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We Love Katamari REROLL+ Royal Reverie – Análisis Switch

Sigue rodando, sigue rodando, rodando, rodando...

Existe un elemento clave que siempre se repite en los juegos de Keita Takahashi: la diversión. El veterano desarrollador de Namco se estrenó en solitario con su alocada idea que bautizaría Katamari Damacy en 2004 para PlayStation 2, un juego que bebía mucho del caos, del humor y folclore japonés e incluso de diferentes pintores como Picasso o Miró en el que manejábamos al Príncipe y a su inseparable bola, la katamari, para rodar y llevarnos con nosotros por delante todo lo que nos encontráramos en nuestro camino.

Un año después llegaba a la misma plataforma We ♥ Katamari, la secuela y el título más aclamado por los fans, que tras casi 20 años desde su lanzamiento recibe su esperada remasterización, demostrando que We Love Katamari REROLL+ Royal Reverie es la forma definitiva de jugar a la obra más importante del también creador de Wattam y de su futuro proyecto con Annapurna, Uvula. ¿Os apuntáis a darle vueltas a la bolita?

El Rey de We Love Katamari

Lo primero de todo, puedes estar tranquilo/a: pese a ser una secuela, We Love Katamari te explica desde cero todas las bases jugables así como la historia principal de la saga para empezar todos desde el mismo punto. Todas las estrellas y planetas del universo han sido eliminadas accidentalmente por culpa del Rey del Cosmos quien, para deshacer su error, le ordena a su hijo, el Príncipe, que ruede con su pegajosa bola para convertirlos en planetas y llenar de nuevo el espacio exterior.

A medida que vayamos resolviendo las peticiones que nos harán nuestros fans, los humanos de la Tierra, conoceremos mediante cinemáticas cómo el Rey conoció al amor de su vida así como la dura historia de su infancia hasta llegar al puesto en el que está actualmente; todo contado desde la narrativa del humor japonés, claro está. Esto se desarrollará más adelante en el apartado Royal Reverie que titula una parte de la remasterización y del que hablaremos dentro de muy poquito.

Lo primero que nos encontraremos será un tutorial para aprender a manejar la complicada katamari, que nos pide el control de ambos Joy-Con para crearnos un auténtico quebradero de cabeza en su maniobrabilidad. Por suerte, tenemos la opción de cambiar los controles a un formato más simple que facilita el movimiento de la bola y, cómo no, la experiencia en general.

Igualmente, la base del juego es sencilla: pega todo lo que te encuentres a la katamari con la única regla de que no puedes adherir objetos más grandes de lo que mides actualmente. Todo lo que añadamos quedará registrado en la gigantesca colección de objetos que tendremos a nuestra disposición y que podríamos contarlos como unos coleccionables diferentes.

Nada está libre de ser pegado a nuestra katamari.
Tampoco los seres vivos que viven debajo del mar.

El modo foto de We Love Katamari

Zoos, barrios, colegios, ciudades, playas, vecindarios… En los amplios y diferentes mapas que jugaremos nos iremos encontrando regalos ocultos así como familiares del Príncipe que al recoger podremos utilizar como cosméticos y personajes jugables respectivamente. Los regalos pueden ser desde accesorios para hacer a nuestros personajes más cucos o herramientas como la cámara, que nos permitirá buscar pegatinas escondidas en los mapas como coleccionables y también como un primitivo Modo Foto, un añadido que siempre se agradece.

Una vez terminemos cada misión, tendremos a nuestra disposición una pantalla de estadísticas del nivel para ver cómo de grande es nuestro katamari, la forma que ha obtenido y su transformación a planeta, que podremos ver por completo en su apartado correspondiente de compendio y simplemente viajando al espacio en la pantalla de principal.

¡Transforma tus katamaris en planetas!
Recuperar los planetas a nuestro ritmo es uno de los detalles más curiosos del juego.

El nuevo contenido añadido a We Love Katamari va completamente de la mano del Rey. En el juego original de PlayStation 2, a medida que íbamos jugando y resolviendo peticiones, se nos desbloqueaban unas cinemáticas para conocer el pasado del personaje, algo que sigue manteniéndose aquí con la diferencia principal de añadir una nueva sección en la que podemos usar al Rey de personaje jugable. Estos cinco nuevos niveles son del mismo estilo que los demás con algunos giros que los hacen un añadido interesante pero escaso, lamentablemente.

Gran parte del encanto de Katamari en general reside en que, una vez que empiezas, no puedes parar. Colores, ideas divertidas adaptables para todas las edades, humor absurdo y misiones que siempre intentan buscarle un giro (nunca mejor dicho) a la base del juego. Igual en lugar de manejar una bola manejamos a un luchador de sumo que necesita comer para vencer a su rival o ganar en una carrera al más puro estilo Fórmula 1. ¿Te imaginas sumar a todo este caos otro jugador?

El modo multijugador se divide fundamentalmente en dos tipos de niveles: uno cooperativo, mayoritario, y un modo versus en el que tenemos que encontrar un objeto concreto un número de veces; el jugador que más veces lo encuentre, gana. El primer modo es una auténtica locura a nivel jugable y os costará poneros de acuerdo debido a los controles, cuyo encanto es que ambos jugadores se pisen entre ellos para mayor lío, mientras que en el segundo a nivel jugable es un nivel normal y corriente con pantalla partida, como podéis ver en las imágenes.

¡El primero que encuentre el objeto gana!
Manejar el katamari entre dos es un auténtico reto.
Competid entre vosotros para ver quién es el katamari-ganador.

Katamari es una franquicia especial de la infancia de muchas personas, aunque no en mi caso, ya que nunca tuve la oportunidad de probar una entrega de las aventuras del Príncipe. Me alegra comprobar, ahora de adulto, que We Love Katamari es único, divertido, especial y con mucha alma y cariño detrás; una idea irrepetible que seguramente sería muy complicada de ser creada hoy en día y que, por suerte, podemos disfrutar en todo su esplendor con esta entrega que funciona y se ve de maravilla tanto en modo portátil como en el dock de cualquier Nintendo Switch.

Una remasterización necesaria para descubrir o revisitar las katamaris que, idealmente, me hubiera encantado que contase con un poco de más contenido pero que, de base, ya incluye las suficientes horas de entretenimiento y sonrisas tontas como para justificar su bajo precio de salida (tan solo 29,99€). ¡Sigamos rodando juntos!

We Love Katamari REROLL+ Royal Reverie

Puntuación final - 8

8

Recomendado

La secuela de Katamari Damacy vuelve rodando a nuestras vidas con el mismo encanto que la obra original de 2005. Se echa en falta mayor contenido extra, pero el juego funciona exactamente igual de bien que hace casi veinte años gracias a priorizar la diversión por encima de todo.

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Andrés Nieve

Gaditano ligeramente obsesionado con One Piece.
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