Sabotage Studio nos vuelve a sorprender con una nueva revisión de un género clásico del mundo de los videojuegos. Ya lo hicieron por 2018 con The Messenger, un plataformas en scroll lateral que se siente como una evolución de los juegos de recreativas. Con un estilo visual único y unas mecánicas perfectamente implementadas, así como grandes dosis de humor y una historia épica, consiguieron un título imprescindible.
Con Sea of Stars han vuelto a repetir esta fórmula, pero ahora aplicada al género RPG por turnos. Claramente inspirado en los primeros Final Fantasy y otros títulos como Golden Sun, Sabotage Studio ha tomado los elementos más anticuados, o menos atractivos de este género, y ha conseguido (de nuevo) un título completamente innovador y fresco, sin perder de vista sus referencias.
Sea of Stars nos deleita con un apartado visual sorprendente y pixel art precioso, unido a una banda sonora, ya característica del estudio, que acompaña a la perfección en nuestra aventura. Una historia épica que recorreremos junto a personajes carismáticos y con un sistema de combate excelente.
El punto fuerte de Sea of Stars es el combate
Es (demasiado) común que la mayoría de combates que nos encontramos en los RPGs sean un incordio. Combates aleatorios que nos interrumpen constantemente y no aportan nada, puesto que la mayoría de veces los despachamos con ataques básicos para ahorrar recursos y gastarlos contra el jefe de turno. Una señal de la molestia que suponen estos combates es que en reediciones de títulos clásicos se incluyen modos autobattle o velocidades aumentadas para hacer esto pasable.
En Sea of Stars los enfrentamientos contra enemigos comunes suponen un ligero reto y no podemos quitárnoslos de en medio spameando la A y a base de ataques básicos. Las mecánicas de combate son increíblemente profundas y, sobre todo, divertidas, transformando cada batalla, por breve que sea, en una pequeña partida de ajedrez. Sea of Stars nos insta a tomar un enfoque estratégico en todo lo que a pelar se refiere.
Lo primero que notamos es la mecánica de los golpes cronometrados. Si apretamos X/A en el momento justo, nuestros ataques y habilidades serán más potentes o encadenarán varios golpes. Lo mismo ocurre cuando recibimos un ataque enemigo: si pulsamos en el momento adecuado mitigaremos el daño. Esto nos obliga a estar atentos a las animaciones e introduce algo de acción al combate por turnos.

El sistema de turnos tampoco es el clásico. En Sea of Stars los enemigos tienen un contador a su lado con un número y por cada acción que realicemos, este disminuirá y cuando llegue a 0 ese enemigo realizará su ataque. En nuestro turno podemos seleccionar al personaje que sea para que haga su acción, pero tendremos que tener en cuenta los contadores enemigos para hacer el mayor daño posible o evitarlo, planificando una estrategia a varios turnos vista.
Las acciones que pueden hacer nuestros personajes van desde ataques básicos, a habilidades que consumen maná, combos, potenciar ataques y habilidades definitivas. Todas estas herramientas las tendremos que usar para “romper los candados”. Cuando un enemigo va a realizar una habilidad especial podremos evitarlo si le golpeamos las suficientes veces y con el tipo de daño correcto antes de que su contador llegue a 0. Para ello, deberemos ir gestionando a lo largo del combate estas herramientas, para siempre tener recursos disponibles en el momento que tengamos que romper un candado, sobre todo si nos enfrentamos a un jefe, haciendo que los enfrentamientos contra estos sean tensos y estratégicos.

Evidentemente, los combates contra enemigos comunes no son tan intensos como contra un jefe, pero sí requieren que pensemos, ya que si vamos a lo loco gastaremos demasiados recursos e incluso no llegaremos al siguiente punto de control. De ahí que los encuentros no sean aleatorios: podremos ver a los enemigos en las salas antes de entablar combate con ellos. De esta manera, al haber menos combates, se pueden hacer más exigentes e interesantes, dejando los tediosos encuentros aleatorios en el pasado.
El componente estratégico se extiende al equipamiento y los objetos usables. El sistema de equipamiento está muy simplificado: con arma y armadura, sirviendo de mejoras lineales y una serie de abalorios como mejoras pasivas, algo más personalizables. Los objetos usables en combate sirven como curas o regeneración de maná, siendo estos, recetas de cocina, que deberemos preparar en las hogueras de los puntos de control, añadiendo algo de gestión por los ingredientes que necesitan y porque solo podremos llevar 10 en total.

En definitiva, la mecánica jugable más importante, que es el combate, ha recibido un lavado de cara dentro del género. Se han simplificado algunas cosas, como el equipamiento, pero está claro que se ha invertido tiempo en diseñar un sistema de combate que nos aleje del tedio y la monotonía, haciendo que estemos deseando enfrentarnos al siguiente grupo de enemigos en vez de resoplar con cada encuentro aleatorio.
Una pega que me gustaría resaltar es la interfaz de combate. Al ser menús flotantes, que se ubican cerca de los personajes, en ocasiones se solapan con los marcadores de los enemigos e impiden la visión de cierta información. Si bien esto ocurre en pocas ocasiones y nunca en jefes, sí es verdad que pasa lo suficiente como para ser molesto.
Tan bonito que parece una maqueta
Sea of Stars es precioso, y me quedo corto. A lo largo de la aventura recorreremos toda una serie de escenarios de lo más variados: volcanes, rutas submarinas, selvas, cementerios, mansiones abandonadas, pantanos, montañas… Cualquier escenario de un RPG que se os ocurra seguramente esté en Sea of Stars, y vuelvo a repetir, con un apartado visual impresionante y con mucha personalidad.

Habiendo tal cantidad de zonas puede hacernos pensar que el juego tiene una duración desorbitada, pero no es así. Si bien no es corto (más de 20 horas, 30 en mi caso), la duración no llega a las incontables horas que suelen requerir los RPGs, y esto se debe a que las zonas son bastante breves. Cada una de ellas se siente como la porción justo para entrar en la ambientación, pero no resultar cargante.
Nada de estar perdidos en un mismo escenario, la mayoría de zonas se resuelven en menos de una hora. A esto ayuda lo que comentábamos sobre los encuentros con enemigos y también la sencillez de los puzles. Desde mi punto de vista, tal vez demasiado fáciles, las soluciones son obvias y rápidas, haciendo que un elemento tan característico del género como son las mazmorras se trivialice un poco. Al final de la aventura esto cambia ligeramente con zonas algo más largas, pero sin ser excesivo.

Aunque no puedo considerarlo algo negativo, puesto que todo está pensado para que el título sea lo más dinámico y entretenido posible. Nada te frena, no hay que dar vueltas y revueltas, siempre hacia delante, con estrategia y cautela, pero no hay elementos que te impida avanzar, como la necesidad de farmear o revisitar zonas para poder continuar.
Al igual que las zonas, el mundo de Sea of Stars está muy concentrado. En determinado momento de la historia conseguiremos un barco, con el cual podremos navegar y visitar las distintas islas, que no son muchas. Esta exploración sabe a poco porque no hay necesidad de volver a zonas anteriores, salvo por algún cofre que nos hayamos dejado, y el resto de islas estarán “cerradas” hasta que sean necesarias en la aventura principal. Por tanto, el juego nos insta a seguir siempre hacia delante, con apenas desviaciones. Y aunque siempre hay más de lo que parece (mucho más), la escala sigue siendo reducida, haciendo que todo dé la impresión más de decorado que de mundo.

Todo en el juego está diseñado para evitar la falta de ritmo y no abrumar al jugador con excesivo contenido secundario que pueda desviarte de la historia principal. Zonas breves, prácticamente líneas, puzles sencillos que se resuelven en un primer vistazo, encuentros contados pero intensos, con los puntos de control bien colocados… No te vas a encontrar con un templo del agua ni ninguna zona que te atrape durante horas. Si alguna te gusta menos, rápidamente te la vas a quitar de encima.
El Sol, la Luna y el cocinero
Como hemos dicho, todo en Sea of Stars hace que quieras seguir hacia delante: el diseño de las zonas, buscar más combates y, por supuesto, la historia. Comenzaremos con un inicio a fuego lento, con un flashback que nos pondrá en contexto sobre el trío de personajes iniciales: dos de ellos son Guerreros del Solsticio, Zale y Valere, y el otro, su amigo de la infancia y jovial cocinero, Garl. Partiremos de una premisa sencilla, una tarea que tienen que completar los Guerreros del Solsticio, para acabar en una aventura, llena de giros y sorpresas, algunas de ellas que me han dejado con la boca abierta.

La historia cumple en su mayoría y es una escalada épica bien llevada. Inicialmente no tendremos el propósito final, sino que iremos completando las distintas tareas, las cuales derivarán en otras a medida que vamos avanzando. Es así como cada zona se siente única, puesto que el propósito que tenemos está relacionado con esa zona en concreto y no son tramos de paso que alargan el juego.
Los diálogos no se hacen cargantes, ya que en ningún momento son excesivos ni nos van a tener horas leyendo; siempre lo justo y necesario. Además, están bastante bien escritos, dando personalidad a los personajes y con una buena traducción al castellano, a pesar de algún ligero fallo puntual, como palabras faltantes. En ocasiones destacadas tendremos animaciones 2D, con un estilo precioso, y que darán mayor epicidad a momentos determinantes de la aventura.

Hay que mencionar que, aunque se puede jugar individualmente, la historia de Sea of Stars está unida a la de The Messenger, siendo una precuela de este. Así que todos aquellos que hayáis disfrutado del anterior título de Sabotage Studio podréis reconocer algunas referencias o visitar alguna zona conocida que, si no la reconocéis visualmente, seguro que la banda sonora, tan icónica, os refresca la memoria.
El elenco de personajes que nos iremos encontrando, algunos de los cuales se irán uniendo a la comitiva, es completamente variopinto, siendo algunos de ellos genuinamente extravagantes. Garl, el cocinero guerrero, se come las escenas en las que sale, eclipsando a los otros dos protagonistas (irónico), y convirtiéndose en un pilar en la aventura. Todos los demás, aunque con papeles algo más breves son muy memorables y los momentos junto a la hoguera ayudan a conocerlos y cogerles cariño. Para aquellos que echen de menos al tendero de The Messenger con sus comentarios que rompían la cuarta pared, tiene una digna sustituta, aunque con apariciones más breves.

En el tramo final tendremos una serie de objetivos opcionales que, si bien no son necesarios para terminar el juego, son tremendamente recomendables si queréis conocer más en profundidad a los personajes, explorar el mundo de Sea of Stars y llevaros alguna que otra sorpresa. Lo que el juego no hace durante todo el recorrido, sí que lo permite al final: revisitar zonas y dar vueltas intentando resolver puzles.
Conclusiones
Sea of Stars es un juego precioso (os lo he dicho, son pocas veces), tiene un estilo único, pero no deja de sentirse la influencia de los RPG clásicos. Al igual que hicieron con The Messenger, Sabotage Studio ha conseguido una gran revisión de un género clásico. Una idea bien ejecutada, cambiando los elementos menos atractivos, a priori, con mecánicas muy interesante, como incluir un combate mucho más dinámico y divertido.
Este título no es solo un arte bonito y unas mecánicas bastante bien pulidas, sino que además tiene una historia muy interesante, con misterios, secretos y giros, ambientada en un mundo pequeño, pero con sustancia, y unos personajes con mucho carisma. Puede ser que la simplificación en algunos elementos no sea del agrado de todos, pero Sea of Stars es, sin duda alguna, un título indispensable y uno de los mejores juegos de 2023.
Sea of Stars
Puntuación Final - 9.5
9.5
Imprescindible
Sea of Stars es una revisión muy acertada del género de los RPGs clásicos, simplificando elementos e incorporando mecánicas para mayor dinamismo y comodidad. Cuenta con un pixel art precioso, una banda sonora genial y una historia épica con unos personajes que se hacen querer.