¿Cuál fue vuestro primer videojuego? El primero del que tengáis una memoria. En mi caso fue uno de Mickey Mouse, de estos que venían en CD con algunos juegos simples para aprender a contar y los colores. Al poco tiempo empecé ya a jugar a títulos más conocidos como Starcraft, porque me gusta sufrir desde niño. Aún así, ese juego de Mickey Mouse sigue en mi memoria, y recuerdo pequeños puntos del mismo, porque es algo que no se suele olvidar.
Hoy en día se sigue cuestionando al videojuego como herramienta educativa. Incluso dentro del debate interno entre los propios profesionales hay un gran movimiento en contra del uso de la tecnología, sobre todo cuando hablamos de las edades más tempranas. Esto lo sé bien porque no han sido pocas veces las que he tenido que pelear para defender mis ideas frente a mis profesores, especializados en pedagogía. Pero está claro que, usado correctamente, el videojuego es una herramienta tan válida como casi cualquier otra. Y por esto mismo que se sigan creando juegos como Pocoyo Party gracias a PlayStation Talents me llena de felicidad.
Un contenido abundante
Cartas sobre la mesa: Este juego solo te va a interesar si tienes algún familiar pequeño en casa, de una edad muy temprana (3-5 años aproximadamente), o si te interesa el videojuego como herramienta educativa, (como es mi caso). Pocoyo Party sabe perfectamente a lo que va, y es a entretener a los más pequeños.
Aún así, el esquema de controles de Pocoyo Party esta trabajado de forma excelente para que las personas más pequeñas de la familia puedan disfrutarlo al completo
Nos encontramos con una historia que, gracias en parte a la incorporación del doblaje original, hace sentir que estas viendo un episodio de la propia serie. Así, este apartado sirve como excusa para proponer los seis diferentes minijuegos en los que se basa la jugabilidad de Pocoyo Party.
Dentro de estos minijuegos encontraremos una gran variedad: Uno de carreras, otro donde deberemos construir pequeñas estructuras y luego derribarlas, uno donde pescaremos, etc. Además, cada uno de ellos cuenta con varios niveles de dificultad que podremos ir desbloqueando. Cuando completemos todos, conseguiremos una de las invitaciones perdidas para la fiesta de Pocoyo y ese personaje acudirá al menú principal, mostrando una progresión clara como el agua al joven jugador.

Por otro lado contamos con una séptima opción, donde se incluyen los coleccionables. Pequeños puzles extremadamente simples de resolver, cromos que iremos coleccionando o incluso episodios completos de la serie para disfrutar entre momentos de juego.
Un esquema de controles sencillo
Lo que más me llamó la atención al hacerme cargo del análisis de Pocoyo Party fue cómo prometía un esquema de control sencillo y adaptado para las edades tempranas. Puede parecer que no, pero la mayor barrera a la hora de empezar con los videojuegos es hacerse con los diferentes botones de un mando. Si se pide a un jugador veterano pulsar el cuadrado, su tiempo de reacción será rápido. Alguien nuevo tardará un poco más, y es posible que tenga que bajar la mirada para situarse. Una personita de 3-5 años va a mirar abajo, pensar unos segundos, y pulsar el botón.
Por eso todos los minijuegos en Pocoyo Party se controlan o pulsando un único botón o moviendo el mando. En ningún momento dentro de uno de estos niveles algo que no sea el botón X del mando de PlayStation. Para suplir esta falta de controles, los motion controls son quienes se llevan el mayor protagonismo, ya que está demostrado que son el esquema de control más sencillo de comprender. Da igual a quién le digas que mueva el mando abajo, no hace falta pararse a realizar la acción.
Quizás se echa en falta algún minijuego que haga uso de la pantalla táctil del mando de PlayStation 4, que puede servir también para ayudar a desarrollar y trabajar la motricidad fina en un aspecto que no logran los motion controls (centrados más en la coordinación ojo-mano). Aún así, el esquema de controles de Pocoyo Party está trabajado de forma excelente para que las personas más pequeñas de la familia puedan disfrutarlo al completo.
Socialización frente al aislamiento
Uno de los puntos que más se critican al videojuego como medio es que «aíslan» a las personas que lo disfrutan. Esto es una falacia a tantos niveles que tampoco voy a pararme a desmentirlo, pero aún así Pocoyo Party también ha pensado en formas para que esta no sea una experiencia individual.
¿Y cómo lograr esto? Pues la respuesta es obvia: Usando el multijugador local. En casi cualquier momento otro jugador podrá saltar a la acción y disfrutar a la vez de los diferentes minijuegos, a veces de manera cooperativa, otra de una manera un poco más competitiva (aunque los objetivos se siguen cumpliendo y, en consecuencia, todos avanzan).

Esta decisión ha sido una muy acertada por dos motivos: Uno, que las familias pueden tomar parte activa de este momento, ayudando a superar niveles más difíciles o simplemente disfrutando de pasar tiempo juntos. Dos, que si hay varios niños todos puedan disfrutar a la vez del título, lo cual provoca que no se tenga que esperar a un turno o limitarse a observar.
Conclusión
Pocoyo Party es un juego que me alegro que haya visto la luz. Dentro de él cualquier niño podrá repasar los colores, los números y los animales, aparte de algunos valores de cómo convivir en sociedad, lo cual viene siendo lo común en un juego educativo. Pero me alegro aún más de que, frente a este contenido educativo, se haya buscado también el disfrute del niño, que lo pase bien y que tenga un primer contacto con los videojuegos de carácter lúdico.
En definitiva si tienes a alguien de las edades recomendadas para este juego, unos 3 a 5 años, Pocoyo Party es el título perfecto como primer contacto en este mundo. Una compra muy recomendada, ya que todo su diseño está pensado para resultar cómodo, sencillo y práctico al público dirigido.
Pocoyo Party
Puntuación Final - 8.5
8.5
Recomendado
Una experiencia perfecta como primer videojuego para los más pequeños, aunque obviamente está estrechamente orientado a la edad designada.