Si por algo se caracterizó el Wholesome Direct de este año fue por la gran cantidad de juegos de temática cozy y de simulación que se anunciaron. De entre todos, uno captó mi atención con mucha fuerza, ya que se estrenaba este mismo año. Potion Permit mostraba una píxel art bestial, y nos planteaba convertirnos en alquimistas que fabrican pociones para curar a sus pacientes.
Como fan de los juegos de simulación, y en especial de las granjas, desde luego la premisa de este título era como una bocanada de aire fresco para el género (ya que no es una granja o similares), por lo que lo he estado esperando como agua de mayo. Potion Permit ha sido desarrollado por MassHive Media y editado por PQube, y nos llega traducido al español (salvo algún pequeño despiste), lo cual siempre es de agradecer. Además, cuenta con una edición física de la mano de Meridiem Games para PS4/PS5 y Switch.
Desempolvad vuestros calderos
El título nos pone en la piel de un alquimista recién llegado al pueblo de Moonbury. Antaño existía una buena relación entre la capital y los alquimistas, y este pequeño pueblo. Sin embargo, una serie de catástrofes que rodearon a los alquimistas la truncó, y la gente del pueblo terminó repudiándolos. Cada uno de los habitantes de Moonbury tiene su propia personalidad; algunos serán antipáticos desde el comienzo y otros serán más amables, pero según mejoremos nuestra relación con ellos, cambiará ligeramente su actitud.

Como alquimista, nuestro deber es ayudar con todo lo que podamos a la gente del pueblo. Cáldez, el alcalde del pueblo, nos alojará en la “Posada de las Pociones“, lo que será a partir de ahora nuestra casa. Ésta esta dotada de un caldero, el cual podremos mejorar para conseguir más huecos para ingredientes. La posada se puede mejorar para implementar una cocina funcional o más espacio en la habitación, aunque diría que estas mejoras no son realmente necesarias.
Adyacente a la vivienda, tendremos la clínica, donde acudirán los personajes que enfermen. Tras un examen (que en realidad, se trata de un minijuego) de la zona afectada, podremos adivinar la dolencia y qué tipo de remedio necesitamos crear. La clínica también se puede mejorar, y esto nos permitirá crear cada vez mejores sueros para evitar tener que hacer el examen al paciente.

Gran potencial empañado por la simplicidad
Como ya he mencionado antes, el apartado visual y artístico está cuidado hasta el más mínimo detalle. Los hogares de cada personaje tienen su propio estilo, muebles y disposición, ninguna es igual que la anterior. Este esquema se repite con todo, dándonos un mapa con zonas únicas y diseños de enemigos variados en la medida de lo posible. La música, sin ser tampoco algo sobresaliente, cumple perfectamente y acompaña en todo momento sin hacerse pesada.
Desde elaborar una poción, hasta diagnosticar pacientes o incluso trabajar en el ayuntamiento, la comisaría o la iglesia para sacarnos unas monedas extra se hace mediante minijuegos. Y aquí es donde veo que el juego peca de simple: estos minijuegos son demasiado simples y no parecen evolucionar según avanzamos en la historia o desbloqueamos zonas. Esto hace que el grueso del juego esté sostenido en unas ideas innovadoras, pero que se quedan estancadas por su sencillez.

Las relaciones sociales con los otros vecinos son otra parte importante del juego, y realmente es interesante ver cómo se interconectan unas historias con otras. De hecho, el juego está lleno de cinemáticas, un aspecto que he disfrutado, ya que en otros simuladores suele ser una parte más breve. Existe la opción de romance con distintos personajes (por fin se vuelve una constante la opción de ser homosexual en este género), sin embargo, es bastante decepcionante. Tenemos pocas opciones de personajes a los cuales conquistar y cuando por fin te declaras, no existe algún tipo de boda o celebración. Se siente como una mecánica que añadieron porque es lo habitual en estos juegos, pero que se quedó de relleno.

La exploración, escasa y repetitiva
A diferencia de un juego de simulación de granjas (no entiendo por qué siguen intentando comparar este título con Stardew Valley o similares), los ingredientes no los cultivaremos nosotros, deberemos ir a recolectarlos en los tres diferentes biomas: Pradera Plácida, Iceberg Esmaltado y Tierras Baldías. Pradera Plácida será el primer sitio al que podremos acceder, y si bien es cierto que es el bioma más grande, puedes explorarlo en un día de juego, al igual que los otros dos. Encontraremos distintas plantas y enemigos, los cuales dejarán caer materiales (aunque no siempre) para nuestras pociones. Por otro lado, tendremos árboles y rocas, requisitos indispensables para mejorar las herramientas, la casa o la clínica.

El esquema siempre es el mismo: para acceder a una nueva zona, necesitamos completar una misión que nos dará un componente clave, y además aportar dinero, madera y rocas. En esta nueva zona descubriremos un poco más de la historia principal, y vuelta a empezar con el siguiente bioma. Existe un ciclo día/noche, pero no estaciones, y los enemigos y los ingredientes no varían dependiendo de la hora del día. Si a esto le añades que no hay festividades o cumpleaños, el tiempo no es algo que necesitemos medir tan cuidadosamente como si un simulador de granjas se tratase.
Las distintas tiendas del juego sólo cierran un día a la semana, por lo que podemos emplear más días recolectando materiales aunque nos cueste un poco más de tiempo, en vez de gastar una muchos recursos de en mejorar un poco las herramientas. En general, al llegar a los últimos compases del juego tenía una sensación de repetición brutal, y además la historia tiene un giro de última hora que no ha terminado de gustarme.
Conclusiones
Potion Permit es un título innovador y fresco para el género, de eso no hay duda. El apartado visual y artístico es sobresaliente, las relaciones con los vecinos desbloquean muchas cinemáticas que nos permite conocer las historias de todos y la historia, sin ser nada del otro mundo, te anima a querer ir a la siguiente zona y descubrir los misterios de los anteriores alquimistas.
Sin embargo, los minijuegos en los que se apoya el juego como mecánicas principales, o la exploración, se vuelven bastante repetitivos con el paso del tiempo, haciendo que el juego se vuelva pesado y la falta de eventos, un mejor romance u otras características típicas de estos simuladores empaña la experiencia general. Sin embargo, el juego te mantendrá entretenido por unas 20 horas o más, y es una alternativa ideal si estás cansado de juegos de granjas.
Potion Permit
Puntuación Final - 6.5
6.5
Interesante
Potion Permit es un título de simulación con toques RPG y de exploración donde asumiremos el papel de un alquimista que llega al pueblo de Moonbury. Deberemos buscar ingredientes y elaborar pociones para curar a los enfermos, a la vez que desentrañamos los misterios de la historia principal.