Las aventuras de Luffy y su tripulación en búsqueda del misterioso tesoro conocido como el One Piece nos llevan acompañando durante nada más y nada menos que veinticinco años (veintiséis este 2023). La franquicia creada por Eiichiro Oda en 1997 ha crecido hasta el punto de tener más de 1.000 capítulos y 100 volúmenes, así como 15 películas y más de 60 videojuegos, que ya recopilamos en NaviGames hace un tiempo. Precisamente con la idea de celebrar el 25 aniversario de nuestros piratas favoritos nace ONE PIECE Odyssey, un RPG con historia y diseños originales del propio Oda; no suena mal, ¿verdad? En este análisis vamos a contaros si la odisea de Luffy & Co. en la isla Waford entra o no dentro de los mejores juegos de la franquicia.
Por supuesto, este análisis contiene spoilers de ONE PIECE.
La isla de la memoria
Normalmente, todo arco de la serie comienza de una forma muy concreta: la llegada de los piratas del Sombrero de Paja a una isla y, cómo no, en ONE PIECE Odyssey no iba a ser diferente. Mientras navegan, los Mugiwaras se encuentran en medio de una tremenda tormenta, diferente a cualquier otra que hayan visto. Es en ese momento cuando son engullidos y acaban desembarcando en Waford, isla protagonista de esta aventura no canónica. Con su barco destrozado, el cuerpo de Brook desaparecido y el preciado tesoro de Luffy robado, ¿cómo logrará la banda salir de esta misteriosa isla en la que nada es lo que parece?
A medida que exploran, conocerán a los dos únicos habitantes de la isla: Lim, una misteriosa chica con la capacidad de viajar a las memorias de las personas y Adio, un poderoso pistolero que considera a Lim su única familia. Ambos serán sus acompañantes durante los dos diferentes bloques en los que se desarrollan los nueve capítulos de la aventura: presente y pasado.
(Re)viviendo aventuras
Gracias a los poderes de Lim, sin entrar en mayores detalles sobre lo que ocurre para no destapar la trama, nos sumergiremos en cuatro de los destinos más importantes de la banda durante todos estos años de aventuras: Alabasta, Water 7, Marineford y Dressrosa. El ritmo del juego siempre pasa por un capítulo dedicado a Waford y otro dedicado a uno de estos destinos, es decir, cinco capítulos en el presente y cuatro en los recuerdos del pasado, lo cuál hace que el juego vaya saltando entre destinos para hacer la experiencia más variada y fluida.
Lim nos acompañará en todos los capítulos dedicados al pasado como NPC, mientras que Adio lo hará como combatiente invitado a la party sin poder ser jugable en ningún momento durante los capítulos en los que investiguemos los misterios y resolvamos los diferentes puzles de Waford.

Los escenarios en los que nos moveremos controlando a Luffy o a cualquiera de los otros miembros de la banda (excepto Franky y Brook, que por algún motivo no puedes usarlos para moverte libremente) son zonas, en general, bastante lineales pero con recovecos para poder perdernos de sobra. Además, por suerte, bien cuidados: las zonas están repletas de NPC diferentes, animales, comida, tiendas, detalles, objetos y tesoros para recoger y explorar hasta quedarse a gusto.
Y es que, recordemos, esto no es un juego de mundo abierto como lo fue ONE PIECE World Seeker, sino un RPG algo más tradicional con combates por turnos, lo que nos lleva al siguiente punto.
El toque RPG
Sin duda creo que ONE PIECE Odyssey es uno de los RPG que más facilidades ponen al jugador a la hora de combatir. Esto no es malo, ya que son opciones extra que podemos activar si queremos, pero resuelven algunas de las grandes quejas de los jugadores menos seguidores de los combates por turnos: la lentitud y el constante Press X to win o, dicho de otra forma, pulsar de forma repetitiva un botón para ganar. ¿Cómo lo hace? Con el modo Batalla automática y la velocidad aumentada.
Con tan solo pulsar R2 podremos aumentar el ritmo del combate para así ahorrar tiempo en ver animaciones que ya hemos visto decenas de veces, mientras que seleccionando la estrategia de combatir automáticamente dejamos que la IA pelee por nosotros, perfecto para poder subir de niveles fácilmente. Por supuesto, esto es una opción que tienes tú como persona a los mandos, pero yo la he encontrado tremendamente útil y eficaz.

Entrando en combate tenemos más luces que sombras: las animaciones de los ataques especiales están cuidadísimas y están al nivel de la serie, tanto los personajes como los enemigos se ven de escándalo, tenemos diferentes acciones grupales llamadas Vínculo para añadir otro enfoque al combate, estrategias, formaciones dependiendo de quién combata para darnos bonificaciones, los momentos dramáticos que nos recompensarán con experiencia abundante, etcétera. Todo esto sumado a lo ya mencionado en los párrafos anteriores hace que, en conjunto, tengamos un combate entretenido, rápido y fluido, aunque quizá (si eres de los míos y exploras mucho) no encuentres apenas dificultad al ir overleveled.
Pero, ¿cuáles son esas sombras del combate que mencionaba de pasada? A mi opinión son tres: la cámara, estática y ortopédica, un HUD que se hace demasiado cargado de información parpadeante y la tardanza en controlar a Franky y a Brook por excusas de la historia. No son cosas que estropeen en absoluto el conjunto, pero hay que mencionarlas.
La importancia de saber cuidar tu mundo
Como comentaba anteriormente, los escenarios son una gran parte del atractivo del título independientemente de la linealidad de los mapas. A nivel de presentación y cuidado, nos encontramos con zonas repletas de vida, algo que (opino) no es común en juegos de temática manganime. Además, la dirección artística en general es atractiva y colorida y en ningún momento desentonan escenarios con personajes, como sí pasaba precisamente en el ya mencionado World Seeker.

Quizá en este aspecto solo tenga dos pequeñas pegas. Puedo afirmar, como seguidor de la serie de toda la vida, que los personajes se ven fieles y con un gran diseño, aunque hay dos que no lucen su mejor momento: Luffy y Nami, probablemente por las narices y bocas de ambos, algo que seguramente notéis.
¿La otra? Las texturas son, como mínimo, peculiares. El diseño que se muestra a continuación está presente en prácticamente todo lugar que mires, independientemente de que sea un suelo, una puerta, el techo o una piedra. No es molesto, pero una vez que lo ves, no puedes dejar de fijarte. No sabemos si es una decisión artística basada en mejorar el rendimiento del juego, pero está ahí.
Contenido extra: secundarias, recompensas, trofeos…
No debemos terminar este análisis sin echar un vistazo a todo el contenido extra que tiene Odyssey, que no es poco. Como buen RPG, tenemos una lista bastante decente de misiones secundarias variadas que consistirán en búsquedas, resolver acertijos y preguntas y, cómo no, combatir y resolver situaciones, normalmente bastante divertidas. También tendremos que hacer nuestros pinitos como cazarrecompensas localizando por los mapas a canallas con recompensas a sus espaldas para aumentar el peso de nuestra cartera.

Aparte, tendremos nuestra zona de acampada en la cuál podremos celebrar fiestas que nos darán bonos en combate, fusionar accesorios con Robin para mejorar sus efectos, cocinar platos hiper útiles de la mano de Sanji y crear herramientas recomendables de usar gracias a Usopp. Otras dos funciones de esta zona son la enciclopedia de datos, que realmente no tiene utilidad alguna, y el cambio de atuendo, una de las grandes decepciones personales del título pese a ser algo menor.
Cuando se anunció la posibilidad de cambiar de atuendo, algo que tienen muchos juegos de la serie, todo el fandom se alegró, ya que normalmente se prefieren los diseños anteriores al time skip. La alegría sirvió de poco, ya que la única forma de conseguir los atuendos era reservando el juego (trajes pre-time skip) u obteniendo la versión Deluxe (Sogeking) y el juego base no tiene atuendos extras para conseguir, por desgracia.
En cuanto a los trofeos y conseguir el 100% del juego, la lista de cosas que tendremos que hacer no es precisamente escueta: tenemos los típicos desafíos de conseguir todas las recetas, recompensas, misiones, etcétera así como una larga lista de cubos de mejora que iremos recogiendo casi sin darnos cuenta, abrir todos los cofres del tesoro (que, os aseguro, no son pocos), algún contenido post-game dedicado a jefes extra y las actividades específicas que solo algunos personajes pueden realizar. Por ejemplo, Nami es capaz de detectar dinero cuando la manejas, Franky construir puentes, Usopp derribar nidos de pájaros, Zoro cortar puertas…
Conclusiones
ONE PIECE Odyssey es un buen juego del género RPG y uno de los mejores títulos que hayan sacado para consolas la franquicia. Divertido, completo, lleno de cosas por hacer y un auténtico come-horas sin darnos cuenta que cuenta con un detallado mundo repleto de acción por turnos que no solo no se hace pesada sino que, por suerte, es fluido y entretenido.
Lleno de cinemáticas de alto nivel, la historia original de la isla Waford no decepciona y se nota la mano de Oda en esta aventura en la que nuestros queridos Sombreros de Paja se reencontrarán con algunas de las partes más importantes e incluso traumáticas de sus más de dos años de aventuras juntos. Tras más de cuarenta horas inmerso en él, puedo decir tranquilamente que es el juego que merecía la serie para su cumpleaños número veinticinco. ¡Por muchos años más de ONE PIECE!
ONE PIECE Odyssey
Puntuación Final - 8
8
Recomendado
La odisea en Waford de los Sombrero de Paja es uno de los mejores juegos de la franquicia. Tiene fallos fácilmente evitables pero, en conjunto, tenemos una aventura completa, larga, mimada e interesante, especialmente para los fans de las aventuras de Luffy y compañía.