Sería imposible analizar este juego si no se compara con su juego original. Con esta suma otra remasterización a los juegos de la saga Wonder Boy. Un ataque a la nostalgia que fueron los juegos a finales de los 80 y principio de la década de los 90. Sin embargo, con este juego se supone que acaba con la serie Wonder Boy, ya que fue el último que se publicó en 1992. Llamado como Monster World IV, exclusivo de Japón y solo para Mega Drive.
Un simple cambio de nombre para hacer reconocible que pertenece a los juegos de Wonder Boy. En este caso con novedades que fueron entre otros el estilo visual, mecánicas jugables y un protagonista femenino. Pensad que en los 90, con Sega en pleno apogeo, este tipo de juegos eran muy queridos por los fans, aunque por desgracia en este caso no saliera de Japón. Sin embargo, gracias al trabajo de Westone Bit Entertainment podemos adentrarnos en el trabajo del artista Maki Ohzora, con un renovado lavado de cara para las consolas actuales.
Una comparativa al original Monster World IV
Todo está renovado en esta entrega. Desde los modelos, texturas y animaciones hasta la música. Un conjunto de cambios visuales y jugables que hacen el juego más moderno. No por ello quiere decir que incorpora muchas novedades. El juego se siente antiguo respecto al control. En general un remake con un trabajo por parte de los programadores simple pero que, gracias a eso, recuerda mucho a los juegos retro de antaño.
Visualmente agradable y bonito, pero tengo la sensación de que el pixel y la música de 8 bits le sentaba mejor. Otros remakes realizados en algunos juegos, como por ejemplo Metroid: Samus Returns, tuvieron la suerte de ser fieles y a la vez sentarle estupendamente bien este lavado de cara. Con esto no quiero decir que Wonder Boy – Asha in Monster World sea un mal remake, ni mucho menos. Simplemente deja un sabor de boca particular.
Además, a diferencia de sus anteriores remakes, en este no contamos con la opción de cambiar tanto el estilo visual como la música del juego original, cosa que sí ocurría en Wonder Boy III: The Dragon’s Trap remake; creo que siempre apetece revivir lo clásico y más con la opción de cambiar completamente el juego accionando un botón. Aunque las comparaciones entre ambos juegos son odiosas, ya que en este último, Wonder Boy III, el trabajo es realmente excepcional.
Un Wonder Boy manteniéndose fiel al original
Podemos resumir este juego en plataformeo puro y duro. Saltar, golpear enemigos y protegerse son la base de este Wonder Boy. Tenemos la opción de realizar un golpe mágico que aumenta el daño del ataque básico casi el doble. Todo se basa en avanzar por escenarios esquivando obstáculos y recogiendo oro, monedas de cambio muy valiosas para poder mejorar nuestro equipo tanto en daño como en capacidad de corazones. Los coleccionables son otro punto fuerte. El poder recoger unas lágrimas hasta obtener 10 para ampliar nuestra barra de vida en uno, así como encontrar elixires que te salvan si mueres o poder consumirlo para restablecer toda la salud.
Aparte de todo eso, incorpora en ciertos mundos de la historia, a nuestro fiel compañero Pepelogoo. Estos seres se creían extintos hasta hace poco. Tras conseguir un huevo de Pepelogoo, lo podremos eclosionar tras darle agua bendita de la fuente de guardado. Este simpático compañero nos ayudará en ciertos puntos permitiendo realizar saltos dobles, parar bolas de fuego (ya que les encanta el calor), y accionando botones. Cada vez que avancemos en la historia irá creciendo y evolucionando, dando lugar a nuevas formas de interaccionar con él y con el entorno.
A salvar los espíritus
La trama comienza en el pueblo de Asha siendo despedida por todos los vecinos. Esta tiene que embarcarse en un viaje por todos los reinos para salvar a los espíritus encerrados por magos elementales. Una vez fuera del pueblo, nuestra protagonista debe enfrentarse a todos los seres hasta la Torre del Silencio. En este lugar encontrará al espíritu de lámpara, que te permite viajar entre zonas, y donde conocerá su misión: salvar a los espíritus.
Un mundo mágico, colorido y diverso, donde para llegar a cada mundo deberá transportarse en las piedras que están en Rapada. Núcleo central de la historia y podríamos decir base de operaciones. Esta ciudad es la única zona que podremos recorrer de forma tridimensional, tanto de forma lateral como en profundidad, con numerosos secretos ocultos. Sin embargo, esta ciudad oculta un enemigo que pondrá patas arriba toda la ciudad.
Conclusiones
Decir como conclusión que este juego ataca a la añoranza del jugador. Wonder Boy – Asha in Monster World intenta conmemorar en todo momento a su original. Un buen diseño de personajes y niveles, animaciones renovadas y jugabilidad exacta al original. Todo ello acompañado con una música que es característica de la saga, pero remasterizada.
Sin duda es un juego para todos los amantes de los juegos de Sega y que merece mucho la pena probar para sentir la vuelta de la década de los noventa. Wonder Boy – Asha in Monster World está disponible tanto en formato físico (gracias a Tesura, que además incluye el juego original de la Mega Drive) como en digital.
Wonder Boy - Asha in Monster World
Puntuación Final - 7
7
Interesante
Remake a la altura. Plataformas y mecánicas curiosas gracias a los Pepelogoo. Un lavado de cara que merece la pena probar.