Siempre he tenido la sensación de que el sueño de todo jugador es poder hacer su propio videojuego. Al menos en mi caso, como apasionado de los J-RPG, siempre ha sido mi sueño poder hacer uno. Incluso tengo desde hace años muchas cosas pensadas, pero como todo en la vida, no es tan sencillo como desearlo o pensar en ello, ni si quiera aprender te garantiza nada. Pero de todas formas existen métodos para calmar nuestra ansia creativa y darnos al menos el alivio de hacer pequeños experimentos con poco tiempo, o cosas más grandes si nos entregamos de verdad a ello.
Entre todas las herramientas de edición existe una que lleva años con nosotros, una herramienta aparentemente sencilla pero que se complica según profundizas en ella. Estoy hablando de RPG Maker y en este caso RPG Maker MV, la hasta hace poco última versión de este famoso creador de juegos de rol de estilo japonés que podemos disfrutar ahora en consolas.
Todo es empezar
Crear un RPG da mucho respeto y puede hacer que más de uno se piense ni quisiera meterse en semejante berenjenal. Pero RPG Maker MV se esfuerza es ser lo más “friendly” posible, con un tutorial que, aunque excesivamente sencillo, es mejor que nada.

La ideal del tutorial es introducirte en las mecánicas de creación, pero intercalándose con el propio gameplay de lo que sería el juego final. Esto es un planteamiento bastante acertado, porque ayuda a interiorizar bastante bien las dinámicas básicas para modificar o crear ciertos eventos. Nos explican cómo usar los botones del mando, ya que hay muchas opciones que toquetear y deben suplir el uso del ratón, lógicamente. En este sentido si bien no es muy difícil adaptarse, puede que a veces sea un poco confusa la configuración de botones, y acabe provocando algunos errores tontos, pero que entorpecen un poco la experiencia.
Una vez acabado el tutorial nos enfrentaremos a la edición en sí pura y dura, nos daremos cuenta de que no sabemos casi nada y tocará probar opciones y toquitear cosas para aprender. En mi caso por suerte, conozco este editor de la versión de PC, así que no me ha pillado tan con el culo al aire y de hecho en ciertos puntos sus limitaciones me han parecido interesantes.
Bases simples gran desarrollo
Aquí es donde empieza realmente el “juego” o editor más bien, cuando nos enfrentamos ante sus múltiples opciones. Curiosear es una actividad más que recomendable y aunque algunas opciones pueden parecer algo confusas, disponemos de una pequeña explicación que aparece con una ventana flotante que, en la mayoría de los casos nos da bastantes pistas de en qué consiste dicha opción.

La cantidad de opciones de RPG Maker MV puede llegar a ser abrumadora
Lo ideal es empezar creando un mapa ya sea una pequeña parte de “overwold” o una zona concreta. Ya que no somos diseñadores de videojuegos o al menos no ejercemos como tal, no es mala idea romper mano improvisando en todos los aspectos. Incluso arriesgándonos a editar mal las opciones y comandos, con el consecuente resultado negativo o inexistente, el cual nos educará mucho sobre cómo no se hacen las cosas. Un elemento muy importante cuando se aprende sobre lo que sea.
La variedad de RPG Maker MV puede llegar a ser abrumadora: aunque parezca algo sencillo, podemos crear un juego bastante personalizado y para poder desarrollarlo, deberemos crear elementos y definir escenas. La base para unos personajes predefinidos existe, pero más allá no hay nada hecho, desde crear las armas o incluso definirlas desde su base, hasta las habilidades, clases nuevas, enemigos, encuentros, objetos, cofres, etc.; tenemos que crear absolutamente todo con las herramientas y recursos que nos facilitan. Incluso crear los mapas tiene su dificultad, al menos si queremos hacerlo medianamente bien. Y no solo por el hecho de tener creatividad, sino porque la cantidad de elementos a elegir es tan grande que ya solo en pararnos a pensar cuál queremos tardaremos bastante.
Por suerte estamos ante un ejemplo de que las cosas deben estar pensadas para el medio donde se reproducen y, sobre todo, tienen que facilitar su uso a los usuarios. Independientemente de que los botones pueden ser algo confusos al principio, a la larga uno se acostumbra y puede ver que todo está bastante bien compartimentado y en castellano. Con un poco de idea es fácil ver como distribuir y crear los distintos mapas, como modificar elementos y demás opciones de personalización. Además disponemos de gran cantidad de eventos que configurar y los más importantes son bastante intuitivos a la hora de usarse. Pero dicho todo esto, es importante saber que, para sacarle partido al editor, hay que recurrir a tutoriales de internet, sobre todo si no se viene con un conocimiento previo, ya que cosas como las animaciones de los cofres por ejemplo requieren de una serie de combinaciones algo difíciles de intuir.

Sprite
El propio aspecto de los personajes es bastante resultón y su editor nos permite una personalización bastante interesante
La principal desventaja de esta versión de RPG Maker MV es que no podemos añadir contenido propio, ni modificar el que ya hay fuera del propio editor de personajes. Pero por suerte tenemos mucho de base con lo que trabajar, de tal manera que pese a este detalle, el resultado de nuestros experimentos pueda ser variado y personal dentro de unos límites. Y más teniendo disponible un DLC gratuito que amplia todo ese contenido de manera notable.
El aspecto general de lo que nos ofrece a nivel de gráficos es muy vistoso, con unos gráficos que recuerdan a los 16 bits que encajan muy bien con esta clase de juegos y una capacidad para combinar el propio contenido que nos da casi infinitos resultados. Ya la hora de crear mapas o escenarios tenemos mucho donde escoger, desde escenarios basados en diferentes culturas del mundo, como la egipcia, la china, japonesa, etc. , como cosas más de un estilo moderno con edificios más actuales y demás.
El propio aspecto de los personajes es bastante resultón y su editor nos permite una personalización bastante interesante. Si bien todo esto a la hora de la verdad se ve relativamente pequeño y en algunos aspectos es difícil de apreciar, es de agradecer poder hacer tus propios personajes como quieres y con gran variedad, pudiendo hacer desde un guerrero, un mago, o un estudiante al más puro estilo anime, hasta un ángel, o un personaje con cola y orejas de animal. Todo ello acompañado de un sistema de clases completamente modificable hasta el más mínimo de detalle, y un sistema de combate que nos permite elegir entre un estilo frontal a lo Dragon Quest más clásico, o vista lateral como hiciera en su día la saga Final Fantasy, además de otras después.

Las habilidades son otro mundo aparte en este editor: la gran cantidad de efectos que podemos añadir a nivel visual y a nivel de números es abrumadora. De todas formas, como todo aquí, con un poco de práctica conseguiremos hacer cosas realmente impresionantes. Con una variedad solo limitada por la propia imaginación de cada uno y su capacidad para usar las herramientas a su acceso. Aun asi, pese a la variedad hay algún punto un poco decepcionante que, si bien se puede solucionar con efectos, no deja de dar una sensación algo pobre y es el uso de armas. Existen unos sprites predefinidos de estas y ya, no hay nada más, si queremos crear otro que no esté podemos, pero al atacar no aparecerá nada, ni aunque sea un arma contemplada para ser creada. Esto pasa con algunas otras cosas y es una pena, porque es el punto de excelencia que le faltaría, para ser algo sobresaliente.
En cuanto los efectos de sonido y música, si bien estos no destacan como podrían hacerlo los de los grandes J-RPG de la historia, tienen un nivel que merece la pena mencionar y una variedad acorde al resto de elementos. Gracias a esto podremos sentir que creamos juegos bastante decentes, ya sea por añadir efectos que le den profundidad a lo que estamos narrando o por configurar una BSO que eleve el tono nuestro juego y transmita más a nivel emocional.

Todo lo bueno que puede ser
En definitiva, RPG Maker MV es un “juego” interesante, con herramientas muy competentes y contenido bastante variado, dando como resultado un editor muy aconsejable. Además, podemos compartir nuestras obras con los demás y disfrutar de las de otros, por lo que las horas de juego están más que aseguradas.
Sin duda se le podría exigir mucho más, de cara a ser más ambicioso. Pero de momento el resultado es muy satisfactorio y ojalá versiones más actuales como la MZ, vengan también a consolas.