Toodee and Topdee – Análisis PC

Los hermanos Gonen y Ori Gutholtz crearon hace unos años en Ludum Dare, una reconocida game jam, lo que sería un prototipo de juego que mezcla plataformas y puzles. Resultó un juego tan intersante que el dúo israelí empezó a desarrollarlo partiendo desde lo que tenían, creando más niveles, diseños llamativos, una historia más compleja, personajes con personalidad… Así nace la que sería la primera obra de su ya fundado estudio dietzribi, Toodee and Topdee.

Este indie tiene un encanto singular: las animaciones, los diálogos graciosos, el diseño artístico, todo va enfocado a dejar claro que esta aventura será entretenida, pero no contento con esto, va subiendo exponencialmente la apuesta con una historia bonita y retos realmente complicados, haciendo alarde de una ingeniosa mezcla de mecánicas. Bueno, mejor empecemos por el principio.

 Lateral y cenital; Saltos y cajas

Toodee y Topdee son los protagonistas, incluso podríamos decir héroes, de este pequeño gran juego. Primero jugaremos con ellos por separado para comprender las reglas de sus mundos, creados por el ente universal Alef, pero después de que Toodoo robara el eje que equilibraba todos los planetas, el sagrado punto y coma, sus realidades se fusionarán, dando pie al punto más fuerte del título; Toodee and Topdee es un híbrido de plataformas en vista lateral y puzles en vista cenital, una dinámica que igual no suena especialmente sorprendente sobre el papel, pero que en las manos de los Gutholtz resulta en una especie de toma y daca muy chulo entre los dos planos.

¿Puedo decir ya que los diseños artísticos y, sobre todo, las animaciones son monísimas? Porque lo son

Por un lado (y nunca mejor dicho) tenemos a Toodee, el ser azul con pantalones ágil que puede correr y brincar a placer en espacios 2D laterales; Por otro lado estaría Topdee, la personilla en capucha verde que puede desplazar y coger ciertos objetos a su alcance en vista top-down. Así tenemos dos personajes que deben complementar sus capacidades para superar los niveles de los cinco mundos que habrá de por medio, donde el objetivo es hacer que ambos lleguen a un portal rosa.

Al poco de verlos en acción en seguida se notarán los detalles de humor que tan majamente han repartido los de dietzribi. Toodee y Topdee son conscientes de las implicaciones que tiene que sus mundos se muevan en dos dimensiones opuestas, haciendo ver que, por ejemplo, para Toodee el bueno de Topdee está andando por la pared, o cómo a Topdee se le escapa el concepto vertical de saltar. Además, adoro las personalidades de ambos: Cuando Toodee es el tío ágil que lleva la acción a la pantalla resulta ser el más reservado y alterable, mientras que Topdee, quien aporta los momentos de pausa, es muy positivo y despreocupado. No sé, puede que sea solo un detalle menor, pero esta dinámica junto a los diálogos con los histriónicos jefes finales y guardianes de cada mundo, dan lugar a momentos de humor tan sencillo como eficaces, incluso más de un comentario bastante “meta“.

¡El juego que hay entre los dos planos bidimensionales se aplica incluso cuando conversan! Muy buen detalle

 La tercera mecánica; Aprendizaje

Cada mundo contiene 19 niveles y un vigésimo que es la propia pelea con el jefe final. Como suele ser común, los niveles anteriores nos irán presentando las interacciones propias que tiene cada mundo para que las asimilemos hasta que llega el jefazo a modo de test. Estas nuevas funciones pueden variar de interruptores que quitan o ponen plataformas, llaves para abrir pasos cerrados, cajas que caerán hacia abajo (eso es, si estás controlando a Toodee), portales… Siempre habrá uno o dos niveles que serán de introducción sencilla, y luego pasaríamos a la verdadera acción. Es un esquema sencillo, pero si funciona, ¿por qué cambiarlo? Aunque sí que se le puede dar algún girito al asunto.

Hablando de giros, aún me queda comentar una mecánica más que, para mi sorpresa, se volvió un núcleo tan importante como los de Toodee y Topdee. Me refiero al propio hecho de cambiar entre personajes. Para explicarlo mejor, tenéis que saber que los controles consisten en los clásicos de movimiento (joystick, cruceta o WASD en teclado), un botón de acción (el de Toodee siendo saltar y Topdee coger cajas) y un tercero que cambia el control del héroe, y por tanto las perspectiva del mundo, afectando a los elementos que la componen. Así es, esto va por turnos, no podemos llevar a los dos a la vez y no pueden afectarse directamente, y de esto surgen precisamente los puzles del juego, a cada cual más ingenioso y desafiante que el anterior.

Si con Toodee nos piden ser habilidosos y con Topdee pensar bien los movimientos, la acción de cambiar entre los dos combina lo mejor de ambos “mundos”, ya que unas veces para avanzar habrá que ser preciso para que una caja que esté en caída libre pare en seco o bien guiar a monstruos que solo seguirán al personaje activo para que coja la llave por nosotros.

 Conclusión

Toodee and Topdee es un indie que destila amor por parte de los desarrolladores, que desarrollaron su idea hasta dar con una obra que no necesita de grandes innovaciones o puntos llamativos para moldear una experiencia de juego variada que puede gustar a mucha gente. Un ejemplo perfecto de que se puede construir un juego recomendadísimo siguiendo esquemas sencillos. Aunque eso no quita que sorprenda con unas batallas de jefes interesantes (si bien algunos no aprovechan del todo las mecánicas del título), o que la recta final sea una absoluta genialidad, combinando una vez todo lo que el juego tiene que ofrecer.

En definitiva, pienso que usa al máximo todas sus mecánicas y elementos nuevos durante una curva de aprendizaje que, si bien a veces se hace cuesta arriba por su dificultad, eso no resta que sea porque se ha meditado cada diseño de nivel para que no haya nunca dos iguales, un logro del que no muchos videojuegos de puzles podrán alardear. Y, por si fuera poco, pude probar el excelente cooperativo local con un amigo y tan solo dejadme decir que es gratificante el tener dos mentes en la pantalla y hablarnos el uno al otro para pensar en cómo avanzar o, sobre todo, qué es lo que nos pide el boss para vencerle.