AnálisisPS5

Warlander – Análisis PS5

Un nuevo y prometedor contendiente multijugador

Dentro del conservadurismo de gran parte de las propuestas multijugador que nos llega, siempre es interesante ver por dónde tiran las compañías para competir con los titanes establecidos del género. COD, Rocket League, Fortnite… no es fácil enfrentarse en la misma arena que estos; tras unos años donde se ha intentado replicar la vertiente battle royale como fórmula del éxito, empezamos a ver otro tipo de premisas que se alejan de esta exitosa corriente.

Warlander, desarrollado por Toylogic Inc. y distribuido por PLAION, se presenta como un Free to Play que mezcla varios géneros con el objetivo de recrear una guerra a varios bandos en un entorno de fantasía medieval. ¿Conseguirá hacerse un hueco en vuestra biblioteca? Pues, al menos por lo que yo he jugado, deberíais darle una oportunidad; puede que os sorprenda.

En Warlander encontraremos combates multitudinarios en tercera persona, pudiendo enfrentarse varios equipos (partidos de dos o de cinco equipos) de hasta 20 jugadores; personalmente, he disfrutado mas las partidas de solo dos ejércitos de 20 personas, que ya son bastante caóticas de por sí (en el buen sentido). Cada bando tendrá que lograr invadir el castillo enemigo, arrasando a sus miembros y defensas por el camino, para finalmente destruir un núcleo de energía que se encuentra en el interior de su fortaleza.

Llegar hasta allí no será tarea fácil, sobre todo si el rival presenta cierta coordinación o trabajo en equipo. Y es que, como en todos estos juegos, la cooperación y la organización será clave para la victoria. En este sentido, Warlander intenta favorecerlo de formas bastante efectivas.

Podremos controlar a tres tipos diferentes de personajes, que son el guerrero, el mago o el clérigo, cada uno especializado en un tipo de combate. El guerrero es el más versátil, con una jugabilidad cuerpo a cuerpo muy sencilla usando espada y escudo; puede cambiar a una ballesta a distancia, por lo que se adapta a cualquier situación. Sus habilidades especiales también comprenden diferentes funciones, desde proteger a los compañeros con un gran escudo de energía a llaves de lucha libre para destrozar a nuestros rivales.

Por su parte, el clérigo haría las funciones de paladín, muy centrado en un combate cuerpo a cuerpo rápido y contundente, pero también en habilidades de apoyo y curación. El mago es, a mi parecer, el más divertido de manejar de los tres por la variedad que otorgan sus ataques especiales.

Su jugabilidad sería similar a la de un shooter en tercera persona, y gracias a la customización que permite Warlander podemos cambiar hasta el tipo de proyectiles básicos que utiliza; incluso podemos explorar diferentes sinergias con algunos de sus ataques especiales. Sin duda, es la clase que más juego da, aunque también la mas complicada de manejar debido a su limitada barra de vida. Combinar las diferentes habilidades y personajes de forma equilibrada será fundamental para la vitoria.

Al principio de cada partida, Warlander nos ofrece diferentes roles a cumplir en la partida mediante votaciones de los miembros del equipo, divididos en pequeños escuadrones de cuatro personas. Podemos optar por rol de atacante, defensor o de operaciones especiales, cada una con su propia función y objetivos específicos (que no tienen por qué ser ganar la partida), y que si cumplimos nos servirán para obtener mejores recompensas al final de las contiendas.

Como veis, en Warlander se mezclan elementos de varios géneros. A su acción rápida y directa se suma el obligado conocimiento del campo de batalla y la estrategia a la hora de ir avanzando posiciones y controlando puntos de control en el mapa para acercarnos cada vez a una posición más ventajosa del enemigo. Durante las partidas, hay más elementos que introducirán variedad. Hay muchas estructuras defensivas en las fortalezas que podremos destruir, pero también podremos construir ingenios mecánicos como arietes o ballestas.

Como último recurso disruptor de la partida, encontramos los cataclismos; si conseguimos unos ídolos que aparecerán de forma aleatoria en la partida, podremos desatar un devastador ataque especial, como meteoritos o tornados, sobre el enemigo, dando los momentos más espectaculares del juego. Warlander no es un juego puntero a nivel técnico, pero los momentos en los que una fortaleza es arrasada por estos fenómenos son muy emocionantes e intensos. A nivel de diseño artístico, adolece de cierta falta de personalidad, no encontrando una identidad visual marcada y destacable, algo que suele ser de agradecer en este tipo de propuestas.

Este sistema de combate tan sencillo encuentra una mayor complejidad en la progresión de los personajes por niveles y su personalización. Podremos hacernos mazos de hasta cinco personajes de diferentes clases y niveles, entre los que podremos cambiar durante la partida; de esta forma, tenemos varias builds según la situación. Además, a medida que subamos niveles obtendremos títulos, que a efectos prácticos nos permitirán equipar cada vez más cantidad de elementos a nuestro personaje, así como habilidades cada vez más poderosas.

Combinando los personajes con título (que solo podremos sacar durante las partidas cuando hayamos logrado cierta cantidad de puntos, siendo recursos muy valiosos para el devenir de las luchas. Investigar y probar diferentes posibilidades, así como realizar mazos con un buen equilibrio y subir de niveles a los personajes de forma uniforme, será fundamental para ser competitivo en Warlander.

Warlander presenta micropagos y posibilidad de compra de elementos que aceleran la progresión, así como de elementos del juego que van más allá de lo cosmético; también funciona con la clásica estructura de pases de batalla. Sin embargo, no creo que el dinero marque una diferencia muy grande salvo en los primeros compases, que sí que es cierto que ayudan a los jugadores a encontrar un nivel más alto mucho más rápido.

Pero, llegados cierto punto, la diferencia la marcan las habilidades, siendo un juego al que os podéis acercar sin miedo a ser derrotados sin posibilidades por gente que sí que haya pagado dinero real.

Warlander es, ante todo, un videojuego muy divertido capaz de darnos una enorme cantidad de horas de acción rápida y directa gratuitamente. Solo por eso, merece la pena que le deis una oportunidad. Es cierto que su progresión es algo caprichosa y que con el paso de las horas, debido a su sencillez, puede hacerse repetitivo; no es un título que aguante bien maratones largas y diarias. Sin embargo, para echar unas partidas con amigos es una experiencia muy accesible y recomendable.

Warlander

Puntuación Final - 7.5

7.5

Recomendado

Dentro de su sencillez, Warlander es una experiencia muy divertida y accesible con mucha capacidad para seguir creciendo.

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Alejandro Morillas Tellez

Fisioterapeuta/osteópata de día, hipnoterapeuta cuando es necesario y apasionado jugador de videojuegos por la noche. Los primeros juegos que relaciono como favoritos son Catherine, Vanquish, Overwatch y Kingdom Hearts. Pero siempre estoy disponible para un Tekken, un Vermintide o una maratón de Metal Gear.
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