El universo Star Wars vive años de revitalización gracias a nuevas trilogías y series que permiten ampliar su mitología. Desde su llegada a un nuevo universo, gobernado por un gran ratón, los caminos de la Fuerza han tenido sus más y sus menos. Pero este entusiasmo renovado por Star Wars no sorprende al videojuego. La franquicia ha tenido productos muy notables que han permitido conocer nuevas historias y, principalmente, introducir a sus fans en una experiencia lo más cercana posible a este universo. Uno de esos títulos, lanzado originalmente en 2008, fue Star Wars: El Poder de la Fuerza. Tras haber realizado sus primeros pasos en el camino Jedi en Wii, ahora regresa 14 años después a Switch para demostrar todo su poder. ¿Cumplirá con su cometido o caerá presa de los devenires del tiempo oscuro?
Una historia antes de la esperanza
Durante la purga Jedi, Darth Vader se embarca en una caza personal. Tras dar con el renegado, el lord oscuro detecta una gran cantidad de poder. Sin embargo, ésta no proviene de su enemigo, sino de un niño que, finalmente, acabará nombrando su aprendiz. Este es el personaje que encarnaremos durante la mayor parte de la aventura, bautizado como Starkiller. A bordo del Sombra Furtiva, junto a nuestro robot de entrenamiento PROXY y la piloto Juno Eclipse, nos embarcaremos en distintas misiones encargadas por nuestro maestro. El objetivo final será tener contento al Emperador… hasta que, supuestamente, podamos darle el golpe de gracia y ocupar el poder junto a Vader.
La historia en términos generales, cumple. No se aleja demasiado del modelo Star Wars, con el componente de encarnar a un personaje en teoría malvado. Pero ya se sabe como es la Fuerza, requiere equilibrio, por lo que el desarrollo irá situando a Starkiller en una disyuntiva sobre su destino. Con todo ello, debo advertir a los buscadores y buscadoras de historias expandidas, ya que este relato no pertenece al canon oficial. Aun así, seguro os entretendrá durante varias horas.
Con sitio en el consejo Jedi… pero sin el rango de Maestro
Pasemos al apartado jugable. Star Wars: El Poder de la Fuerza es hijo de su época. El gameplay se basa en un hack and slash simple, pero con ansias de espectacularidad. Y hasta cierto punto cumple con lo que pretende. Tenemos varios poderes de la Fuerza, destacando el empujón y los rayos láser. Son bastante apreciados durante el juego, ya que el combate con espada láser se agota rápidamente. Es difícil hablar de una lucha con sables ya que se siente realmente como machacar un sólo botón para asestar espadazos, sin que el bloqueo o el parry sean en absoluto necesarios. De hecho, prácticamente este último es inexistente. Existe la posibilidad de utilizar el control por movimiento, similar al existente en Wii, aunque sus posibilidades se agotan rápidamente.
Las peleas con bosses tampoco alteran demasiado este hecho. Cuando los mandobles no son suficientes, el empujón o los rayos láser acaban siendo la solución, sin requerir de otra serie de iteraciones. La espectacularidad visual se sobrepone a la jugable, merced de esos Quick Time Events utilizados para acabar los combates.
Retomando (y mejorando) viejas enseñanzas
La aparición y desaparición de elementos en el escenario es constante, incluso en aquellos espacios que no están sobrecargados.
Esta edición viene a ser un port «mejorado» del de Wii. Sin embargo, estas mejoras tienen sus claro oscuros. El rendimiento ha mejorado bastante, llegando a una resolución de 1080 (720 en portátil) y 60 fps. Junto a ello, las texturas y modelados han suavizado considerablemente sus contornos. Asimismo, elementos jugables de gran importancia como la cámara han sido modificados hasta el punto de contar con movimiento libre, algo inexistente en el original.
No obstante, la cámara sigue siendo un problema. Es cierto que se puede manejar con el stick derecho, pero su aplicación sobre todo en combate deja que desear. Pero quizá lo más preocupante es el popping. La aparición y desaparición de elementos en el escenario es constante, incluso en aquellos espacios que no están sobrecargados. De hecho, muchos de estos artefactos aparecen justo al lado del personaje y sin siquiera responder a las físicas. No es un hecho que arruine la experiencia ya que, de nuevo, el rendimiento cumple de forma notable. Sin embargo, estos problemas son lo suficientemente llamativos como para llamar la atención durante la partida.
Conclusiones
Quizá a día de hoy, Star Wars: El Poder de la Fuerza quede un poco anticuado como juego de acción. Sus propuestas jugables han sido ampliamente superadas por una amplia multitud de sagas. Aun así, en un momento en el que el debate por la conservación del videojuego está en un punto álgido, jugar a estas obras es un acto en sí. Nos permite observar, de forma mejorada, muchos de aquellos elementos que hoy en día normalizamos. Todo ello unido a una ambientación muy notable y una historia que, sin ser parte de la oficialidad de la saga, cumple y crea interés durante su desarrollo (que ya es decir más que de su novena entrega cinematográfica). Quien sabe, quizá en el futuro la Fuerza necesite rescatar a Starkiller para formar parte del equilibrio.
Star Wars: El Poder de la Fuerza
Puntuación Final - 7
7
Interesante
Aunque su poder queda limitado por el momento en que salió originalmente, sus mejoras son suficientes como para poder disfrutar del Lado Oscuro.