Si los RPG actuales no te convencen nada de nada porque tú eres un gamer tradicional y estas modernidades a ti no te interesan, no puedes estar más de suerte porque Rhapsody: Marl Kingdom Chronicles ha sido lanzado mundialmente después de haber estado limitado a Japón durante más de 20 años. Este RPG clásico te va a transportar a tu niñez y recordar a tus primeros contactos con el maravilloso mundo de los videojuegos. Nostalgia es lo que más define la experiencia de jugar a este título.
Este lanzamiento global forma parte de una trilogía, pero la primera parte, Rhapsody: A Musical Adventure, no acompañan a la segunda y tercera parte de la historia. Rhapsody: Marl Kingdom Chronicles se trata de un pack de dos juegos de la trilogía: Rhapsody II: Ballad of the Little Princess, que se trataría de la segunda parte, y Rhapsody III: Memories of Marl Kingdom, que es una pequeña aventura que ocurre antes de los sucesos del primer lanzamiento, una precuela. Aunque empieces desde el segundo juego, no te preocupes, la historia es bien simple porque el juego se centra en la aventura, no vas a necesitar muchos detalles. Así pues, como este lanzamiento se trata de dos juegos, este análisis va a hablar de los dos de la forma más ordenada posible porque hay montones de cosas que me encantaría comentar.
Historia de lo más simple
No me canso de decir que en la simpleza está el gusto. En Rhapsody: Marl Kingdom Chronicles quieren que te lo pases bien y tengas un rato de desconexión cada vez que entres a tu partida, por eso no te van a mostrar historias profundas y lacrimógenas. El argumento de Rhapsody II: Ballad of the Little Princess es tan básico como que Kururu, la princesa del reino de Marl y la hija de la reina Cornet y el rey Ferdinand, quiere salir a la aventura de cumplir su sueño de encontrar un príncipe apuesto, valiente, genial y respetable como consiguió su madre. Para ello, se escapa del castillo de vez en cuando, pero eso no es todo, pues Kururu, al igual que su madre y su mejor amiga Crea, es titiritera y se vale de títeres (o peluches, como me gusta llamarlos a mí) que va encontrando a lo largo de su camino para librar sus batallas.
Pero como no puede ser de otra forma en todo tipo de historias, hay villanos que dificultan la misión de Kururu. La familia de hechiceros Akurjo quiere hacerse con la Sombra de la Belleza, una joya capaz de concederte un deseo, pero dicha joya está escondida en la fortaleza de la familia de hechiceros rival, la familia Marjoly. Aun así, hay un tesoro escondido en las catacumbas del castillo de Marl que puede usarse para entrar a esa fortaleza y, para llegar a él, la familia Akurjo van usando poco a poco a Kururu y a sus acompañantes poniéndoles obstáculos en el camino de conseguir un príncipe.

Durante su aventura, Kururu se topará con Cello, un misterioso caballero que le salva de un dragón en el bosque y al que nuestra protagonista le cogerá un poco de manía, pues es un chico algo odioso. En ocasiones futuras, este caballero jugará un papel importante en la historia, pero decirte por qué sería spoiler. ¿Será por el típico «enemigos a amantes»? ¿Será por una tragedia? ¿Será todo un engaño?
Aparte de la aventura principal, los personajes secundarios tienen sus propias historias e inquietudes que complementan de una forma genial al argumento principal. Por un lado, tenemos a Sonia, una valiente y testaruda chica que perdió a su madre y se quedó al cuidado de su padre, un caballero de la corte, y que aspira a llegar a la misma posición que padre, además de tener que asistir a Kururu y cuidar de ella. Por otro lado tenemos a Randy, aspirante a caballero y compañero de Sonia, que perdió a su hermana menor por ser incapaz de protegerla, lo cual le inspiró a convertirse en caballero para poder proteger a los débiles. Y no puede faltar Crea, la ocurrente mejor amiga y fiel compañera de aventuras de Kururu, de familia adinerada e hija de la extravagante Etoile, quien conoció a la madre de Kururu y no la podía ni ver.
En el caso de Rhapsody III: Memories or Marl Kingdom, la aventura es mucho más corta. Nos pondremos en la piel de Cornet, la madre de Kururu, en un viaje previo a la historia principal. Cornet se despierta en medio del bosque sin sus títeres (peluches) y sale en busca de ellos con Kururu, que no es su hija, es su más fiel títere y por el que su hija recibió el nombre. En medio de la búsqueda se encuentra a Etoile, que le cuenta que se ha encontrado a una niña sola que necesita volver a su aldea. Cornet decide ayudarla y, al llegar a la aldea, descubren que la niña en realidad era una seta (una seta mágica que habla, obviamente) que ahora necesita ayuda para encontrar su madre. Al completar esta aventura, el juego termina con un final feliz.
Modo de juego
En el modo de juego está la verdadera diversión de este lanzamiento. Al tratarse de un re-lanzamiento de un juego antiguo, han añadido pequeñas mejoras que hacen la experiencia de juego mucho más dinámica, como pulsar el botón Y para duplicar la velocidad de los diálogos o pulsar el botón B para que nuestro personaje corra. Pero también tiene sus cosas tediosas y repetitivas, como tener que volver a equipar accesorios a los personajes que entran y salen de nuestro equipo, aunque el mayor dolor del modo de juego es que Rhapsody: Marl Kingdom Chronicles no perdona si mueres y no has guardado. Estamos muy mal acostumbrados al guardado automático y estamos hablando de un RPG de hace más de 20 años, por lo que tienes que estar pendiente del guardado manual y hacer como antiguamente: guardar justo antes de una batalla importante. Repito para que no se olvide: no hay guardado automático. Este hecho me convirtió en una paranoica que guardaba cada 20 minutos. Pero ten cuidado también con la opción de volver a la pantalla del título porque está muy cerca de la de guardar y puede que lamentes una equivocación…

Pero la batalla por turnos y la preparación para ésta es donde reside la joya de Rhapsody II: Ballad of the Little Princess. Para empezar, debes saber que cada criatura, tanto enemigos como títeres, tienen tipos: tierra, oscuros, agua, sagrados… Y un tipo es más efectivo contra otro. Tus títeres y tú subís de nivel y vais adquiriendo habilidades nuevas que pueden curarte, atacar a uno o varios enemigos, bajarles la defensa o el ataque, subírtelos a ti… Pero Kururu, Crea, Randy y Sonia, que son los personajes con los que vas a luchar, tienen además habilidades especiales: Kururu ataca con dulces gigantes, Crea con pistolas y Randy y Sonia con sus espadas. Este tipo de cosas no te las explica el juego, solo te cuenta lo básico, pero no te preocupes porque es bastante intuitivo.
La cosa se complica en Rhapsody III: Memories of Marl Kingdom. El modo de batalla es mucho menos intuitivo, la formación de equipos se explica muy por encima y ni siquiera puedes elegir los ataques de algunos de tus personajes durante la batalla. El concepto de los tipos de cada criatura no cambia, al igual que poder equipar accesorios que modifican tus estadísticas, pero es bastante más difícil de entender. Cuando creía que le iba pillando el truco, el juego terminó y creo que nunca llegué a entenderlo del todo y me inventé un método que suponía que se adaptaba a mí.
Y lo mejor, los diálogos
Las conversaciones entre los personajes son de lo más entretenidas. Ya no solo el suceso del que están hablando, las ocurrencias y expresiones que usan los personajes es algo que, en mi opinión, es la guinda del pastel de Rhapsody: Marl Kingdom Chronicles. Normalmente, es Crea la más divertida a la hora de hablar. Cosas como estar buscando el tesoro en el castillo de Kururu y ella diga que sabe por dónde es cuando no es su castillo o ir a buscar un avión en el sótano del castillo de Crea y Kururu pregunte cómo es que tiene algo así bajo su casa.
Pero la cosa mejora por momentos porque este RPG tiene sorpresas que no te esperas, como que de repente el juego se convierta en un musical y los personajes comiencen a bailar y cantar. A algunas personas les puede parecer secuencias innecesarias y aburridas, pero a mí me han resultado muy encantadoras.

Conclusiones
Es de agradecer que Nippon Ichi Software, los desarrolladores de la trilogía de Rhapsody, hayan decidido lanzar sus juegos globalmente. Los RPGs antiguos solían ser largos porque no había métodos para agilizar las animaciones de ataque, los diálogos, el movimiento… pero Rhapsody: Marl Kingdom Chronicles se me ha hecho muy corto. Es tan entretenido y te deja entrar tan fácilmente en la historia que pierdes la noción del tiempo. Incluso alguien como yo, que no suele estar muy atraída por la estrategia en batalla y suele ejecutar las luchas un poco «a tontas y a locas» para salir del paso, me he encontrado a mí misma eligiendo qué tipo de ataques es mejor usar contra qué tipo de enemigos, en qué momento de la batalla me debería curar y estando pendiente de las estadísticas de cada personaje.
No he comentado nada de los gráficos y el apartado artístico porque he creído que había cosas más relevantes y curiosas de las que hablar, pero, aunque no haya mucho que decir en mi opinión, el diseño de todo el juego me ha parecido de lo más lindo. Un pixel art adorable y dibujos estilo anime muy bonitos.
Rhapsody: Marl Kingdom Chronicles ya está disponible en Switch y PS5, además de una edición deluxe en Steam por tiempo limitado, así que no pierdas la oportunidad de adentrarte en la búsqueda de un príncipe para Kururu y volver a sentir lo que sentiste cuando planeaste tu primera batalla por turnos en un RPG. Y como dice el lema de Kururu, ¡toma la iniciativa!
Rhapsody: Marl Kingdom Chronicles
Puntuación Final - 8
8
Recomendado
Una encantadora y musical aventura en un RPG clásico que te va a atrapar. Con su modo de batalla estratégico pero simple y sus divertidos personajes, este lanzamiento se te va a hacer demasiado corto.