Un pequeño riachuelo que no llega a los cinco metros de anchura. Ese ha sido probablemente mi mayor enemigo en Snowrunner. No un demonio que busca acabar con el mundo, no un duelo de habilidad contra otra persona donde el mejor gana, una simple corriente de agua. Tampoco me aleja de un objetivo lleno de honor, como ser el mejor del mundo o salvar a los Estados Unidos de América; tan solo interfiere en mi camino de poder entregar unos tablones de madera y de poder observar las vistas del monte que se encuentra más adelante. Y por esto me ha gustado tanto Snowrunner.
Snowrunner no es el primer juego que busca darme esta experiencia, pero sí siento que ha sido el primero en hacerlo sin ningún tipo de pretensión más allá de hacerme disfrutar de realizar un camino, por el simple hecho de querer avanzar. Así pues, pasemos a ver si da la talla y si su versión de Switch está a la altura.
Solos tu vehículo y tú
En Snowrunner llevamos un todoterreno; bueno, en verdad varios y de diferentes tipos. Nuestro objetivo es completar encargos donde deberemos transportar ciertas mercancías a algún lugar. Ya está, no hay más. Bueno, esta es una afirmación con trampa, porque claro que hay más cosas que hacer, pero la esencia del juego se reduce a algo tan simple como esto.
La sensación de control junto con la libertad que ofrece el título son los dos ingredientes que venden esta gran experiencia
Un pequeño tutorial nos indica los controles. Y aquí es cuando destaca una de las particularidades de Snowrunner: Su control. En cuanto pisemos el acelerador notaremos como estos vehículos no son fáciles de manejar. Son lentos, giran de maneras a las que no estamos acostumbrados y cualquier desliz puede hacer que se encallen en el barro.
No es la experiencia de estar controlando un camión en Eurotruck Simulator; opta por una sensación de peso que no se basa en controles realistas pero complejos cuya profundidad se encuentra tras el uso de veinte botones diferentes, sino en simplemente hacernos sentir incómodos porque, al fin y al cabo, estamos llevando un vehículo pesado, que no existe para ser rápido ni maniobrable, sino para superar el terreno más difícil.
La magia de la carretera
Hemos hablado de qué nos lleva al lugar de destino, pero no cuál es este lugar. Y aquí está la magia de Snowrunner: Sus escenarios y la necesidad que crea para que exploremos. Nos encontramos ante un mundo semi-abierto. Contamos con diferentes localidades, cada una ambientada en un país y con un clima y escenarios completamente distintos. Y una vez estamos allí puedes hacer lo que quieras.
Y digo esto desde la experiencia. Yo por ejemplo me he basado en conducir sin rumbo, por el simple hecho de conducir. Momentos como ver una carretera que sube a una montaña e intentar escalarla, disfrutando de las vistas una vez superado el desafío o intentar cruzar por un camino nevado solo para ver qué había más adelante son el espíritu de Snowrunner.
La clave de que este sistema funciona también es muy simple: Estamos solos en el mundo. No hay más vehículos circulando ni tráfico de ningún tipo. Solo existimos nosotros y la carretera, como la versión más romantizada posible de un road trip.
Eso sí, aquí entra uno de los defectos de la versión en Switch. Normalmente no soy exigente con el apartado técnico, pero el hardware de la consola de Nintendo no puede transmitir todo lo que buscan los paisajes de Snowrunner. Ir viendo los arbustos aparecer de la nada a una distancia relativamente corta, por ejemplo, termina sacándote un poco de esa inmersión que tan bien transmite el propio juego.
Por otro lado, este no es un título que se aproveche mucho de estar en una portátil. Los recorridos son largos, así que tendremos que dejar casi siempre nuestro trayecto a medias si aprovechamos para jugar fuera de casa. Aunque esta experiencia se basa más en la preferencia personal y en si no te importa dejar algo a medias.
Adáptate, planifica e improvisa
Es verdad que puedes hacer como yo y casi ignorar gran parte de las misiones que ofrece Snowrunner para disfrutar simplemente del placer de conducir tu vehículo por desafiantes terrenos. Pero eso no quiere decir que no exista una progresión para aquellos que la buscan. No solo contamos con una gran variedad de vehículos todoterreno que podremos ir comprando para hacer frente a diferentes encargos, sino que también podremos modificar sus piezas para personalizar cada uno de los miembros de nuestro convoy.
Y aquí también entra la planificación que requiere Snowrunner. En una zona con poca carretera, lleva unos neumáticos acordes. Si el recorrido va a ser muy largo, vigila ese depósito de gasolina. O calcular si la carga que queremos transportar es muy grande, porque igual merece más la pena ir lentos con un camión mayor pero hacerlo de un solo viaje. Todo esto es nuestra decisión.

Solo existimos nosotros y la carretera, como la versión más romantizada posible de un road trip
Aún así, para los más novatos con este tipo de conocimientos, en los cuales me incluyo, el juego cuenta con un códice que incluye toda la información que necesitamos saber. Aunque esto solo será en la teoría. La práctica es cosa nuestra.
Esta práctica es otra gran parte de la magia de Snowrunner. Encontrarte encharcado en un lodazal, sin saber cómo salir e intentarlo todo. En mi caso recuerdo como superé al final ese río del que hablaba en la introducción: Tras intentarlo de varias formas, dejé mi remolque atrás, atravesé el río aprovechando un amarre en el otro lado, y una vez en tierra, volví a amarrarme al remolque para arrastrarlo a través del riachuelo. Me llevó más de cinco minutos, pero la sensación de lograrlo fue de pura felicidad y emoción.
Conclusión
Desde hace tiempo me había fijado en Snowrunner por su manera de acercar al jugador a la sensación del viaje y de llevar un pesado vehículo. Y la verdad es que incluso sabiendo lo que iba a encontrarme he acabado sorprendido. La sensación de control junto con la libertad que ofrece el título son los dos ingredientes que venden esta gran experiencia.
Quizás algún detalle pequeño ha chocado conmigo, como la sensación de que existen demasiadas pocas gasolineras. Pero en general es una experiencia muy recomendable, no solo para los fans de los coches, sino para aquel que busque una experiencia algo diferente y hasta relajante.
Eso sí, tuya será la decisión de si optar por una versión con mejores cualidades técnicas o por la versión de Nintendo Switch. Si bien es cierto que no es el mejor título para llevar a una portátil, con unos cascos un largo viaje en transporte público se puede convertir en un relajado paseo mientras recorremos las nevadas montañas de Alaska.
Snowrunner
Puntuación Final - 8
8
Recomendado
Aunque su versión de Switch se queda algo corta comparando al resto, Snowrruner sigue siendo un juego que transmite perfectamente lo que busca desde el minuto uno