De vez en cuando, y no necesariamente hablando de videojuegos, me gusta poner ojo crítico para aquellos productos que deben justificar un precio, para todo aquello que trata de sacar rentabilidad a una práctica, sea lúdica o no, sea un servicio o un contenido, sea lo que sea.
En ocasiones pienso en todos esos productos que, ahora hablando de videojuegos, han olvidado las distintivas raíces de su medio, de su ecosistema. Hoy en día existen cadenas de géneros, ideas que aprendes en un lado y que puedes aplicar en otro, estilos que se teletransportan a universos distintos, recuerdos que viajan entre las carátulas y que nos enganchan en círculos que muy de vez en cuando revelan que hay algo más allá de esa cadena de repetición.
Smushi reformula los plataformas de toda la vida bajo un marco de controles sencillos y una premisa bonita, relajante y satisfactoria
En definitiva, hay pocos juegos que se hacen valer por su brevedad; hay pocos juegos que, hoy en día, te introducen paso a paso, y menos aún que aún referenciándose, consigan tener una aura única acompañada de una fuerte personalidad, capaz tanto de tutorizar a un novato como de enseñar a un maestro. Smushi lo consigue y, sin ser perfecto y abusando de lo simple, jamás peca de sencillo.
Una aventura desde la que empezar
Smushi Come Home es el juego perfecto para introducir a una persona a esta industria. Entendemos que nuestro paladar crece con nuestros años y que por ello, los temas que trata Smushi -casi como de un cuento se tratase- son más apropiados para una audiencia tan primeriza como joven, extremadamente joven.
La cosa es que hay muchos juegos orientados para un público infantil, pero no todos cumplen con las capacidades que Smushi pone a disposición de un completo desconocido del medio. La aventura que ha desarrollado SomeHumbleOnion promete reformular los plataformas de toda la vida bajo un marco de controles sencillos y con una premisa bonita, relajante y satisfactoria en cada una de sus elecciones mecánicas y jugables.

Smushi Come Home, como comentamos, es una oda a lo sencillo. Su control, que es fácil, progresivo e intuitivo, tratándose de un plataformas simplista, podría parecer cansado y monótono pasados 20 minutos… ¡Y es completamente al revés! Es un título muy consciente de las carencias que tendrían los plataformas lineales de los 2000 y nos ofrece una aventura tremendamente testada en cuanto a su diseño. Y es que, en un mundo precioso y repleto de elementos divertidísimos (visual y jugablemente), este título amplia las fronteras de cada nivel de forma progresiva, ofrece recompensas inmediatas y poco repetitivas y nos hace fluir bajo parajes calmados, acogedores y con un gusto espectacular.
Nos abriremos paso entre la maleza, escalaremos dentro de las posibilidades de los niveles y planearemos como lo haría Link en sus aventuras más recientes. Todo ello bajo un espectro muy reducido, para que los más pequeños (y los no tan pequeños que se dejen engatusar por aspecto gráfico) tengan una breve pero intenso viaje entre los juncos, las setas y los árboles.

En definitiva, y hablando de la filosofía y el concepto del juego, Smushi marca un camino para los que desconocen el medio y es capaz de enseñar a los que más lo conocen como un género pasado de época como aquellos plataformas «dosmileros» se puede reinventar para dar una experiencia completamente nueva y satisfactoria.
Más bonito imposible
Y es que no me imagino de qué tipo de seta podrían haber abusado los desarrolladores para que se les ocurriese un estilo visual tan bonito. Dejando las bromas a un lado, Smushi es precioso, de principio a fin. Sus personajes denotan un carisma y un gusto superior, sus escenarios son verdaderos cuadros en movimiento y sus texturas y su filtro pixelado solo me dan aún más la razón.

¡Y algo malo se me ocurre con respecto a esto! Y es que es un pecado hacer un juego tan absurdamente bonito y no ponerle un modo foto. Sus logos, su inocencia, la sencillez de sus interfaces y el juego de las formas y colores solo nos invitan a meternos dentro y saltar, rebotar y explorar bajo un conjunto de animaciones que, siendo tremendamente satisfactorias, nos harán una tremenda estancia placentera en un título que no va más allá de las cinco horas.
Porque además de bonito, estamos ante un juego inteligente, que no tira del chicle pero que tampoco se queda corto, y dura lo que tiene que durar.

En lo que sería el apartado musical, nos topamos con una composición tremendamente atmosférica que nos transporta y nos contextualiza en ese mundo chiquito y enredado por la vegetación, los objetos caídos y el sonido de la naturaleza. Acompasa perfectamente al juego y fluye en favor de todas sus virtudes, y es que insisto, es muy difícil sacar un defecto a un título que de lo único que peca es de no ser para todo el mundo mientras que es capaz de enseñar a todo el mundo.
Conclusiones
Finalmente, concluimos con que Smushi es un juego que destaca por su enfoque en la simplicidad y la accesibilidad, lo que lo convierte en una opción ideal para todos los nuevos jugadores jóvenes que no saben por dónde comenzar su aventura dentro del mundillo. Su diseño inteligente, combinado con un estilo visual hermoso y una música atmosférica, crea una experiencia encantadora y satisfactoria. A pesar de su duración breve, el juego logra expandir los límites de cada nivel de manera progresiva y ofrece recompensas que rompen con la monotonía que podría aparecer pasadas unas horas.
Para concluir, podríamos decir que el título de SomeHumbleOnion destaca por su capacidad para enseñar a los jugadores, tanto novatos como experimentados, y por su habilidad para transmitir una sensación de encanto y personalidad a través de una identidad que luce como pocas.
Smushi Come Home
Puntuación Final - 8
8
Recomendado
Podríamos decir que el título de SomeHumbleOnion destaca por su capacidad para enseñar a los jugadores, tanto novatos como experimentados, y por su habilidad para transmitirnos todo su encanto y personalidad