimidos ronda las 15 o 20 horas, dependiendo de cuánto os paréis a investigar. Por desgracia y seguro que muchos nos hemos quedado con las ganas, no cuenta con una edición física como le pasó al DLC de Torna, solo podremos hacernos con este por medio del pase de expansión.
Todo lo bueno tiene un final, pero por suerte, aunque ahora les digamos adiós a Shulk, Rex, Lora, Noah y a todos los demás, Monolith Soft tendrá muchas más historias que contarnos. Pero eso, será una nueva página aún por descubrir.

Xenoblade Chronicles 3: Futuros redimidos
Puntuación Final - 9
9
Imprescindible
Xenoblade Chronicles 3: Futuros redimidos es el cierre que se merecía esta gran saga y un DLC con mucho contenido. Un imprescindible para los fans.