De pequeño me flipaba consumir el imaginario de Christian Debarre; el gran autor que, bajo el pseudónimo de Bar2, publicaba Joe Bar Team, una de las biblias del motociclismo. Desde ese punto de partida siempre he buscado lo mismo en juegos enfocados al motociclismo, y es que, sin ser un experto, sentía que los juegos de dicho género deben ir por la línea de contentar a los que más Kilómetros llevan en la industria sin olvidar saber cómo tratar de hacer un juego inclusivo para todos los casuals que abrimos el gas si cabeza.
RIDE 4, el juego del que hablaremos hoy, es la perfecta simbiosis de los complementos que cumplen estas exigencias.
De lijada en lijada
Algo que notaremos en RIDE 4 cuando nos adentremos en su universo de dos ruedas es que será exigente con el jugador: ya sea habilidoso o no, el título de Milestone busca que aquellos que toquemos los mandos lo hagamos de forma vistosa y correcta. El proceso de aprendizaje del juego puede graduarse de unas maneras u otras dependiendo del grado de familiaridad que tenga el jugador con la saga y con el mundo del motor sobre dos ruedas.

El nivel de personalización es lo suficientemente amplio y profundo como para no descontextualizarnos en ningún momento, nos puede hacer sentir más o menos cómodos con la identificación de nuestros accesorios, equipamiento, garaje o… ¡opciones jugables!
Si, las opciones jugables nos recompensarán más o menos en función del grado de fidelidad que busquemos en la experiencia de juego, pues podremos buscar una simulación realista o una menos profunda que simplemente os facilite las mecánicas implementadas en el juego; mecánicas que, por otra parte, están lo suficientemente trabajadas y equilibradas como para marcar la diferencia entre los mejores jugadores y los que buscan una experiencia de juego mucho más pasajera o casual.

El tema colisiones es bastante gracioso y peculiar de primeras, pues las físicas de la moto y del «contramanillado» son bastante reales y «random» al mismo tiempo. Podemos ver como la moto se revela en diversas curvas dependiendo del modo en el que giremos, algo bastante resultón visualmente y que crea una atmosfera de inmersión aún mayor. Sin embargo, las caidas del muñeco que va en la moto rompen un poco esa inmersión cuando vemos un «ragdoll» clásico que podría ser propio de cualquier esquina de Lordran en Dark Souls. Una mera curiosidad del tema físicas.
Quemando rueda
El contenido es bastante completo y variado, aunque hay que decir que bastante justo con la propia propuesta, nos hubiese hecho ilusión algún que otro modo más banal e insulso que pueda justificar alguna partida fugaz y alejada de la seriedad de los oros modos.
Por otra parte, el tema técnico es completamente espectacular y naturalista con respecto a una propuesta que refleja un ambiente fotorrealista. Los gráficos y el balance de luces, color y velocidad es completamente espectacular y perfecto en cada atmosfera que presenta el juego. El modo foto será uno de nuestros mejores amigos con su complejas y profundas características, las cuales van a tono con el juego y siempre será algo que los más experimentados podrán aprovechar.

Poco se puede decir del tema sonoro más que es un completo acierto en todos sus sentidos, eso sí, en determinados momentos la música puede resultar reiterativa y podemos ser tentados a poner nuestra lista de Spotify.
Posiblemente sea uno de los títulos de carreras de la generación
Por otra parte, esta capacidad gráfica la veremos reflejada en todas las licencias que encontraremos en el equipamiento y garaje de nuestro personaje, pues las recreaciones son completamente detalladas e impresionantes, ya sea en el tema de los materiales o en los modelados. Hay muchísimas opciones jugables de todas las grandes marcas, he parado de contar cuando he superado los 100 modelos; pero puedo garantizar que tendremos una variedad abrumadora en modelos, años y tipos, desde las más clásicas hasta las más modernas.

Otro tema que me ha sorprendido gratamente -aun siendo nimio- es la sobriedad y la presentación de sus menús y de su interfaz. Hoy en día, y más teniendo en cuenta la velocidad a la que se mueve absolutamente todo, la fluidez y la claridad son valores absolutamente fundamentales dentro del tema del diseño y Milestone demuestra, en cada opción visual, que un planteamiento espectacular puede partir de lo más simplista siempre que este bien hecho, y es innegable e nivel de profesionalidad de la desarrolladora milanesa.
Conclusión
Al final, el cuidado y la presentación que porta RIDE 4 no defrauda y denota un juego trabajado hasta la última curva, y nunca mejor dicho. Es cierto que la final es el gameplay lo que más reconforta y es posible que la accesibilidad para los más novatos sea el máximo -y único- problema serio que puede presentar RIDE 4, pero teniendo en cuenta su nicho de mercado y la calidad con la que está ejecutado; ya no solo en el tema de la simulación, si no también en la fidelidad del apartado más motero, en el de las motos; podemos confirmar que RIDE se ha convertido en el referente jugable de la industria del motociclismo.
Sin duda es un juego que disfrutarán todos aquellos fans del motor y de todos aquellos que quieran iniciarse en el él, pues se ha convertido en lo que es, uno de los mejores títulos del género.
RIDE 4
Puntuación Final - 9
9
Imprescindible
El título que los amantes del motociclismo estaban esperando. Un «must» que todo fan debe tener y al que lo único que podemos achacar es que no será muy permisivo con los más novatos.