Tanuki Justice llega de la mano de Wonder Bobi, creador del Aggelos, para satisfacer a un público más exigente, pero sin llegar a ser frustrante para aquellos a los que le apetece un juego Run and gun con estilo retro ochentero. Y es que será necesaria una combinación perfecta de reflejos, memoria y un poco de estrategia para completar todos los niveles que propone este divertido juego de plataformas. Un juego que evoca la época dorada de Konami y Hudson al principio de la década de los noventa. Pero, ¿cómo consigue esta encantadora pareja de hermanos tanukis hacer justicia a todo eso y además salvar el mundo?
Tanukis ninjas
La premisa es muy básica: con una cinemática de un minuto, pero a la vez con un trasfondo épico. Básicamente dos hermanos justicieros, y además tanukis, serán los encargados de salvar el mundo de una nueva amenaza aniquilando a base de shurikens hordas de monstruos. Y es que toda la estética está basada en la historia y fantasía oriental japonesa dando lugar a niveles y enemigos de lo más variopintos. Desde siniestros Kappas hasta osos pandas trastornados.
Los enemigos llegan a ser tan numerosos que la pantalla se llena completamente con un margen minúsculo para esquivar y salir ileso. Todos estos momentos puntuales de frenesí dotan al juego de diversión y a la vez de un espectáculo visual digno de ver y sentir en tus propias manos. Y no solo por los monstruos, sino por los escenarios coloridos y a la vez espectaculares, muy bien ambientados según el nivel en cuestión: un castillo japonés, un pueblo fantasma o un simple bosque. En ese sentido, sería ideal que implementaran un editor de escenarios al estilo Mario Maker, podría llegar a tener niveles tan buenos o quizás mejores y más numerosos.
Por ello, la parte negativa es la escasez de niveles, con un total de siete, que se queda muy corto para este título. Sin embargo, eso en parte lo soluciona con la forma en la que la dificultad aumenta conforme se avanza en el juego. Llegando a ser un reto muy difícil debido a sus mecánicas de acción y la forma en la que se gestiona la vida de nuestro protagonista; ya que de un golpe te quita una vida, y al llegar a cero se reinicia el nivel. En cierto modo se podría asociar a Super Meat Boy, en el cual era necesario un aprendizaje por prueba y error hasta dar con la forma de superar el nivel, a no ser que cuentes con reflejos privilegiados.
Un golpe y se acabó la partida
La jugabilidad es limitada, pero esto es a propósito. Sencillamente, es una forma intencionada de crear unas mecánicas cortas en profundidad para hacer que el título se juegue de una forma completamente distinta a otros videojuegos similares. Por un lado tenemos los controles básicos de moverse, un botón de salto, otro de disparo y finalmente otro de ataque especial. Un ataque especial bastante destructivo y que necesita llenar la barra de energía a base de golpear monstruos o recoger gemas de puntuación. Su uso puede llegar a ser bastante regular siempre y cuando se gestione bien la barra de energía sin morir en el intento.
Hasta aquí las mecánicas son algo normal para el género, muy al estilo Adventure Island o Ghosts’n Goblins. Incluso en el diseño de jefes finales es similar a estos juegos pero modernizado. Sin embargo, se incluye un botón para que el personaje camine automáticamente y otro botón para fijar la dirección del disparo. Estas dos funcionalidades añadidas lo hacen perfecto para aquellos jugadores experimentados en Speed run o, dicho de otro modo: acabarse el juego en el menor tiempo posible. Estos botones apoyados en la memorización del mapa, la colocación y aparición de enemigos, es perfecto para dedicarle horas hasta poder pasarse el nivel perfecto en el menor tiempo posible.
Los ninjas justicieros no se rinden ante la adversidad
Conforme se van superando los diferentes niveles, la dificultad va en aumento de forma exponencial. Dicho de otro modo: el diseño del nivel aumenta en complejidad añadiendo más monstruos y algunas condiciones sobre plataformas, como aquellas que desaparecen al cabo de unos segundos. Todo ello se suma a un sistema de dificultad que podrás elegir entre normal, difícil o extremo. Pero en este caso, los cambios son de programación, otorgándole velocidad a las animaciones de los enemigos o añadiendo algún proyectil extra que intentará golpearte.
En total nos encontramos con un selector de dificultad externo y por otro lado la propia complejidad del diseño que va en progresión en los niveles del juego. Llega a ser un desafío debido a que el aprendizaje del jugador no escala a la misma velocidad, produciendo, en ocasiones, atascos en algunos niveles, sobre todo en la parte final. A pesar de ello, cuando te enfrentas a los enemigos sabes que puedes acabar con ellos si pones un poco de empeño. Ese afán de destrucción como ocurría en la mítica saga de juegos Metal Slug.
Conclusiones
Un juego frenético y divertido, con estilo pixel art y música en 16 bits muy acertado, al ritmo de la acción. Pero con una jugabilidad limitada para forzar al jugador a experimentar unas mecánicas más precisas. Tanto es así que, por ejemplo, no puedes bajar de una plataforma con la acción típica de abajo más salto. En lugar de ello, te propone situaciones en las que será necesario realizar acciones en el momento adecuado para llegar a la codiciosa vida extra o el escudo, que para un golpe antes de perder una vida.
Además, el juego te propone una serie de logros que va desde algo tan simple como pasarse el juego de forma normal, hasta retos que cualquiera diría que son imposibles. Algunos como no perder ninguna vida o pasarse el juego en menos de 14 minutos. Trofeos que van perfectos con el estilo arcade tan marcado, algunos incluso están ocultos y no he llegado a saber cuáles son, lo cual me produce un poco de rabia.
Tanuki Justice
Puntuación Final - 7
7
Interesante
Grandes dosis de acción para los deseosos de un reto retro. Escueto en niveles y mecánicas jugables limitadas pero muy precisas y pulidas. Genial para jugar con un amigo.