AnálisisPS4

The Last of Us Parte II – Análisis PS4

Una sangrienta balada adolescente

Cada chasqueador era un suspiro, ¿ Vosotros cómo recordáis la primera aventura de Ellie y Joel? Nosotros recordamos The Last of Us como una revolución. Nos guste más o menos, el título de Naughty Dog creó una enorme comunidad de fans ansiosa del regreso de aquella «típica» historia de zombies que resultó ser un canto a la vida y una carta de amor envuelta en hordas de infectados, caníbales y salvajes.

The Last of Us parte II ya está entre nosotros, y también ha resultado ser algo más que una historia de venganza. Más que una sangrienta balada adolescente.

Es difícil hablar de esta última aventura sin adentrarnos en los más profundos resquicios de su historia, algo no deseable si la intención es no colar ningún spoiler. Debido a esto, y por el bien de todos, no hablaremos de su historia de forma explícita; hablaremos de ritmo, dinamismo, altibajos, pero sin ninguna mención a la narrativa de la aventura, que recordemos que al ser completamente lineal, más merecerá la pena si llegamos a catarlo sin ninguna idea preconcebida de la trama.

Mucho tenemos que agradecerle a Uncharted 4, y lo notaremos en muchos detalles del juego

Una vez aclarado esto, debemos profundizar en la propuesta de Naughty Dog, una propuesta reivindicativa, arriesgada y adolescente, muy adolescente. Y es que decir que The Last of Us Parte II es una simple historia de venganza sería banalizar el propio concepto que se ha desarrollado en la aventura. El argumento se ha reducido a un objetivo simplista para poder ir sorprendiéndonos a lo largo de la historia con situaciones contemplativas, cotidianas o simplemente interactivas.

El sistema de progresión de las armas sigue siendo continuista, pero aprovecha el enorme trabajo técnico para sentirse más renovado que nunca

De nuevo, The Last of Us vuelve a tratar temas como el amor, el odio o el existencialismo y la búsqueda del sentido a la vida en una sociedad inexistente. Pero la magia de su desarrollo la encontraremos en las herramientas que usa para tratar cada tema. Las relaciones paternofiliales, los atardeceres con la persona que amas o el costumbrismo en una situación fuera de toda razón; todo forma una perfecta sinergia de detalles que se acompasa, a ritmo de Take on me de A-ha, a una historia de venganza. ¿Sencillo? puede, pero… ¿No es eso lo difícil?

Este último gran exclusivo de Sony humaniza a sus mejores personajes y lo hace a conciencia: mostrando un mundo desunido por una situación que desborda la psique de sus protagonistas, y es que ni los buenos son tan buenos ni los malos son tan malos, algo que refleja muy bien Gustavo Santaolalla con cycle of violence.

Y la gente se escandalizó con La naranja mecánicaThe Last of Us Parte II es una carnicería constante en función de una historia de odio y rencor acumulado. Ahí es donde entra el jugador, tras una increíble transición invisible entre una parte cinemática que precede a la jugable que nos hace sentir a nuestro favor cada machetazo, cada particular situación y cada atisbo de espectacularidad que nos denotará el increíble apartado técnico y artístico del juego.

Y hablando de eso, es impresionante cómo el equipo de Naughty Dog ha conseguido hacer fluir cada movimiento con una organicidad casi enfermiza, cada gesto facial, cada charco y cada efecto lumínico aparecen única y exclusivamente para lucirse y demostrar que la capacidad visual del título (el más potente a nivel gráfico que encontraremos en PS4) es capaz de crear una atmósfera completamente envolvente que nos emocionará, agobiará y asustará cuando tengamos que hacerlo.

El modo foto y los increíbles efectos lumínicos nos darán mucho juego a la hora de sacar capturas en cualquier momento de la partida

En esto es tremendamente importante el trabajo de Gustavo Santaolalla, ya mencionado antes. El ronroco de Gustavo sazona y cubre cada momento para que resulte más duro y afectivo de lo que ya es de por sí, y no solo las melodías de su compositor. El trabajo de sonido es inmenso, ya sea en un túnel, enmascarados o bajo el agua, oiremos nítidos sonidos perfectamente contextualizados y es que no solo la personalidad de cada personaje es orgánica, también lo es su cuerpo y su relación con el entorno.

Esta nueva entrega sigue siendo continuista respecto a la anterior. De nuevo, las fases de sigilo serán constantes y cruciales, pero esta vez esa monotonía se rompe gracias a los altibajos de la historia, que cuando menos interesante es, más divertido resulta el particular gameplay que plantean diversas zonas. De nuevo, debemos recordar que esta nueva entrega infantiliza los instintos de sus personajes por diversos temas con el objetivo de ofrecer conclusiones complejas a unos planteamientos infantiles, una interesante estrategia para hacer ver a Ellie las complejas consecuencias de acciones que de primeras pueden parecer insulsas o estúpidas.

Como es normal, tendremos diversos coleccionables. Muchos de ellos funcionales, pues nos ayudarán a abrir diversas cajas fuertes

Con motivo de esta infantilización, se torna más existencial como lo haría Final Fantasy IX, y da lugar a acciones que rompen la monotonía de un sistema de juego mejorado, pero continuista.

Podríamos decir que seguiremos mejorando nuestras armas, seguiremos encontrando ladrillos, tijeras y botellas, incluso volveremos a toparnos con coleccionables en forma de monedas o cartas y regresarán las míticas notas lastimeras de aquellos que encriptaron contraseñas de cajas fuertes donde encontraremos armas y munición, ideales para poder defendernos en un mundo que no nos pondrá las cosas fáciles en las 22 horas que dura.

Ellie protagonizará una carnicería a golpe de machete

También deberíamos señalar, como apunte final, que nos encontramos ante un juego más progresivo, más evolutivo; quiero decir que, al final, se nota mucho la influencia de lo aprendido y lo perfeccionado en Uncharted 4. Detalles conversacionales que nos acompañarán a lo largo de nuestra aventura y algunas fases más abiertas de lo usual recuerdan mucho a la última aventura de Nate, y es que no os puedo decir a dónde va Ellie, pero sí os apunto de dónde viene, y Uncharted es uno de sus puntos de partida más reconocidos.

La idea final a la que quiero llegar es a su vez un «pseudo-debate» con un obvio y estúpido planteamiento. ¿Es The Last of Us un gran juego? ¿Merece la excelencia y ser catalogado como una obra maestra? Con esta pregunta reflexionemos y démonos cuenta de lo que son los videojuegos. Los videojuegos son una herramienta expresiva, un método de entretenimiento e incluso, visto con perspectiva, la más moderna forma de hacer arte, si es que consideramos como tal a la industria del entretenimiento. Y es que es un constante tema de perspectiva, un tema que parece que una gran parte de la población aún no es capaz de digerir.

The Last of Us es una simple historia de zombies que sirve de excusa para plantear la propuesta más reivindicativa, intimista y espectacular que ha salido en la industria del videojuego, y no lo digo por el contenido en sí mismo, si no por el alcance que tiene la marca «The Last of Us» y el uso que le han dado a esa «capacidad comercial». Eso es lo que lo convierte en una obra maestra. Arriesga de la forma más íntima posible, dando lugar a un juego orgánico, con altibajos, pero que fluye como tiene que fluir y que deja a un lado el ir a lo fácil para contar una historia que sale del corazón y esta ejecutada como nadie más podría.

The Last of Us es una aventura bien ejecutada de principio a final, con la garantía de calidad de, posiblemente, uno de los estudios con más recursos y con más talento que existe en el mercado. La música cuenta con una identidad y un gancho espectacular, el montaje cinematográfico es increíble, técnicamente es el cenit del videojuego de sobremesa y; argumentalmente, es lo que tiene que ser porque es la propuesta que han elegido sus creativos.

Dejando un lado la repulsiva homofobia, The Last of Us Parte II puede gustarte más o menos, pero no se puede negar que es uno de los juegos que más ha arriesgado en favor de la propia comunidad. Nos ha tratado de unificar, y nosotros, comunidad tóxica y maleable por cuatro idiotas con megáfonos, nos hemos vuelto a dividir. The Last of Us Parte II normaliza y respeta con una técnica y un talento sublime en cada apartado.  The Last of Us parte II pretende que Ellie vaya a por cada uno de nosotros, y hoy más que nunca, es necesario.

The Last of Us Parte II

Puntuación Final - 10

10

Obra Maestra

The Last of Us Parte II no llega a ser el juego perfecto debido a diversas decisiones arriesgadas que lentifican la campaña, decisiones que al mismo tiempo, con valor y sinceridad, mandan un mensaje necesario como solo lo podría hacer una obra maestra.

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Carlos González

Buscadme en Tokio-3 o junto con mi gato, que se llama Wanda y es de Wakanda.
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