Fight Crab, DEEEER Simulator, Maneater… Hoy en día, el mundo de los videojuegos se ha convertido en una sucesiva marea de diversidad agitada por un montón de olas de imaginación expansivas y, entre todas ellas, extraños y curiosos títulos que tienden a la experimentación y a el chiste absurdo. Que, aún pareciendo difíciles de valorar, demuestran una inquietud por el medio que va más allá de lo clónico.
Sí amigos, hoy hablaremos de SkateBird y el posible hecho de que un Halcón llamado Tony fuese un «pro skater«.
Tony el Hawk es un Pro Skater
Lo primero que descubriremos en SkateBird es una amplia gama de movimientos reconocibles otros mil títulos de Skate pero edulcorados con dos nuevas posibilidades que dan temática al juego; por una parte las alas de nuestro pájaro para alargar los saltos y los combos y el botón de graznido con el que podemos, de nuevo, alargar nuestros combos.
Además de encontrar una bizarra y peculiar experiencia inicial donde diversos pajaros parlantes nos retan a hacer truquitos de grinde a modo de Scott Pilgrim, también podremos poner la guinda al título con uno de los apartados más entretenidos y graciosos del juego, la personalización de los pájaros.
Hay muchísimas combinaciones para personalizar a nuestro pájaro, el cual, según avancemos, irá desbloqueando nuevas especies, objetos y tablas, a cada cual más gracioso. ¿Acaso no queréis ver a un pájaro haciendo cosplay de Yung Beef?

Estamos hablando de un juego que se ha forjado en un estudio pequeño, y es que Glass Bottom Games formado en 2011 por su fundadora, Megan Fox, es un pequeño estudio dedicado a hacer títulos de animales que hacen tareas humanas, como el SkateBird que hoy nos atañe y que he podido disfrutar dentro del círculo de comprensión que debemos tener para asimilar el título como lo que es: una broma programada y modelada en términos de mecánicas y plataformas.
Grindando por pajitas
Y es que en SkateBird no nos faltarán plataformas y espacios. Hay diversos mapas jugables que tendremos que ir desbloqueando según vamos avanzando de misión en misión y sobre los que se dispondrán las misiones que dan gracia y continuidad al ritmo del título.

También este es uno de los puntos negativos de SkateBird, un ritmo y unos objetivos que se acaban quedado cortos, pues a pesar de la satisfacción de sus combos, las risas y sus mecánicas, el juego está bastante vacío con respecto a lo que hemos podido encontrar en otros títulos como Fight Crab o Maneater. Aun así, son bastante interesantes los rincones que encontraremos en cada uno de los escenarios jugables; escenarios que destacan por las dimensiones en las que nos moveremos. Grindando por los bordes de una cama, saltando de silla en silla o haciendo flips por la cristalera de la mesa de una habitación cualquiera.
Graficamente es un título que, por la humildad que acompaña a su producción, no destaca sobre muchos otros del género; es más, no creo que ni supere a Skate 3. Aún así, su estilo gráfico inigualable, su temática y su humor absurdo nos denotan un perfecto equilibrio en ese apartado visual que, reiterándome, ni destaca ni pretende hacerlo más allá del querer cumplir con lo que se propone.

Otro aspecto destacable en esta clase de títulos, aquellos dedicados al skateboarding, es siempre la banda sonora. En SkateBird nos encontraremos con una banda sonora original compuesta por Nathan Scott Madsen, autor de las bandas sonoras de los demás juegos de Glass Bottom Games y que esta vez repite para dejarnos unas marchosas melodias que acompañan el título y en las que se palpa el buen rollo y el buen ambiente que merece el título con sus vibraciones hiphop lo-fi.
Conclusión
SkateBird es un buen título porque es muy divertido. Así, y punto. Es un juego que no te piensa vender nada que no conozcas, ellos te muestran y te avisan de que trata únicamente de coleccionar skins graciosas, hacer trucos en diversos mapas adaptados para pájaros y reirte con los chsites, personajes y situaciones que propone el título de Glass Bottom Games.
La única pega que podríamos ponerle al título es alguna falta de contenido que se echa en falta cuando queremos hacer ciertos trucos, variar nuestro atuendo o, lo que más grave me parece, que no podamos disfrutar de patinar junto con nuestro amigos en un modo multijugador que estoy seguro que hubiese sido un enorme aliciente para SkateBird.
Sin embargo, debemos entender que son cinco las personas que han dado vida al juego base y que ya es una importante hazaña el hecho de que, hoy por hoy, podamos disfrutar del juego de skate del verano. Y recordad, si te caes, te vuelves a levantar, porque, sobre todo, ¡los pájaros skater se dejan el plumaje en la pista!
Skatebird
Puntuación Final - 7
7
Interesante
SkateBird es un divertidísimo chiste de alitas de pollo que hacen flips en Skate. Nos hace soñar con el hecho de pensar en lo fantástico que sería con un modo multijugador pero, por desgracia, nos quedaremos con las ganas.