Starfield lleva años siendo mi obsesión. Si juntas mi gusto por lo espacial y la ciencia ficción, además de que me encantan (por norma general) los juegos de Bethesda, podéis entender que llevase años con el ansia de probar esta nueva aventura. Sabiendo que The Elder Scrolls VI tardará en llegar y no se sabe nada de Fallout 5, esta nueva entrega era una forma de volver a un título de la empresa, aunque esta vez se desarrolle más allá de las estrellas.
Desarrollado por Bethesda Game Studios, Starfield viene con voces y textos traducidos totalmente al castellano y con la jugabilidad habitual de otras entregas de la empresa. Abróchate el cinturón, que se vienen unos cuantos saltos gravitacionales.
Constelación, nuestro nuevo hogar
Starfield nos presenta una historia y universo nuevos en más de 25 años, aunque si sois fans de sus franquicias podréis reconocer ciertos parecidos desde el principio (y no, no hablo del motor que utiliza). La historia comienza con nosotros extrayendo un extraño artefacto en una mina de un planeta, que nos hará tener una especie de visión cósmica del universo. Tras desmayarnos, despertaremos en la mina, rescatados por nuestros compañeros, y dará paso la pantalla de creación de personaje.
Teniendo en cuenta las limitaciones técnicas que posee el título, se han esforzado en darnos gran variedad de elementos que modificar para poder crear como queramos a nuestro personaje. También dan un paso hacia adelante y permiten elegir el género de tu personaje (para que los PNJ sepan cómo dirigirse hacia ti), algo bastante positivo.

Si seguimos la historia principal de Starfield, pronto llegaremos a Nueva Atlántida, una de las muchas ciudades con las que contamos en este universo, llamado Sistemas Colonizados. Es en esta ciudad donde se ubica el grupo de Constelación, unos exploradores espaciales que quieren desentrañar los misterios que rodean a estos artefactos. Sin entrar en spoilers, os diré que la historia principal me ha cautivado bastante, y aunque para mí tardaba en arrancar, llega un punto de inflexión donde la cosa se pone interesantísima. Cómo no, no podía faltar (entre otras cosas) una misión tributo a Half Life (al menos, estoy casi segura de ello), la cual os sacará una sonrisa si también habéis disfrutado de esa franquicia.
Probablemente, me he dejado un montón de contenido secundario, pero todas las misiones secundarias que he realizado me han encantado. Si bien es cierto que algunos emplazamientos se repiten (como ya pasaba en Skyrim con las mazmorras), lo compensan con una historia secundaria y personajes interesantes. Sobre todo, si sois nuevos y os salta la misión de La Mantis, os recomiendo mucho hacerla, palabrita de exploradora galáctica.

Una vasta galaxia por explorar
En Starfield tenemos multitud de sistemas estelares, cada uno con sus planetas y lunas distintas. Cada planeta puede tener un bioma distinto (por ejemplo, rocoso, hielo, estéril…), distintos valores para la gravedad (por lo que en unos puedes saltar mucho más que en otros) y otro tipo de elementos, como la flora y fauna. Los que hayáis jugado No Man’s Sky os encontraréis muchos parecidos en estos aspectos. Tendremos un escáner, que nos permitirá tanto extraer los distintos recursos de cada superficie (como minerales o plantas), además de otras funciones que tiene integradas, como el modo Foto.
Cada planeta suele tener una o dos localizaciones «explorables» (laboratorios abandonados, minas…) donde aterrizar, aunque realmente podemos marcar un punto cualquiera de la superficie e ir ahí. El escáner nos puede ayudar a identificar otras estructuras en la superficie del planeta (como bases o cuevas) mientras vamos andando de un sitio a otro, sin embargo, echo de menos algún tipo de vehículo como sí tienes en el ya mencionado No Man’s Sky. Es cierto que aquí contamos con la mochila propulsora, que nos ayuda a darnos impulsos para volar brevemente, pero para desplazarnos por la superficie de los planetas es una ayuda que se queda escasa.

Starfield pone a nuestra disposición un sistema de construcción de bases similar al que pudimos experimentar en Fallout 4. Las materias primas, como los minerales, se pueden refinar en distintos tipos de banco de trabajo, y eso nos permitirá construir diferentes partes de nuestra nueva base. Módulos blindados o acristalados para los espacios, distintas esclusas, elementos decorativos, bancos de trabajo o torretas defensivas… El menú de creación nos da bastantes elementos con los que jugar, y tú decides si prefieres crear un hogar para ti y para tus compañeros, o te interesa más ir dejando distintas bases con lo mínimo para extraer recursos. Los compañeros que iremos reclutando a lo largo de la aventura tienen características únicas y algunos pueden venir bien si los quieres dejar a cargo de una de estas bases.

La infinidad del cosmos
Starfield no sorprende mucho en lo que al combate se refiere, tanto a pie como el de a bordo de una nave. Siento que me repito más que el ajo, pero aquí no vais a ver nada nuevo que no haya en otros juegos de la empresa. En el combate de a pie contaremos con un amplio arsenal de armas de fuego, láseres o armas cuerpo a cuerpo para despachar a nuestros enemigos como más queramos. Por supuesto, si eliges ir de forma sigilosa (mi favorita), y te subes los talentos adecuados, puedes despachar enemigos de un solo tiro crítico y sin que nadie te detecte.

En el caso del combate aéreo, cuando entremos en la órbita de un planeta, puede que nos asalten espaciadores o piratas intergalácticos. En ese caso, puedes manejar la nave tanto en primera como en tercera persona y perseguir sus naves mientras les disparas con las distintas armas que tenga la tuya. Una vez elimines los escudos (que se recargan con el tiempo) podrás hacerle daño real a la nave, y a veces puedes incluso abordarlas. Cuando destruyes una nave, un módulo de botín se queda flotando, a la espera de que reclames tu premio. Existe un sistema de creación y/o mejora de naves muy completo, donde el límite está en tu imaginación (y en tus créditos, por supuesto, aquí nada es gratis), y sin embargo, no es una cosa donde haya invertido mucho tiempo.

Como he comentado al principio, me encantan los juegos de Bethesda, pero no se puede ignorar una realidad. Starfield es un juego que se ha hecho con un motor que ya está caduco, y que plantea ciertos bugs y fallos de rendimiento de base. En mi caso, hasta que no instalé Starfield en un SSD (una cosa que, por cierto, es un requerimiento, no una recomendación) el sonido se cortaba cada dos por tres, las voces estaban desincronizadas del movimiento de labios y sufrí stuttering del bueno. A partir de ahí, el juego iba como la seda. Sí, de vez en cuando verás bugs visuales; morirá un enemigo y saldrá disparado y un largo etc., de cosas que ya sabemos, pero sinceramente, para mí no afectan al juego ni a su historia.
Conclusiones
Starfield es un buen juego, y uno muy completo que te puede dar horas de diversión. La historia principal es interesante y entretenida, y llega cierto punto en el que no podrás para de jugar para averiguar más, tienes horas y horas de contenido secundario con misiones que te presentan nuevos personajes y sus historias, exploración de planetas, creación de bases y mucho más, y todo es muy disfrutable. Sin embargo, el tema de la nave y la exploración espacial no me terminó de convencer. Si venís del No Man’s Sky, donde entrar y salir de planetas es un proceso fluido y que puedes hacer en primera persona sin menús, llegar a Starfield y tener que estar seleccionando puntos de aterrizaje te parecerá algo tosco. El juego tiene una gran rejugabilidad, y para mí, tiene más cosas positivas que negativas, por lo que no dejes de darle una oportunidad si te llama la atención.
Starfield
Puntuación Final - 8
8
Recomendado
Starfield es un RPG de acción espacial, el nuevo universo en más de 25 años que ha creado Bethesda. Con una historia intrigante y un universo lleno de planetas y posibilidades, no te aburrirás con todo lo que puedes hacer en esta nueva entrega.