Es muy común ver hoy en día juegos inspirados en grandes obras, ya sea por la trama o por las mecánicas. Estos homenajes son por lo general interesantes y nos permiten volver a las raíces de juegos que a lo mejor, hoy en día han cambiado mucho.
Uno de esos títulos es Oceanhorn 2: Knights of the Lost Realm, una continuación no directa del todo en lo narrativo, que al igual que su primera parte trata de seguir los pasos de un titán como The Legend of Zelda. Unos pasos que dejan una huella tal vez demasiado grande para este juego que, si bien está lleno de buenas intenciones y trabajo duro, falla en características esenciales y en las cuales tal vez deberían haberse centrado más.

Ganas de narrar
La trama de Oceanhorn 2: Knights of the Lost Realm tiene un planteamiento bastante interesante, con un mundo en decadencia que llega a su fin y un niño entregado por un misterioso mago. Todo ello suena de fábula al principio y, pese a parecer desinflarse al poco de empezar, la trama enseguida se retoma con tintes muy curiosos. El problema es que no es constante con esto y tiene demasiados altibajos, de manera que por mucho que se esfuerce, según avancemos en la historia, esta pierde fuerza. Aun así, no es nada desastroso y al final queda dentro de lo aceptable tirando a bastante bien.

Un gran problema que acentúa esto es su narrativa. Aunque se nota que hay un esfuerzo para contar cosas interesantes y un trabajo de diseño narrativo detrás, no acaba de saber administrar sus tiempos y peca de momentos áridos muy frecuentemente. Dicho problema también ocurre en otros juegos, de forma más sutil, muchas veces enmascarado por un buen sistema de juego, algo que por desgracia aquí no pasa.
En términos generales la historia y su concepto no está mal, pero todo argumento está compuesto de muchas caras a la hora de desarrollarlo y llevarlo a acabo. Así que es una pena que en este sentido algo a lo que se le ve tanto trabajo no acabe de cuajar.
Inspired by Zelda
No es un secreto para nadie si digo que este juego bebe de The Legend of Zelda como un hijo sigue los pasos de su padre. Es evidente que los desarrolladores tienen una gran pasión por la mítica saga de Nintendo, algo que ya pudieron demostrar en la primera parte de este juego, donde inspirándose en los Zelda en 2D nos dieron una obra bastante competente y bien construida.

El juego está plagado de detalles, como el hecho de poder usar vehículos, que hacen de esta aventura una obra que quiere estar un poco más allá
El problema viene cuando al hacer un segundo título pasamos a algo más ambicioso y complejo. Más no siempre significa mejor, y mejor no siempre es sinónimo de éxito en tu cometido, ya que al hacer las cosas más complejas, estas requerirán más trabajo por tu parte y los posibles errores que cometas serán más grandes y evidentes.
Los fallos en sí son básicamente que el juego a nivel de mecánicas no está a la altura ni del Zelda: Ocarina of Time, que fue el primer Zelda en 3D. Por ejemplo, si empezamos por su combate, estamos ante algo completamente tosco y con poca fluidez, con unas hitboxes algo difusas y unas dinámicas turbias, que en general hacen de todo esto algo incómodo y poco apetecible. En resumen, nos ofrece un movimiento y una interpretación de sus mecánicas que se aprecian excesivamente anticuadas.
Oceanhorn 2: Knights of the Lost Realm se esfuerza, pese al combate, en ofrecer dinámicas distintas y llamativas. Como el uso de pistola y hechizos o la ayuda de otros personajes para resolver puzles y algunos combates. Además en las mazmorras y las distintas zonas del mapa podemos ver un diseño interesante, bastante bien pensado y con sentido, que denota que realmente hay mucho trabajo detrás. Por supuesto, el juego está plagado de detalles, como el hecho de poder usar vehículos, que hacen de esta aventura una obra que quiere estar un poco más allá de lo que se podría esperar de ella. Pero este esfuerzo no vale de nada si las bases no son sólidas y el juego en términos generales no se siente agradable y adictivo.

Bonito, pero le falta algo…
Lo que es o no bonito, puede ser algo que este siempre abierto a debate. Pero siempre existen ciertos criterios comunes para poder decir, aunque sea de forma subjetiva, que algo se ve bien y compartirlo con más personas. En este sentido y sobre Oceanhorn 2: Knights of the Lost Realm he decir que el juego es bastante irregular. Por un lado, a nivel de diseño artístico estamos ante una obra muy bonita y llamativa, con unos colores muy vivos y una estética que encaja a la perfección con el estilo general del juego. Pero por otro lado las texturas y los modelados 3D son algo rígidos, un detalle que se ve sobre todo en movimiento, pero que tampoco es que sea el más determinante en un juego de este estilo, aunque claro está lo lastra, haciéndolo verse peor de lo que el juego realmente es.
De hecho, gran parte del problema de sus mecánicas no está en la definición de estas y como interactúan con el entorno, ya que hay detalles interesantes como el hecho de algunos elementos trabajan entre sí como con el fuego y la madera, por ejemplo. Está en como percibimos nosotros todo ello y su aspecto ortopédico por el tipo de movimiento que define, que hace que cosas como el combate, además de ser simples, se vea mal definidas y torpes.
La banda sonora no está mal, es bastante representativa y acompaña muy bien a la acción. Aunque no es nada destacable y a la larga se vuelve un poco insulsa. Hecho que, aunque en muchos juegos viene bien, aquí se percibe como algo pobre, ya que esta podría transmitir mucho más de ser más espectacular.
Un buen camino lleno de baches
Hay muchas formas de ver las cosas. Podemos centrarnos en aspectos concretos o en su forma general y dependiendo de esto, podemos sacar diferentes conclusiones. Oceanhorn 2: Knights of the Lost Realm a grandes rasgos es un juego correcto y con muy buenos detalles, que denota gran trabajo y esfuerzo. Pero al mismo tiempo con unas carencias que son imposibles de ignorar y difíciles de perdonar a estas alturas.
Al final nos queda una obra notable pero muy justa que si bien es disfrutable, no alcanza en muchos aspectos lo mínimo que se le podría pedir. Una absoluta pena que sin embargo no nos quita la posibilidad de jugar una tercera parte, mucho mejor en el futuro.
Oceanhorn 2: Knights of the Lost Realm
Puntuación Final - 7
7
Interesante
Oceanhorn 2: Knights of the Lost Realm a grandes rasgos es un juego correcto y con muy buenos detalles, que denota gran trabajo y esfuerzo. Pero al mismo tiempo con unas carencias que son imposibles de ignorar y difíciles de perdonar a estas alturas.