AnálisisPS5

Análisis de Scorn para PS5

Una pesadilla de la que no querrás despertar

Scorn es un juego que tenía el adjetivo «turbio» escrito en la frente. Tatuado incluso, diría yo. Y para una fan del horror, Junji Ito y las cosas pesadillescas en general, en un título del que no quise ver mucho cuando se anunció su fecha de salida. El juego está basado en las obras de H.R. Giger, un artista alemán que mezcla partes físicas humanas con maquinaria en lo que se conoce como biomechanical art.

Desarrollado por Ebb Software y publicado por Kepler Interactive, Scorn llega distribuido a nuestras tierras en formato físico para PlayStation 5 y Xbox Series X por Tesura Games. Adentrémonos en esta inquietante mezcla de organismos y máquinas con un toque de terror.

Describir de qué va Scorn es también una tarea complicada. Como tal, el juego no cuenta con una narrativa lineal y fácil de seguir. Se podría entender que sigue un modelo soulslike, que deja que la historia sea la que cada jugador desarrolle en base a las descripciones de texto, diálogos y alguna que otra cinemática. Sin embargo, nada de eso ocurre en Scorn. El juego comienza mostrándonos a nuestro personaje, un ser ligeramente humano, que parece que ha empezado a fusionarse con el suelo sobre el que estaba echando una siesta.

Imagen de Scorn en una sala con una máquina con forma de aguijón de escorpión y unos raíles
La maquinaria de Scorn no suele inspirar confianza

En lo que parece casi una epifanía, mientras este ser se arrastra por la superficie, vemos cómo se alternan imágenes del lugar en el que está ahora y otro parecido pero con un aspecto diferente y desértico. Algo que podría ser tanto el pasado como el futuro, pero no lo sabemos a ciencia cierta. El juego comienza cuando nuestro protagonista cae a una especie de instalación bajo tierra. A partir de ahí, seremos nosotros solos contra el mundo.

Scorn deja que el jugador se saque sus propias castañas del juego. En el menú tenemos una pequeña guía visual de para qué sirve cada botón del mando y eso es toda la información que te proporcionará el juego. ¿El resto? Te las tendrás que apañar tú. Avanzaremos como pollos sin cabeza, tocando todos los botones, observando a nuestro alrededor e intentando encajar las piezas del puzle. Si bien es algo bastante original, puede llegar a ser frustrante en muchas ocasiones, razón por la cual este juego me ha dejado un sabor agridulce en la boca.

Desde los efectos sonoros hasta el último trazo del estilo visual y artístico, Scorn derrocha una ambientación de diez. Cada paso que damos escucharemos sonidos bastante sospechosos e inquietantes de fondo, lo cual nos hace preguntarnos si a la vuelta de la esquina habrá algún monstruo esperándonos. Todo el arte del juego es impresionante y podemos comprobar la evolución de las instalaciones según lo que parece una infección va consumiendo las estructuras.

Como comentaba al principio, este biomechanical art se respira durante todo lo que dura el juego, unas 5-6 horas. Podremos ver «máquinas» que claramente han sido infectadas de alguna forma, y esto las transforma en un ser biomecánico. Podremos ver también cuerpos deformes y grotescos de todo tipo, como si de criaturas fallidas se tratase. Según avancemos, también nos encontraremos con enemigos con unos diseños bastante pobres en comparación con lo que les rodea. También podremos enfrentarnos a un jefe final durante el último acto del juego, el cual sí tiene un diseño mucho más interesante.

Imagen de Scorn donde podemos ver a una máquina fusionada con biomateria, como si fuese una especie de órgano mecánico
Podremos apreciar según avanzamos grotescas mezclas entre órganos y maquinaria

Nos encontraremos muchos simbolismos relacionados con la vida, la muerte, la fertilidad y la sexualidad, sobre todo cuando lleguemos a dicho acto, donde brilla la inspiración en las obras de Giger. Sin embargo, me apena que no se explique nada sobre la civilización que aparentemente vivía en ese mundo o sobre qué es la infección orgánica que está consumiendo al planeta.

Siento que Scorn plantea una base brutal para luego no aprovecharla. Al parecer, en el libro de arte sí que desvela bastante sobre la historia y el lore en general, sin embargo, decidieron cortar dicho contenido del juego.

Imagen de Scorn donde podemos ver una estatua gigante con forma femenina con las piernas abiertas como si estuviese dando a luz
La fertilidad, el embarazo y el nacimiento son temas recurrentes en la estética durante el último acto

En cierto punto del juego, una especie de parásito gigante estilo Alien se nos acoplará y comenzará a fusionarse con nosotros. Si bien es algo bastante asqueroso, ya que literalmente nos abrirá las tripas para infectarnos y se quedará abrazado a nosotros (y todo esto sin invitarnos a un café primero), podremos darle cierto uso.

Scorn pone a nuestra disposición hasta cuatro armas, que iremos consiguiendo según avancemos y un sistema de recuperación de vida mediante sangre que se va recargando en unas estaciones especiales. Los enemigos empezarán a aparecer con frecuencia por cada esquina, y podremos tanto pelear con ellos como correr y dejarlos atrás.

El combate es tosco, nuestro personaje se mueve lento y que la cámara también gire de forma muy lenta (y no, no se puede modificar desde las opciones) no ayuda. Se siente como un combate de un juego de hace más de 15 años.

Te encontrarás con áreas con varios enemigos que atacan tanto de lejos como cuerpo a cuerpo y tu única opción será intentar correr e ir atacando de uno en uno, pero siempre te llevarás algún capón. Tampoco existen los invulnerability frames, por lo que si por despiste intentas recargar (una animación lenta y que no se puede cancelar) o interactúas con algo de tu entorno (como un botón de ascensor) vas a morir sin poder hacer nada.

Imagen del combate de Scorn con el arma cuerpo a cuerpo y un cadáver de un enemigo de fondo
El arma física será nuestra mejor baza para enemigos solitarios, ya que evitaremos gastar munición

Los puzles más de lo mismo. Aunque es cierto que hay algunos que he disfrutado, como la grúa del primer acto, o el laberinto de luces del penúltimo, hay otros que son frustrantes a más no poder. Te encontrarás moviendo piezas al azar hasta que de repente se complete, y todavía seguirás sin saber qué ha ocurrido (o hasta que busques un vídeo en YouTube con la solución, depende de cuánta paciencia tengas).

Esto, presumiblemente, entiendo que es para suplir que el resto de «puzles» que te permiten ir de una zona a otra se resuman en recoger piezas e introducirlas en aberturas, pero para mí solo resta.

Imagen de un puzle que se compone de un dispositivo con luces en forma de códex
Este puzle junto con uno de luces fueron los peores para mí sin duda alguna

Scorn es un título de terror en primera persona con una atmósfera y ambientación que muchos títulos del género modernos tienen que envidiar. Las primeras horas que jugué estaba en constante tensión y muy sumergida en la experiencia que el juego me estaba brindando.

Sin embargo, en cuanto el combate se desbloquea y comienzas a morir por culpa de éste, o cuando te plantan puzles muy complicados que te bloquean durante bastante tiempo en una zona, la frustración comienza a amargarte la experiencia y a quitarle ese toque de terror que el juego tiene.

Aunque es una experiencia memorable, y me flipa el estilo artístico, siento que el juego habría sido mucho más disfrutable si hubiese carecido del combate, por ejemplo, y si hubiesen incluido parte del lore que está en el libro de arte.

Scorn

Puntuación Final - 6.5

6.5

Interesante

Scorn es un juego de terror y puzles con una ambientación brutal, tanto artística como sonoramente, y crea una atmósfera que te atrapará desde el principio. Sin embargo, flaquea en todo lo demás.

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Lucía Sáez Mariscal

Graduada en Periodismo, apasionada de los videojuegos, la lectura y ver series o anime. Si no estoy procrastinando con alguna de estas cosas es porque estoy escribiendo o dándole mimos a mi perra.
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