Summer in Mara – Análisis PS4

Summer in Mara es uno de esos juegos cuya vitalidad y alegría provocan en el jugador buen humor automático. Este juego de aventura y simulación ha sido creado por el estudio valenciano Chibig. Además, cuenta con el apoyo de PlayStation Talents Alianzas. En este juego conocerás a Koa, una niña que vive en una isla con su abuela y aprende el cuidado de naturaleza. Así que, ¿qué mejor para acabar un año de confinamiento que visitar lugares paradisíacos? ¡No te pierdas el siguiente análisis!

 Una pequeña isla por explorar

Summer in Mara comienza con la historia de cómo la Yaya Haku encuentra a Koa en un accidente en el mar mientras pescaba y la adopta como si fuera de su familia. Ambas, muy distintas y de diferente raza, conviven juntas mientras la niña crece. Así, Koa aprende de su abuela a cultivar y cuidar la tierra y gestionar sus recursos. Viven en una isla pequeña de Mara, la región que las rodea, tranquilas y ajenas al caos del exterior. El tiempo pasa y Koa se queda sola, su abuela ya no está; la isla ha ido decayendo y ella busca aventuras. Un día aparece en la isla Napopo una extraña criaturilla que hace que Koa por fin salga de la isla y se vea involucrada en un inusual viaje.

Summer in Mara cuenta con un apartado artístico que es de lo mejorcito del título

Pese a no ser una historia en esencia innovadora, gana muchos puntos debido a la forma en la que está contada. Todo el juego queda enmarcado en una estética de dibujos inocente y positiva que hace de la historia una aventura entrañable como podía pasar en su momento con Ni No Kuni, por poner un ejemplo. Generalmente las cinemáticas que encontramos no presentan voces, ni diálogos escritos, son una secuencia de escenas acompañadas de música e incluso presenciamos algo así como un opening. Fuera de éstas sí que existen diálogos de forma escrita acompañados por divertidos dibujos que reflejan los estados de ánimo de los personajes a la hora de enunciar las frases.

En general, la trama del juego es entretenida, con apariciones como la de los piratas, y que en el fondo no deja de recordar a Moana/Vaiana. Sin embargo, existen algunos altibajos en la historia derivados sobre todo de algunas misiones. También el inicio es confuso en algunos momentos. Summer in Mara tampoco te guía de la mano siempre, aunque esto para mí es incluso positivo acostumbrada a juegos que te señalan todo.

 Mara es un lugar de ensueño

Como os comentaba antes, hay una estética detrás que representa inocencia. Este título cuenta con un apartado artístico que sin duda es de lo mejorcito del juego y que se nota que está elaborado con detalle. La paleta de colores es de lo más viva y los diseños 3D se combinan con dibujos animados en 2D encontrando dos maneras complementarias de representar la historia. Los escenarios representan generalmente espacios paradisíacos con multitud de detalles y no suele dar la sensación de que sean lugares vacíos. Sin embargo, hay que entender la modestia de sus recursos. Gráficamente el juego no destaca especialmente, pero si tenemos en cuenta que ha sido desarrollado por un estudio indie creo que el resultado es digno de valorar.

Y es que si nos ponemos estrictos, el peso del juego reside en la jugabilidad, al tratarse de un título que bebe mucho de la simulación. Ya sea labrando la tierra, recolectando fruta, cocinando o fabricando elementos la gestión de recursos es esencial para el avance del juego, pero no penséis que tampoco es un sistema complejo. Creo que en este apartado el estudio tenía una idea buena que no ha acabado de ser bien ejecutada, dando como resultado un sistema algo básico de recolección y progreso. También hay que tener en cuenta quién lo está jugando. Para un público infantil el juego seguramente sea totalmente recomendable permitiendo que los más pequeños comiencen a gestionar un sistema de economía sencillo.

 Explota tus recursos

En cuanto a los movimientos de la pequeña, hay que señalar que Koa tiene mucha fluidez para moverse, correr, saltar e investigar todo lo que tenga al alcance. Desde el comienzo nos presentan a una niña intrépida (con afición por subirse a los tejados), y esto queda representado en sus acciones.

El entorno estará lleno de objetos con los que poder interactuar y podemos llenar el inventario con las semillas y los frutos que vayamos recogiendo. Además es gracioso, porque Koa tiene herramientas de trabajo como un hacha, (¡un hacha!), con las que poder talar árboles, plantar la tierra y demás; y éstas mismas se puede mejorar en el taller de fabricación. 

Y hablando de plantar la tierra, ¿qué hacemos con los frutos obtenidos? ¡Pues cocinar! A lo largo de nuestra aventura conseguimos recetas de diferentes tipos que nos permiten crear verdaderas degustaciones, aunque Koa no sea una gran chef. Nuestra protagonista cuenta con una barra de energía y hambre que hay que rellenar ya sea comiendo o durmiendo. En cuanto a dormir, podemos hacerlo cuando queramos, pero hay una sucesión entre el día y la noche. Además, la barra que os he mencionado se gasta más rápido por la noche.

 Conclusiones

La sensación que he tenido al jugar a Summer in Mara ha sido de que es un juego precioso, hecho con cuidado y artísticamente destacable, pero que está orientado a un público algo más juvenil que yo. Tiene detalles muy interesantes, como por ejemplo una banda sonora preciosa, pero en cuanto a jugabilidad creo que se queda en un nivel sencillo de experiencia. ¿Significa esto que es mal juego? En absoluto, pero no creo que sea recomendable para todo tipo de jugadores.