Tails of Iron nos mete de lleno en un mundo devastado por la eterna guerra entre ratas y ranas. Una guerra que ha arrasado el reino e incluso asesinado a nuestro propio padre. Todo ello acompañado de un estilo visual único, que da un carisma propio a este ARPG en 2D, desarrollado por Odd Bug Studio y distribuido por Meridiem Games.
Las influencias de Odd Bug Studio para desarrollar este título son claras, y muchos lo han denominado ya como «Rat Souls«. Pero como iremos viendo, Tails of Iron tiene más similitudes con otros títulos como Hollow Knight que con la saga Dark Souls. Aún así, estas semejanzas no impiden que Tails of Iron tenga un carácter propio que te engancha, entrando primero por los ojos y luego te atrapa con su jugabilidad.
Rey de las ratas
Como decíamos, Tails of Iron nos sitúa dentro de un conflicto legendario entre ratas y ranas. Tras unos años de paz, las hordas del Clan de la Rana han vuelto al reino y están acabando con todo. Nuestro viejo padre ya no tiene fuerzas para continuar y tiene que pasar la corona a uno de sus hijos. Así comienzan las andanzas de Redgi, nuestro pequeño protagonista, que pese a no ser el hermano más fuerte demostrará el valor necesario para ser elegido nuevo rey.
Durante los primeros compases del juego se nos irá explicando uno de los platos fuertes, el sistema de combate. En esta parte es quizá donde la influencia de Dark Souls es mayor, o mejor dicho de Sekiro. Los enemigos tendrán varios tipos de ataques imparables y cada uno se debe esquivar de una manera. Podremos identificar estos ataques con una serie de símbolos de colores que aparecen encima de los enemigos y deberemos reaccionar rápidamente para poder esquivar cada uno de manera correcta.

Este combate basado en esquivar y buscar el hueco en las defensas enemigas se complementa con una personalización muy amplia de nuestra pequeña rata. Podremos elegir entre diferentes armas y armaduras y adaptar nuestro personaje a nuestro estilo de combate, optando por un estilo más ágil centrado en las esquivas y el daño rápido o un estilo más «tanque» que aguante los golpes y nos proporcione daño contundente sacrificando rapidez.

Una narrativa lineal
Uno de los elementos más característicos de Dark Souls es esa narrativa única. No hay un hilo conductor ni una gran epopeya de la que seamos protagonistas. El lore de la saga está escondido en descripciones de objetos y muchas partes tienen que ser reconstruidas por el jugador. Es fácil acabar un Dark Souls y no saber muy bien de qué va la historia. Tails of Iron, por el contrario, apuesta por una historia lineal, donde un narrador en off nos cuenta las aventuras del pequeño Redgi mientras intenta traer la paz y reconstruir el reino de su padre. Como pequeña curiosidad, este narrador sonará familiar a los fans de los juegos de The Witcher, pues el actor encargado de contarnos las andanzas de Redgi no es otro que Doug Cockle, quién también prestaba su voz a Geralt de Rivia.
Por supuesto, lineal no significa algo malo. Simplemente es otra manera de contar una historia. El mundo de Tails of Iron te atrapa desde el primer momento y que su historia se cuente de una manera tradicional no le resta valor. Desde el primer momento sabe lo que quiere contar y a qué punto pretende llegar.
El mundo de Tails of Iron te atrapa desde el primer momento y que su historia se cuente de una manera tradicional no le resta valor
Un mundo que salvar
Pese a no ser un metroidvania, Tails of Iron cuenta con ciertos aspectos más cercanos a Hollow Knight que a la fórmula «souls«. El mapa está dividido en diferentes pueblos o zonas, pero dentro de estas áreas existe todo un entramado de salas que recorrer. Sin ese elemento tan característico del género metroidvania como es el backtracking, pero con ciertos secretos y zonas opcionales que añaden un extra de contenido al juego.

También los puntos de guardado imitan al aclamado juego de Team Cherry, y de cuando en cuando nos encontraremos con un banco donde reponer fuerzas y guardar nuestra partida. Pero además de estos elementos, existen partes de la propia trama que recuerdan mucho a Hollow Knight, tanto temática como visualmente, pero no entraremos a comentarlos para evitar los spoilers.t
Las misiones secundarias expanden ciertas zonas y añaden nuevos retos, aunque la mayoría de las veces estaremos obligados a pasar por estas misiones secundarias para obtener algo necesario en el camino principal. En un par de ocasiones esto se siente artificial, la reconstrucción de nuestro castillo está dentro de las misiones principales del juego y por ello se nos obligará a farmear oro mediante secundarias. Todo este proceso habría sido más natural si se realizara de una manera opcional y existieran incentivos para devolver el esplendor de nuestro hogar.
El combate como plato fuerte
Sin ninguna duda el punto fuerte de Tails of Iron es su combate. Las opciones de personalizar nuestro personaje según nuestro estilo de combate ayudan mucho a la hora de afrontar el reto, pero hay que decir que no es un juego fácil. La dificultad no llega a niveles de Dark Souls o Hollow Knight, pero tampoco será un camino de rosas. Esta dificultad radica sobre todo en los jefes finales. Cada uno con un aspecto y un estilo únicos y que pondrán al límite nuestra capacidad de esquivar sus ataques.

La dificultad no llega a niveles de Dark Souls o Hollow Knight, pero tampoco será un camino de rosas
La única nota discordante en este sistema de combate tiene que ver con las hit-box de algunos jefes. Y es que serán varias las ocasiones en las que no queda claro qué espacio ocupa un enemigo con su cuerpo al realizar un ataque y golpes que parece que claramente hemos esquivado nos acabarán dando de lleno. No es algo generalizado, pero es cierto que en alguna ocasión nos sacará del flow del combate, provocando que recibamos varios golpes seguidos y nos acabe generando cierta frustración.
La clave que reduce la dificultad es la abundancia de puntos de guardado. Estos bancos donde descansar suelen tener cerca provisiones y podremos reponer flechas y bebida, la cual usaremos para curarnos como si de un frasco estus se tratara. Por eso, morir no es tan doloroso y solo tendremos que recorrer unas pocas estancias para volver al punto donde caímos. Tampoco existe un sistema de experiencia que nos obligue a recuperar todo lo farmeado de nuestro cadáver, por lo que morir no implica un problema demasiado grande, más allá de tener que volver a recorrer el camino hecho.
Un gran apartado artístico
Como se puede ver en las imágenes que ilustran este análisis el aspecto visual de Tails of Iron tiene un carisma propio. De alguna manera logra implementar unos personajes ciertamente adorables en un mundo lúgubre y violento. Un ejemplo de esto son las ejecuciones finales que podremos realizar, donde nuestro pequeño rey apuñala y desmiembra sin compasión alguna a ranas, larvas y todo lo que se ponga por delante.

La música es otro punto positivo de Tails of Iron. Lo habitual en los juegos es que exista una banda sonora que se escuche de fondo y sirva para enfatizar lo que el jugador está viviendo, pero en varios momentos Tails of Iron rompe con esa música extradiegética y serán los propios personajes los que toquen la banda sonora que escuchamos. Nuestro palacio y el pueblo cercano cuentan con sus propios bardos, quienes alegremente tocan celebrando nuestras victorias sobre los batracios. Llegados a cierto punto del juego nos encontraremos con un personaje cuya música, y el cambio que esta supone para el tono del juego, es simplemente magnífica.
Conclusiones
Tails of Iron es un juego que recoge influencias de muchos otros ARPG y las utiliza para crear un mundo con carisma propio. La propuesta de Odd Bug Studio no busca innovar ni revolucionar el género, pero sí que han logrado crear una aventura en la que constantemente quieres avanzar y ver a dónde lleva. A excepción de un par de momentos puntuales, el ritmo es correcto y todo el conjunto se siente cohesionado. No sientes que estás perdiendo el tiempo y siempre estarás con cierta presión ante el inminente retorno de tus enemigos.
El combate es, como hemos dicho, su punto fuerte y la abundancia de enemigos y jefes finales nos obligará a dominar su gameplay si queremos avanzar. Por suerte, los puntos de guardado y abastecimiento son muchos y crean un buen equilibrio en cuanto a recursos-dificultad.
Los títulos que han influido a Tails of Iron son obras maestras del medio y es muy difícil alcanzar ese grado de perfección, pero en esta ocasión el alumno se acerca mucho al maestro y la experiencia de acompañar a Redgi en su camino por acabar con todas las ranas es algo que cualquier fan de los souls-like debe, al menos, probar.
Tails of Iron ya está disponible para PlayStation 4, PlayStation 5, Xbox One, Nintendo Switch, Microsoft Windows, Xbox Series X y Series S; cuenta además con una edición física llamada Crimson Knight.
Tails of Iron
Puntuación Final - 8.5
8.5
Recomendado
Tails of Iron es una aventura perfecta para los amantes de los ARPG. Presenta un reto más amable que otros títulos similares, pero igualmente disfrutable, y su mundo 2D dibujado te atrapa desde el primer momento.