Star Wars está más viva que nunca. Parece verdadera ciencia ficción que una de las sagas más importantes de la cultura popular, una que ya ha alcanzado sobradamente la madurez, esté viviendo un momento de oro en pleno 2019. Episodio IX, El mandaloriano y memes de bebé Yoda mediante, la bien conocida Guerra de las Galaxias también ha tenido su destello en el mundo de los videojuegos a finales de este año. Y es que, nada menos que diez años después del último título enteramente single player de la franquicia, Respawn Entertainment nos ha sabido dejar a todos boquiabiertos con un Jedi: Fallen Order atrapante, espectacular, divertido y, gracias a la Fuerza, significativo. Una obra que es la suma de muchas, una especie de Frankestein o monstruo de las mil caras que, pese al compendio de influencias y la difícil tarea que resulta unir partes que nunca antes han llegado a estar juntas, mantiene el tipo para que el resultado final sea más que la suma de sus piezas. No faltan, sin embargo, las asperezas tanto en técnica como en ejecución, propias de un estudio relativamente joven y que, sin llegar empañar lo conseguido, deben ser y serán igualmente mencionadas.
Sin mayor propósito que ganar tiempo para preparar el hipermotor con esta introducción, espero que tengáis abrochados los cinturones, estéis cómodos en vuestros asientos y tengáis a mano Biodramina si no soportáis bien los viajes superlumínicos, porque vamos a saltar al hiperespacio una última vez que, esperamos, sea la primera de muchas. Bienvenidos a una historia digna de ser contada, una jugabilidad digna de ser experimentada y un producto que, tanto por su temática como por sus circunstancias, nos recuerda lo brillante que puede llegar a ser la luz en la oscuridad. Bienvenidos al análisis de Star Wars Jedi: Fallen Order. Let’s punch it!

La suma de las partes
Los seguidores acérrimos a la saga de George Lucas somos, quizá, los más concienciados acerca de lo obtusa que puede llegar a ser su línea temporal, especialmente tras el reboot del canon. Así pues, y en las facultades que me confiere haber nacido con un amor natural hacia una serie de películas que es ya mucho más que eso, voy a procurar que, tras las próximas líneas, no quede atisbo de duda alguno sobre el encuadre de este título.
La historia que nos narra Jedi: Fallen Order sucede en el año 14 BBY (Antes de la Batalla de Yavin), es decir, cinco años después de los eventos acontecidos en Episodio III – La venganza de los Sith y catorce años antes de Episodio IV – Una nueva esperanza. Un lustro ha pasado desde la abrupta finalización de las Guerras Clon, la purga jedi y el alzamiento del primer imperio galáctico, dirigido por la todavía misteriosa figura de un emperador Palpatine cuya verdadera identidad e intenciones pocos llegarían nunca a conocer; la eliminación total de la Orden Jedi, entre ellas. No obstante, la infame Orden 66 no supuso la completa extinción de todos los usuarios del lado luminoso de la Fuerza. El mensaje disuasorio del maestro Obi-Wan Kenobi, unido al hecho de que la guerra había disgregado a los jedi a lo largo y ancho de la galaxia, protegió a muchos de la purga. Entre ellos, un padawan, nuestro protagonista. Tras escapar milagrosamente del ataque de los clones renegados, Cal Kestis se ve obligado a refugiarse en el planeta Bracca, un mundo convertido en un gran cementerio de naves a la espera de ser desguazadas y pasar a formar parte de la maquinaria imperial.

La historia comienza con un elemento al que no hemos hecho referencia, quizá el más importante. Después del éxito total, pero no absoluto, de la Orden 66, el emperador creó a la Inquisición, un grupo de usuarios del lado oscuro dirigidos por el mismísimo Darth Vader, con un solo objetivo: eliminar al resto de los jedi supervivientes. Obligado a usar sus poderes ante una situación límite, Cal atrae la atención de las inquisidoras Segunda y Novena Hermana. Sin otra opción que la huida, es entonces cuando nuestro protagonista se encuentra con quienes serán sus principales compañeros durante la aventura. Cere Junda, una ex jedi con un pasado traumático, y Greez Dritus, un piloto de la especie latero y capitán de la Mantis, la nave en la que pasaremos gran parte del viaje. Tras un conveniente rescate, Cal, Cere y Greez se embarcan en una odisea que les llevará por planetas tan célebres como Khasyyyk, tan misteriosos como Dathomir y tan inexplorados por el canon como Zeffo, que hace su primera aparición en este Jedi: Fallen Order.
El inicio es repentino, súbito y habría agradecido más espacio para respirar, lo cual es una lacra que se repite a lo largo de toda la historia; el ritmo del relato no está del todo bien ejecutado, dando la sensación de haberse supeditado a unas exigencias que sobrepasan lo artístico. Nada demasiado complicado, ni demasiado ambicioso. Pero cortar las alas no es suficiente para impedir volar a quienes realmente quieren llegar al cielo, y es que es en la construcción de personajes donde brilla el buen hacer de Respawn. Cal, Cere, Greez y los protagonistas y antagonistas que se incorporan más adelante son más que personajes; son personas. Todos comparten un pasado que quieren dejar atrás, del que llegan a avergonzarse, que les atormenta. Todos y cada uno de ellos en busca de un propósito, de un objetivo vital que, por muy idealista o distorsionado que parezca, les salve de sí mismos. Si algo define a los personajes de Jedi: Fallen Order es su complejidad, su psicología y el trabajo de sus creadores por hacerlos reales, reforzado por una actuación sobresaliente de sus actores, que brilla especialmente en su versión original. La premisa, por su parte, puede llegar a ser predecible por momentos. No en vano, y pese a todos los elementos directos o indirectos que añade al canon, sabemos que el imperio no será derrotado hasta años después, que la Orden Jedi será restaurada por Luke Skywalker -solo para ser destruida de nuevo- y que no hay más usuarios de la Fuerza durante la trilogía original que los que vemos en las películas. No obstante, y pese al vaticinable destino de la historia, es un viaje que merece la pena ser recorrido.

De lo bueno, lo mejor
El monstruo de Frankestein. El engendro de las mil caras. Siendo sincero, este humilde analista no sabría cómo definir de manera exacta la filosofía jugable de Jedi: Fallen Order. Es un título de acción para un jugador en tercera persona, de eso no hay duda, pero lo objetivo no va más lejos. Tras esa definición insuficiente y simplista, se esconde un título que toma influencias tan numerosas como dispares, tan explícitas como familiares para cualquier asiduo al medio interactivo. Como en cualquier arte, es inevitable que los desarrolladores se inspiren en otras obras a la hora de crear la suya propia. Habrá quien mantenga que no es posible concebir algo de la nada, que de manera consciente o inconsciente siempre va a existir la influencia de trabajos pretéritos. El caso de Jedi: Fallen Order es especial. No se esconde un solo momento a la hora de introducir elementos de títulos tan célebres como Sekiro, Uncharted o God of War. Toma lo que funciona de otras franquicias para crear algo propio, algo novedoso dentro del extensísimo catálogo de videojuegos de Star Wars, aunque ciertamente manido si vemos el dibujo completo. Sin adentrarnos todavía en analizar las piezas del rompecabezas, haremos referencia de una vez al elefante en la habitación: si algo le falta a Jedi: Fallen Order es originalidad, identidad propia. Es inevitable pensar en los juegos citados (y algunos más) a cada paso que damos. Cuesta centrarse y concentrarse en una obra que se conforma con funcionar. Irónico, como diría el propio Palpatine, que se estrenara el mismo mes que Death Stranding, probablemente el título más rompedor del año en cuanto a historia y mecánicas, y que rebaja la filosofía de Fallen Order a una más propia de otra época.

Pero empecemos por el principio. El principal rasgo de personalidad que se le pudo atribuir al título desde sus primeros tráileres fue su condición como Souls-like, en la medida en la que dicho término signifique un género en sí mismo. Lo cierto es que el desafío que plantea no es comparable al de las obras de Hidetaka Miyazaki, así como tampoco lo es su profundidad. A muchos les recordará a Sekiro, dada la agilidad de movimientos y la insistencia en el parry o contraataque como mecánica principal, por no hablar de otros guiños, como la existencia de ataques imbloqueables que harán que nuestros enemigos se iluminen por un inconfundible halo rojo. No podía faltar la característica recuperación de experiencia, vida y medidor de Fuerza si, en este caso, asestamos un golpe al enemigo que ha acabado con nuestra vida en el anterior intento. Tampoco podían faltar a la cita las tradicionales «hogueras», esta vez en forma de lugares de meditación en los que podremos recuperar la vida y los viales de salud, pero, como habéis adivinado, harán que reaparezcan los enemigos. Sin embargo, si Jedi: Fallen Order encuentra en Sekiro su modelo a seguir es, de nuevo e insistiendo en ello, por la filosofía de su jugabilidad, más centrada en la propia acción que en elementos RPG. Aunque nos llevaremos más de una sorpresa, la única arma que utilizaremos durante la aventura será el sable láser heredado de Jaro Tapal, el maestro de Cal. De igual manera, no podremos acceder a estadísticas avanzadas de nuestro personaje, siendo un típico árbol de habilidades la única herramienta, si no de personalización, sí para el avance en los movimientos que podremos realizar. Eliminar enemigos, descubrir secretos, avanzar con el códice… Casi cualquier paso que demos nos otorgará experiencia, canjeable por nuevas habilidades. Estas aptitudes no solo nos servirán para ser más solventes en combate, sino que, para sorpresa de todos, Respawn ha ocultado hasta el el último momento un diseño de niveles muy trabajado y que bebe de los mejores Metroidvania, animándonos al backtracking, a revisitar planetas y escenarios de una manera efectista y bien conseguida.
Terminado el plato principal, es hora de pasar a la guarnición, de esas que mejoran una comida por su mera presencia, aunque no se mezclen en ningún momento. Hemos mencionado Uncharted; la saga de Nathan Drake tiene su parte significativa en Jedi: Fallen Order. Las plataformas son continuas a lo largo de la aventura y, aunque quizá no estén tan bien implementadas como en los títulos de Naughty Dog, repitiendo elementos con demasiada frecuencia o abusando de fases telegrafiadas, es una ensalada bien aliñada que, sin haberla pedido, ayuda a digerir el combate y la acción. Por último, la influencia más sutil, quizá llegando a lo subjetivo, la encontramos en God of War y su cinematografía. Hay un esfuerzo genuino por integrar cinemática y gameplay, hasta el punto de no saber cuándo soltar el mando en ciertas escenas. De nuevo, no se encuentra tan logrado como lo consiguió Cory Barlog, ni es tan recurrente, ni parece que responda a mayores pretensiones que la pulcritud visual. No obstante, es prueba de que en Respawn ha habido un ánimo real por hacer de Jedi: Fallen Order algo más que un título notable. ¿El Dark Souls de los juegos de Star Wars? Más, mucho más.

El arte de destacar sin sobresalir
No puedo mentir. Mi mayor miedo ante el primer lanzamiento single player de la franquicia en una década se puede resumir en una palabra: significación. Nunca me gustó la estadística, ni las matemáticas en general, pero sí que me llevé unas valiosas lecciones de mi sufrimiento en las materias más científicas -o al menos más numéricas- a lo largo de mi carrera: un resultado, un producto es significativo cuando es grande, importante, cuando supone un factor diferencial, cuando no pasa desapercibido ni se debe al azar, cuando es influyente. Pese a mis esperanzas y mi genuino intento por apreciarlos, el reboot de Star Wars Battlefront me dejó más que frío en sus dos entregas, incluida la campaña de la segunda. Cuando salió a la luz lo que parecía ser la historia de un comando imperial, del punto de vista de los «malos» tras la batalla de Endor, de verdad pensaba que sería algo significativo. Lo que obtuvimos, en cambio, no puedo por menos que calificarlo como decepcionante, dando Electronic Arts la sensación de haber implementado una campaña simple, en el último momento y con fines figurativos. Así pues, temía, de nuevo, que Jedi: Fallen Order se encuadrara más cerca del relato de Iden Versio y el Escuadrón Infernal que de Caballeros de la Antigua República (Kotor), Jedi Knight o incluso la propia campaña del Battlefront II original. Historias dignas de ser contadas y, más importante aún, de ser jugadas. Significativas.
Es posible que muchos no esperaran los matices negativos que he hecho del título que nos ocupa tras la introducción tan hiperbólica. No quiero que se me malinterprete. Jedi: Fallen Order es un juego con flaquezas, debilidades y una seria crisis de identidad. Dista mucho de ser perfecto, incluso de ser redondo, y ni mucho menos se acerca a los estándares que, a lo largo de este año, han marcado nombres propios como Sekiro o Death Stranding. Aun días después de haberlo terminado, casi al 100%, de haberlo disfrutado y de haber escrito su análisis, sigo soñando despierto con la idea de lo que podría haber sido, de este proyecto sin las exigencias de una mega corporación como Electronic Arts. Con la franquicia a manos de Disney, es muy improbable que estudios pequeños puedan tener abierta la mano de la creatividad, incluso después de que finalice la exclusividad de EA. Lo grande llama a lo grande, y nuestra única esperanza quizá resida en un sucesor espiritual de LucasArts, una compañía enteramente dedicada a productos interactivos de Star Wars y que dé la oportunidad de expresarse a desarrolladores más humildes. Que sigan, en fin, el ejemplo de un Respawn sobresaliente, pese a las limitaciones que se le adivinan.

Así pues, ¿es Jedi: Fallen Order significativo? Pese a todo, la respuesta es un rotundo sí. No considero, personalmente, que sea el mejor juego de Star Wars jamás creado -aunque los avances técnicos nublen la visión de algunos-, pero sí aporta elementos diferenciadores a una saga que se muere por ellos en el sector del videojuego. En cuanto a cine y series, es indudable que la franquicia está en la élite del entretenimiento. Jedi: Fallen Order, por su parte, consigue poner a Star Wars en el mapa del medio interactivo por primera vez en mucho tiempo. Sus mecánicas son divertidas, sus personajes memorables y su historia actualizada al tiempo en el que se encuadra. Es el equivalente a una de las mitades del mapa que conducía a Luke Skywalker en El despertar de la Fuerza, aquello que el personaje de Lor San Tekka definía como «lo que empezará a arreglar las cosas». El resurgir de la saga no ha hecho más que empezar y ni mucho menos terminará con Episodio IX. Las historias ambientadas hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana seguirán emocionándonos durante décadas a partir de nuevas películas, series, libros y cómics. También con videojuegos. Será entonces cuando echaremos la vista atrás para apreciar Jedi: Fallen Order como lo que será: el inicio de una nueva era de juegos significativos de Star Wars.
Conclusiones
Star Wars Jedi: Fallen Order recoge con fuerza el testigo de los títulos para un jugador de la saga. La historia, aunque de premisa predecible y ritmo irregular, cuenta con unos personajes muy sólidos cuya actuación de sus actores los hace aún más ricos. Además, se nota un esfuerzo genuino de Respawn Entertainment por aportar un cariz cinematográfico, pudiendo disfrutar de unos planos, fotografía e iluminación destacables en unas cinemáticas que, por momentos, intentan integrarse lo máximo posible con el gameplay.
En cuanto a la jugabilidad, su filosofía bebe tanto de Sekiro en cuanto a la acción, como de los Metroidvania en cuanto al diseño de niveles y sistema de progresión. El backtracking y la exploración están a la orden del día, aderezados por un sistema de plataformas que, aunque algo simple y telegrafiado en algunas fases, cumple para equilibrar y aportar variedad al aspecto jugable.
Sin duda, el mejor título hasta el momento de la era Electronic Arts, un imprescindible para todos aquellos amantes de la saga y una compra segura para quienes, simplemente, deseen disfrutar de una aventura notable.
Star Wars Jedi: Fallen Order
Puntuación Final - 8
8
Recomendado
Un título notable de acción, aventura y plataformas que recoge con creces el testigo de los juegos de Star Wars para un jugador.