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Total War: ROME REMASTERED – Análisis PC

Total War: ROME REMASTERED

El Senado de Roma te abre sus puertas de nuevo

Es 2004, Internet aún está en pañales, faltan años para la llegada de los smartphones, Los Serrano es la serie de moda en España y los Juegos Olímpicos de Atenas acaban de terminar. El verano está llegando a su fin y desde Gran Bretaña surge un título que supondrá un cambio en el género de la estrategia.

Es cierto que Creative Assembly había lanzado ya dos entregas de Total War, la primera en el año 2000 ambientada en el Japón feudal y la segunda, lanzada en 2002 abandonaba el archipiélago japonés para trasladarse a la Europa medieval. Ahora, el cambio no era solo de localización, también lo era temporal, y nos llevaría de la mano por el período clásico para mostrarnos el auge del Imperio Romano.

El mundo clásico es quizás una de las épocas más atractivas para el gran público; Age of Empires construyó su reinado en el RTS sobre la base de las civilizaciones antiguas, e incluso Hollywood vivió su edad de oro con superproducciones sobre Roma y sus cientos de historias e intrigas. Ahora le tocaba dar el paso a Total War, y el resultado supuso un cambio para la saga.

La franquicia Total War tiene más de 20 años de vida y sus juegos han ido mejorando a cada entrega, pero podríamos marcar dos etapas dentro de la saga. Empezamos con una etapa clásica hasta 2006, en la que se incluirían sus cuatro primeros juegos: Shogun, Medieval, Rome y Medieval II: Total War y una segunda etapa moderna, a partir del lanzamiento de Empire: Total War. Dentro de esta primera etapa, Total War: ROME  supuso el despegue de la saga hacia el reinado dentro de la estrategia.

Hasta la aparición de la franquicia, los juegos de estrategia estaban centrados en el RTS o estrategia en tiempo real. Creative Assembly buscó llevar la fórmula más allá dividiendo la acción en dos tiempos: por un lado, tendríamos un mapa de juego con regiones y ciudades con un movimiento por turnos; por otro, cada enfrentamiento se determinaría con nuestros ejércitos en tiempo real, y el resultado de cada batalla sería fruto de nuestras acciones y capacidad de respuesta.

Tras dos entregas, la franquicia ya dominaba estos dos conceptos y Total War: ROME los explotaría al máximo. Su acogida entre el público fue más que buena, convirtiéndose en el más vendido hasta el momento y posicionándose por encima de sus hermanos en todos los rankings, consiguiendo una puntuación media de 92 en Metacritic, algo que aún no ha sido igualado en la franquicia.

Con este historial, Total War: ROME  era el mejor candidato para ser actualizado y traído hasta nuestros días. Creative Assembly optó por la fórmula del remaster, intentando captar la esencia de un juego clásico, pero añadiendo ciertas funciones para hacerlo jugable en el presente.

En la industria del videojuego 17 años es una eternidad y son casos contados los juegos que mantienen el tipo tras tanto tiempo. Para traer Total War: ROME REMASTERED a 2021 ha sido necesario hacer una serie de cambios, siendo el más evidente es su nuevo apartado gráfico, dotando de más detalles y calidad a las unidades en batalla y cambiando el mapa de campaña, seguramente uno de los elementos que peor habían envejecido desde su lanzamiento original.

El mapa de Total War: ROME REMASTERED
El nuevo mapa mejorado gráficamente de Total War: ROME REMASTERED

Este lavado de cara aporta frescura, pero sin dejar de lado la esencia clásica. La interfaz también ha sido mejorada y actualizada, y las opciones de accesibilidad ampliadas para que cada jugador pueda personalizar al máximo su experiencia. Elementos como la cámara del juego o las notificaciones en partida también han sido actualizados para evitar que la experiencia de jugar a este remaster sea algo engorroso debido a lo desfasada que está hoy día la cámara de los Total War clásicos; de todos modos, existe la opción de jugar con esta cámara clásica, satisfaciendo todos los gustos posibles a la hora de jugar.

Otro cambio que destaca a primera vista es el número de facciones, añadiendo 16 nuevas facciones jugables, haciendo un total de 38. Esto expande las horas de juego para aquellas personas que en su momento dedicaron tiempo al original y ahora pueden disfrutar de ejércitos y formas de juego a las que no se podía acceder.

Total War: ROME REMASTERED incluye las dos expansiones que tuvo el original: Alexander, con una campaña basada en las conquistas de Alejandro Magno y la expansión de Macedonia hasta la India y Barbarian Invasion, que nos lleva a los últimos momentos de Roma, con un imperio dividido en Oriente y Occidente y la creciente amenaza de los bárbaros asaltando la frontera. Un punto negativo de la inclusión de estos DLC es la imposibilidad de acceder a las tres campañas desde el menú principal, haciendo que tengamos que salir del juego y mediante el lanzador seleccionar el DLC al que queremos jugar. Un pequeño inconveniente, sobre todo, cuando se quiere jugar una batalla solo o consultar algún detalle.

Dejando de lado las mejoras y actualizaciones técnicas, ¿cómo es jugar a Total War: ROME REMASTERED? La respuesta corta es: duro. La primera toma de contacto con este Rome es una experiencia extraña; después de 17 años y muchas entregas, Total War ha evolucionado mucho, y para un jugador habitual de las entregas recientes volver atrás en el tiempo es algo complicado.

Comodidades y acciones que damos por supuesto en una entrega moderna de Total War no existen en ROME REMASTERED y puede chocar en un principio, pero tras un pequeño período de adaptación habrás olvidado estos cambios.

En cuanto dominas ciertos aspectos como la manera de hacer diplomacia, sin un menú para abrir conversaciones con el resto de facciones, o el funcionamiento interno de tu facción a nivel de construcciones y economía, comienzas a expandirte y disfrutar de tu campaña. De hecho, si eres jugador de algún Total War actual, este proceso de dominar el juego te costará más que a alguien que llegue de nuevas a ROME REMASTERED, pero una vez lo hayas conseguido, romper la economía y convertirte en una potencia del Mediterráneo te costará mucho menos.

Y es que la dificultad de Total War: ROME REMASTERED es notablemente menor a la de títulos posteriores de la franquicia. Con el paso de los años, Creative Assembly ha sido consciente de que sus jugadores consiguen dominar aspectos del juego y aprovecharlos al máximo, y por ello ha desarrollado mecánicas para frenar ese avance. En Total War: Rome II, cuanto más te expandieras más difícil sería controlar tu facción; en Total War Attila el crecimiento está estrechamente ligado a los alimentos que poseas, pudiendo colapsar rápidamente debido a una mala gestión del crecimiento y en Total War: Warhammer, el coste de tus ejércitos aumenta exponencialmente cuantos más tengas, impidiendo un crecimiento sin límite. Todas estas medidas aún no existían en Total War: ROME, por lo que es sencillo para alguien habituado a la saga romper los límites del juego.

Pero tras estos inconvenientes menores, fruto del paso de los años y del pulido extremo al que Creative Assembly lleva la jugabilidad de los nuevos Total War, se puede ver el gigante que fue Total War: ROME en su momento. La variedad de unidades y edificios que presenta cada facción, la posibilidad de modificar impuestos de manera individual en cada asentamiento o la opción de intercambiar provincias entre facciones son mecánicas y elementos que han ido desapareciendo de la saga, pero que demuestran que Total War: ROME, y por ende su remaster, tiene unas bases tan sólidas que permite que 17 años después y con una pequeña puesta a punto siga manteniendo el tipo.

Como hemos dicho Rome: Total War Remastered logra traer al presente un juego que fue puntero en su momento pero que ha día de hoy tenía demasiadas barreras de entrada. Este remaster acerca la obra al público actual, pero como actualización mantiene ciertas características que, aunque los fans valorarán y estarán encantados con ellas, otro público puede verlas como molestas. Su lanzamiento con precio reducido de 29.99€ (14.99€ para quienes tuvieran el juego original en Steam) lo hace atractivo para los que quieran rememorar días pasados y también para aquellos que quieran descubrir cómo nació el rey de la estrategia que es hoy Total War.

Total War: ROME REMASTERED

Puntuación Final - 8

8

Recomendado

Un remaster hecho por y para los fans, con un precio atractivo y que adapta a hoy día un título icónico de la franquicia.

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Eric Fernández

Historiador y jugador. Apasionado de la gran estrategia y los juegos de gestión. Pentacampeón del Nuclear Throne retirado.
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