Hoy entramos en un territorio pedregoso, ya que no me ha sido fácil analizar este juego. No porque haya sido complicado, si no porque está lleno de contrastes. Desde cosas que están bastante bien hechas, hasta muy malas decisiones de diseño. Un cúmulo de cosas que hacen que cueste valorar al juego en su conjunto y generan opiniones muy dispares entre distintas personas. En mi caso valoro lo positivo muchísimo, pero no puedo dejar de ver lo malo ni puedo ignorar que estamos hablando de un juego de 2019.
World War Z es un juego que sigue la línea de shooters como Left 4 Dead, que se basan en un matazombis en equipo por escenarios relativamente grandes, donde debemos avanzar realizando diferentes tareas que acaban teniendo que ver con matar oleadas o recoger cosas mientras matas oleadas. Al final son juegos que se basan en disparar y valerse de trampas para sobrevivir, por lo que el juego está relativamente limitado en cuanto a lo que puede hacer. Independientemente de las limitaciones mencionadas, el problema de este juego es muy parecido a coger una tarta deliciosa y ponerle una cubierta cutre y una caja fea.
Cuando ruge la marabunta
Argumentalmente este juego nos ubica en el universo de la película que protagonizó Brad Pitt allá por 2013. Una película que tuvo bastantes críticas negativas, sobre todo viniendo de un libro que está bastante bien considerado. Aparte de esto, la película nos proponía ciertos elementos interesantes y localizaciones, las cuales son utilizadas en su mayoría en este juego.

Si nos ceñimos a lo que nos ofrece el interior de cada partida a nivel argumental sí que podemos valorar positivamente lo que World War Z intenta hacer. Tenemos 4 mapas distintos: Nueva York, Jerusalén, Moscú y Tokio. Cada mapa nos presenta a 4 personajes distintos, por lo que hay un total de 16 personajes, cada uno con su trasfondo, el cual solo se puede ver con unas animaciones accesibles desde el menú y las cosas que comentan mediante la partida. Ante todo el juego intenta que la propia trama no te corte el rollo durante la partida, que nada te distraiga de matar zombis como si te fuera la vida en ello, cosa que es literalmente así. En este sentido acierta y es de valorar, pero su problema radica en la coherencia del mundo en el que se desarrolla y su conexión con el resto de tramas, y es que aquí nada va a ningún sitio, son personajes con un pasado pero sin un futuro.
Este juego está claramente enfocado en una experiencia multijugador, que también se puede jugar solo con la IA de nuestros compañeros, pero no hay en ningún momento un interés por crear una trama ni un desarrollo que pueda darle profundidad y aprovechar el mundo en el que está basado. Estamos hablando de pura mecánica que utiliza a los zombis como un enjambre de miles de hormigas que actúan con alguna especie de inteligencia común, y aunque en ciertos momentos pueden generar sensaciones de tensión reforzadas por factores de música y sonidos, solo pasa en partes muy puntuales del juego. Por lo general los zombis solo son una masa estúpida e inconsistente que sirve de blanco para nuestras armas.
Por otro lado, tenemos a los NPC’s del juego, que nos mandan ciertas misiones o nos apoyan. Aquí tenemos posiblemente los puntos en los cuales podemos ver mejor un desarrollo de trama, pero nada particularmente destacable, solo lo justo para justificar qué está pasando en ese momento, y como mucho darle un toque de humor y sarcasmo a la situación.
Desafío total
Este es el punto que más me desmonta a la hora de intentar ser crítico con el juego, ya que los elementos que lo hacen brillar y en general ser un buen juego están aquí. Estamos hablando de las mecánicas de juego que nacen de ser un shooter, y tienen cierto punto de brillantez y ante todo de variedad. Aplicada al hecho de que hay diferentes tipos de armas y el hecho de que de vez en cuando podemos usar trampas; al fin y al cabo, la mecánica principal del juego es disparar.
Como ya hemos comentado, hay una gran variedad de armas, y no es para menos. Tenemos desde subfusiles hasta rifles de cerrojo, ametralladoras ligeras, ballestas y otras armas. Casi todas las podemos encontrar mientras jugamos y lo más normal es que durante la propia partida las cambiemos por otras que vallamos encontrando, y sobre todo según convengan en base al terreno donde estemos moviéndonos. Además, según juguemos partidas, desbloquearemos estas armas para empezar con ellas, y diferentes elementos como visores u otros complementos para hacerlas más precisas. El armamento es una de las cosas que hacen destacable a este juego, y se nota que pese a sentirse escueto e incompleto en algunos puntos sí hay un trabajo detrás, y uno bastante intenso, algo que podemos ver en otros puntos que comentaremos más adelante.

El desarrollo durante los mapas suele ser siempre más o menos igual en todos: vamos avanzando, y según van ocurriendo sucesos, tenemos partes en las cuales debemos acabar con hordas de zombis que se amontonan. En estos puntos nos dan un tiempo para crear una especie de defensa con trampas que podemos encontrar. Pero esto es solo una parte del juego, el resto del tiempo vamos avanzando por mapas aparentemente amplios, que no dejan de ser algo pasilleros, pero que lo saben disimular muy bien; en los que muchas veces deberemos encontrar una serie de cajas u objetos. Además, cada mapa se plantea como un capítulo, por lo que permite usar diferentes escenarios para diferentes «misiones», y por lo tanto dar la sensación de que hay más mapas.
El planteamiento es bastante entretenido y el juego aguanta bastante bien las primeras partidas. Descubrir los mapas y a los personajes resulta bastante interesante y de alguna manera sabe mantenernos en tensión. Pero esta sensación al final desaparece y nos damos de cuenta de que el juego son solo cuatro mapas, muy bonitos y vistosos, pero solo cuatro. Y con la única diferencia de que, si jugamos al multijugador, no nos acompañan bots, si no otras personas. Ojo, esto es más divertido, pero sigue siendo al final todo el rato lo mismo y con unos zombis, que pese a su gran numero, acaban pareciendo más una masa que molesta, más que un elemento al que temer. Es muy ingenioso el subdividir los mapas con misiones, pero es un truco que al final es demasiado evidente.
Otro punto a favor de este juego son las clases, las cuales crean ciertas dinámicas interesantes durante las partidas. Nos ofrecen un punto más de personalización que, mediante subir de nivel, nos permite hacer a nuestro personaje más efectivo, desarrollando las habilidades y los talentos:
- Pistolero: La clase más fácil de usar. Sus habilidades se basan en hacer más efectivas las armas, además de talentos tales como reducción de daño amigo o localización de zombis.
- Destructor: Al igual que el pistolero es una clase de combate directo, pero sobre todo se especializa en la mayor cantidad y efectividad de nuestros explosivos, los cuales son esenciales para acabar con las hordas.
- Médico: Una clase de apoyo que evidentemente sirve para curar a nuestros compañeros y hacerlos más resistentes en general. Es una clase que hay que elegir con cuidado, ya que tiene menos potencia de fuego y un grupo bien equilibrado es posible que no lo necesitase.
- Manitas: Una clase bastante esencial que ante todo se encarga de suministrar de munición al resto de equipo y que además tiene más munición de base.
- Rebanador: Especialista en combate cuerpo a cuerpo, sobre todo es útil para situaciones peliagudas donde los zombis están demasiado cerca y necesitamos quitárnoslos de encima de forma fácil y efectiva.
- Exterminador: Se centra en la mejora del daño explosivo y la deflagración, usa armas tales como escopetas y morteros; al igual que el destructor es muy útil para acabar con grandes enjambres de zombis.

La cara y la cruz
World Ward Z genera muchas impresiones referentes a lo visual, y además a muchos niveles. El problema es que no todas esas apreciaciones son buenas y dependiendo de qué valoremos más o en qué contexto el juego puede darnos una impresión muy distinta de la de otra persona.
Si nos centramos en la acción mientras jugamos el juego nos ofrece unos entornos cuidados y unas texturas bastante pulidas, con un aspecto muy de 2019. Además, el aspecto de las armas es bastante acertado y variado, incluyendo los efectos de disparo y cierto retroceso. En este sentido el juego tiene una carcasa muy bonita y bien construida, y a partir de aquí empiezan algunos peros. El movimiento de los personajes es correcto y sus interacciones no se puede decir que estén mal, pero igualmente se ven un poco toscas en algunos casos.
Entiendo que posiblemente suene muy puntilloso, pero me parece muy llamativo que un juego que apuesta por un despliegue sorprendente y miríadas de zombis se deje en el tintero esta clase de cosas, como si el hecho de que simplemente los personajes se muevan medianamente bien fuera suficiente a las alturas de generación a la que estamos. Es algo difícil de describir en un texto, pero que es fácil de apreciar viéndolo a simple vista. Lo bueno de esto es que es más patente en acciones como el combate físico e interacciones de ese estilo, pero a la hora de disparar se disimula bastante, ya que apenas repararemos en el propio movimiento de los zombis y solo nos preocuparemos de acabar con todo lo que se mueva.

El otro aspecto visual que a mi parecer sí que es gran problema son los propios menús y todo lo que hay que gestionar fuera de la partida. Desde mi punto de vista da la sensación de que estamos jugando a un juego que está en desarrollo o que no tiene mucha relevancia, con menús simples y algo feos, que debido a cómo está concebido el juego parecen solo la antesala de los cuatro mapas que hay. Y sí, los mapas son grandes, variados y se plantean con diferentes misiones y localizaciones del mismo, pero al final la sensación es que el contenido de este juego es insuficiente. Como una especie de demo extraña que trata solo de mostrarte el juego sin intención de impresionarte más allá del propio funcionamiento del mismo.
El problema de esto es que estamos en una época con mucha oferta y grandes juegos, que nos roban miles de horas, y francamente hacer tu juego de manera que se perciba a simple vista lo poco que hay que hacer es una mala decisión de diseño.
Está bien, pero…
Es necesario que insista que World War Z es un buen juego con buenas ideas, pero con detalles en su diseño que son mejorables. Al final da la sensación de que es un gran proyecto que simplemente se ha llevado hasta donde se ha podido y ya está. Se ha trabajado en los mapas y luego el resto del juego se ha hecho deprisa y corriendo.
Me apena mucho que la sensación que tengo de este juego es que es insuficiente y repetitivo, porque pese a eso me ha gustado. Lo considero insuficiente porque realmente me gusta lo que propone y no puedo parar de ver el potencial por todos los lados, ya sea en las mecánicas o en lo que podría ofrecer a nivel argumental. Pero no lo hace y aquí es donde entra el factor repetitivo. El juego lo ha sacrificado todo por la experiencia multijugador, y aunque esta es satisfactoria, no da razones para anteponerse a otras de géneros similares.
Los alicientes no son suficientes para repetir mil y una veces sus mapas, y genera una desazón muy grande ver que ese momento en el que has disfrutado tanto difícilmente se repetirá y que apenas estabas cogiéndole el tranquillo cuando el juego ya se terminó para ti.
World War Z
Puntuación Final - 7.5
7.5
Recomendado
Un buen juego cooperativo que podría haber dado más de si, pero que igualmente engancha algunas horas.