Creo que la demostración de que un producto es algo único es cuando se lo muestras a distintas personas y estas te dan diferentes respuestas acerca de a que les recuerda. Con The Many Pieces of Mr Coo creo que pasa algo así, muchos dirán que les recuerdan a dibujos animados antiguos, otros que a obras del surrealismo, a algo creado por Dalí incluso, podrán sacarle parecidos a otros títulos, etc. Pero al final del día, el juego de Nacho Rodríguez es único, original y delirantemente capaz de despegarse de todo lo mencionado anteriormente.
Antes de lanzarme de lleno a analizar y a diseccionar esta obra, quiero recalcar el mensaje dejado por el propio Nacho acerca de los problemas que ha tenido con Gammera Nest y el estado del juego. Debo decir que, a pesar de no haber encontrado demasiados bugs, se nota que al título le falta algo de pulido, pero ya hablaremos de eso.
De líneas y colores
Sin lugar a dudas lo que más llama de este The Many Pieces of Mr Coo es el apartado artístico, con toda esa personalidad propia que derrocha y la delirante mezcla de estilos que nos presenta. En contraste claro con su caricaturesco protagonista, hay de todo. Imágenes reales, personajes con estilos más oscuros y siniestros, todo tipo de virguerías artísticas que nos llevan de viaje por un auténtico sueño febril, y me encanta.

Creo que una imagen dice más que mil palabras y no diré nada que no se haya dicho ya respecto a lo increíble que se ve el juego y lo único que es. Desde su presentación en la que solo vemos a Mr Coo en una negrura sin nada más y en la que poco a poco se nos van introduciendo más y más detalles a los escenarios, llegando a los últimos, plagados de objetos realistas que suman a esa siniestra sensación de incomodidad, de que algo no anda bien, de surrealismo y ensoñación.
Pero cabe destacar también la banda sonora que es prácticamente reactiva a las acciones que vemos en pantalla, dotándole de aún más vida y originalidad a algo que ya respira por sí mismo con una capacidad artística desbordante. Artísticamente es una gozada en todos los sentidos.

De points y de clicks
The Many Pieces of Mr Coo es tres cosas: Original, corto y un point and click de los obtusos. Sus dos horas de duración (o media hora si eres un genio) son bastante llamativas. Si bien es cierto que el título es una experiencia de lo más interesante, la corta duración del mismo te deja con ganas de más y el cartel de “To be continued…” del final no ayuda a sacudirse esa sensación de juego al que le falta algo.
Son dos horas muy sólidas eso sí, es interesante el como iremos resolviendo los puzles que nos lanzan a la cara y como encontramos soluciones creativas a cada obstáculo. Pero a veces, y especialmente en el último tercio del juego, estas soluciones son bastante obtusas y difíciles de alcanzar. No está del todo claro el cómo debemos hacer una cosa específica para avanzar y aunque puedo entender esto para darle algo más de duración al juego, no ha terminado de convencerme.
Especialmente en el último tercio del juego, las soluciones son bastante obtusas y difíciles de alcanzar.
Algunos problemas técnicos a la hora de interactuar con ciertos objetos, bugs menores (y uno no tan menor que me obligó a reiniciar) le quitan bastante brillo a un juego que se podría quedar como una memorable y simpática (aunque siniestra) experiencia. Debo admitir que parte de esta insatisfacción se debe a haber jugado un point and click con un mando al ser la versión de PS5, es posible que en PC lo hubiese disfrutado más.
Añadido a esto se encuentra un problema que me asaltó en varios puntos, el no saber si lo que ocurría era un bug, que no estaba haciendo “click” en el momento justo o en el punto necesario. Y esto provocaba bastantes confusiones y frustración en mí (concretamente a la hora de distraer a cierta criatura con un gorrocóptero).

De las piezas de Mr Coo
Pero, tras estas dos horas, el buen apartado artístico y lo ligeramente frustrante de algunos aspectos jugables, ¿de qué va The Many Pieces of Mr Coo?
Bueno, yo no lo sé. Tengo mis teorías e ideas propias al respecto, pero tengo la firme convicción de que este se trata de un título del cual cada uno sacará sus propias conclusiones, y eso es algo muy hermoso. Es más, se puede sacar la conclusión de que es sencillamente una historia surrealista que no busca tener sentido y es algo válido.

La lógica del mundo que el juego nos introduce es bastante sólida, dentro de la anarquía general que se nos presenta cuando provocamos lluvias usando los pensamientos de un cíclope o usamos una espada contra un ajolote que se ha convertido en un cocodrilo de pesadilla. Es sólido en su locura y surrealismo, pero es todo como un sueño, inconexo y alocado, en el que es mejor sentarse y disfrutar
Y sí, es posible que si te paras a pensar con mucha fuerza encuentres significados profundos. Hay una temática de fondo con la naturaleza cíclica de las cosas, o de las dualidades, o de un señor mayor que recoge objetos por gusto. Dos fuerzas enfrentadas entre sí, una caótica y con ganas de trastornar el mundo y otra que solo busca orden y que todo siga como hasta ese momento, estático, sin vida.

De la orquesta final
The Many Pieces of Mr Coo me ha gustado bastante. Es original y único, el arte es espectacular y el sentirme tan perdido e incapaz de entender realmente de qué va me parece algo muy suyo y fiel a sí mismo. Es una pena que el apartado técnico no esté a la altura del artístico y de una propuesta con tantísimo corazón, porque, a pesar de sus dos horas de duración, es una experiencia increíble que se empaña por fallos tontos.
Si os gusta el surrealismo, los point and click y las aventuras cortas, tenéis una auténtica joya aquí de la mano de Nacho Rodríguez.
The Many Pieces of Mr Coo
Puntuación Final - 7
7
Interesante
The Many Pieces of Mr Coo respira originalidad. Es único y alocado, como un sueño del que no eres capaz de entender nada pero que disfrutas. A pesar de sus problemas técnicos es un juego para recordar.