Un poco de casualidad, pero lo primero que escuché de The Last Case of Benedict Fox fue el nombre del título, y antes de incluso saber que era un metroidvania lovecraftiano, mi mente asoció el nombre a El caso de Charles Dexter Ward de H. P. Lovecraft. Dentro de la literatura de terror, adoro la del novelista estadounidense, y de ahí que siempre que vea la etiqueta «lovecraftian» en cualquier medio audiovisual, mínimo me interesa por saber cómo lo han adaptado. Normalmente el tirón está en los seres marítimos, entidades cósmicas o los relatos oníricos, dejando más de lado aspectos un poco más terrenales.
Al igual que Charles Dexter Ward, The Last Case of Benedict Fox es un thriller detectivesco de misterio, rituales y alquimia. Solo que aquí Benedict, el protagonista, tiene mucha más acción junto a un compañero demonio y ya domina el tema del ocultismo de serie. No hay personajes que desciendan gradualmente a la locura, pero sí un caso bien enredado con pistas y rompecabezas que te vuelven loco.

Lazos sacrílego-paternos
Después de un breve tutorial que sirve para ver controles y, en casos como el mío, ajustar los gráficos para tener un buen rendimiento, viajaremos a la mansión de la familia de Benedict. Este lugar guarda los secretos más ocultos de sus orígenes, pero también un entramado de dos crímenes mortales y sospechas ante la propia naturaleza, jugando con rituales, artefactos prohibidos y mucho más.
A la premisa del juego le envuelve una historia fragmentada por objetivos, siguiendo las pistas que tengamos hasta ir desvelando los hechos y armar la verdad. La trama es atractiva casi de principio a fin, pero personalmente vi que la resolución fue un poco apresurada, aunque eso sí, los pocos personajes que encontremos tienen una gran presencia en pantalla. Pero sin duda me quedo con las interacciones de novios entre Benedict y el demonio.

Se nota que The Last Case of Benedict Fox no se fija solo en Lovecraft, también tiene mucho en las series noir que tan famosas se hicieron alrededor de los años 30 con los filmes en blanco y negro. Por eso creo que su otro gran aliciente, el apartado visual, le sienta tan bien para destacar. Creo que hubiera sido fácil tirar a lo apagado o usar paletas de pocos colores, pero en su lugar Plot Twist opta por un estilo a lo Tim Burton, caricaturesco, con personajes como de plástico. Los colores son suaves, pero con bastante rango, alrededor de entornos plagados de sombras y luces moradas para representar al demonio compañero. Mi tarjeta gráfica se va quedando desfasada, así que en caso de tener un PC potente vale la pena ver en movimiento esta preciosidad tétrica, que es algo exigente con los requisitos.
Llegar, ver y resolver
La casa será el nexo que unirá los mundos, o Limbo como llaman en el juego, en donde saldremos a explorar, buscar pistas, resolver puzles y combatir criaturas horribles. Gracias a un pacto con un demonio bastante peculiar, Benedict podrá moverse entre los planos de realidad y pesadillas, además de poder aprovechar más de un poder pagano para hacer frente a los enemigos, o simplemente atravesar obstáculos, porque The Last Case of Benedict Fox tiene backtracking.
¿Qué secretos aguardan en cada esquina?
He de decir tiene un punto muy a favor que refresca un poco la fórmula metroidvania y además encaja con la narrativa del título: estos obstáculos serán, en su mayoría, rompecabezas que solo podremos resolver con las piezas adecuadas. Estas piezas serán artefactos que tendremos que comprender viajando entre mansión y Limbo, y aún así el tener el medio para resolver un problema no implica que no haya que pensar; incluso un mismo tipo de puzle tendrá diferentes acercamientos. De esta forma, los rompecabezas sirven como motor del backtracking.
Al volver a casa, nuestro santuario de calma, también tendremos otro puñado de secretos, mejoras de combate que pagar con dos tipos de «moneda» diferentes, y el placer de hablar con unos cuantos personajes que irán apareciendo como por arte de magia; una de ellas literalmente por arte de magia.
Y si acaso nos atascamos mucho, The Last Case of Benedict Fox ofrece un selector de dificultad en tres partes: combates (afecta al daño recibido y vida enemiga), exploración (afecta a cuanta información tendremos acceso en el mapa) y rompecabezas (afecta a si tendremos la opción de solución automática o no).

Pies firmes en la tierra
Con la multitud de representaciones y aproximaciones a las obras de Lovecraft, el juego tiene algunos puntos interesantes. Quiero decir, cosas como los tentáculos o la magia negra están ahí, pero trae algunas cartas nuevas sobre la mesa. Por ejemplo, los enemigos comunes son monstruos que habitan en la psique de gente muerta en lugar de criaturas «cthulhulescas«. O también el propio compañero demonio, que hace las veces de narrador y otras de la consciencia de Benedict a lo Pepito Grillo. De hecho, esta criatura incorpórea suele sacar a luz el lado emocional de las escenas, mientras que Benedict actúa algo más neutral y lógico, una elección llamativa.
A cambio, sí me ha parecido que los diseños de los enemigos y el cómo deberían aflorar distintas penurias de los huéspedes fallecidos han sido descafeinados; los bosses inclusive. Entiendo que no quisieran forzar tanto la máquina haciendo criaturas súper complejas nacidas del Necronomicón porque, a fin de cuentas, estás luchando contra ellas con un puñal y una pistola de bengalas. Pero podrían haber tirado por alguna otra tangente de inspiración o apostar por algo totalmente nuevo. Si se suma que los enemigos no suelen tener muchas gimmicks y la mayoría de peleas chungas las resumí en acercarme al borde, dar un tajo, paso atrás y disparar, la parte de acción palidece bastante.

Conclusiones
Como los tentáculos invisibles al ojo poco entrenado, The Last Case of Benedict Fox me fue engatusando poco a poco con su misterio principal y progresión limitada a encontrar pistas y piezas con los que resolver objetivos y puzles, respectivamente.
La fusión de aspectos oníricos propios del estudio con la imaginería de Lovecraft y bases artísticas de Burton dan a The Last Case of Benedict Fox un lienzo que le queda como un guante. Además, la composición sonora da un ligero tono lúgubre con piezas ambientales que pueden pasar desapercibidas de lo unidas que van al escenario. Sin embargo, la respuesta de los controles y animaciones, a mi parecer demasiado rígidas, le quitan fluidez a un combate que pedía a gritos ser un poco más cinematográfico. Movimientos como la esquiva (muy ingenioso que se use con el joystick derecho, por cierto) o sacar la pipa son demasiado robóticos. Aunque puede que sea una elección del estudio, para dar la sensación de llevar a títeres, y no lo haya meditado más a fondo.
The Last Case of Benedict Fox
Puntuación Final - 7.5
7.5
Recomendado
Un metroidvania de corte lovecraftiana, inspirada en sus novelas más detectivescas, trayendo consigo una trama de misterio muy atractiva y una dirección artística sublime entre lo caricaturesco y lo espeluznante. La exploración y puzles son muy completos, y le resta un poco su brevedad y que el planteamiento del combate no rinda tan bien como el resto de sus partes.