NUTS – Análisis PC

¿Qué traman las ardillas recopilando nueces sin parar? Quizás esta fue la pregunta que se hizo el equipo de Noodlecake Studios al empezar a desarrollar NUTS. El nuevo juego indie del estudio canadiense que sorprendió y maravilló con Alto’s Adventure y Alto’s Odissey.

En NUTS nos ponemos en la piel de un investigador de campo en prácticas que debe pasar varias semanas en el bosque de Melmoth con el objetivo de entender el comportamiento de las ardillas. La Universidad de Viago nos ha contratado para este estudio que realizamos aislados en una caravana en medio de este bosque. Para ello disponemos de varias cámaras fotográficas y un equipo de televisores. Así como un GPS con el que nuestra jefa, doctora Nina Scholz, nos actualizará localizaciones para seguir a las ardillas.

 Ardillas, cámaras y acción

La mecánica de NUTS es bastante sencilla. Durante el día nos orientamos con un mapa y un GPS proporcionado por la Universidad. Con las localizaciones facilitadas por la doctora Scholz, debemos instalar las cámaras fotográficas por el bosque para intentar grabar a las ardillas. Cuando llega la noche debemos revisar las grabaciones para descubrir qué traman las ardillas.

Colocar cámaras y revisar las grabaciones para entender a las ardillas.

Estos roedores de Melmoth repiten cada noche el mismo recorrido. Por lo que debemos mover y ajustar nuestras cámaras para descubrir cuáles son sus pasos y dónde esconden su alijo de nueces. Debemos imprimir fotografías de estas grabaciones para hacérselas llegar por fax a la doctora Scholz y que nos guíe en esta investigación mediante llamadas telefónicas. Sí, habéis leído bien. Televisores de tubo, impresoras, fax y teléfonos con cables. Esta tecnología tan analógica es de agradecer si la comparamos con otras propuestas mucho más futuristas o tecnológicas.

Con el paso de las noches y los días, al cambiar de sitio las cámaras vamos completando los huecos del recorrido de estas intrigantes ardillas. En NUTS nos enfrentamos a seis capítulos que se corresponden con seis escenarios diferentes del bosque de Melmoth. A medida que avanzamos en la historia y en los escenarios, la dificultad para conseguir los ansiados vídeos de las ardillas va en crescendo. Sin embargo, esta ingeniosa propuesta se torna en una mecánica repetitiva nivel tras nivel, ya que sus desarrolladores no proponen nada nuevo a medida que avanzamos por los capítulos.

 Buena premisa e intrigante historia

Los cinco desarrolladores de NUTS —Joon, Pol, Muuutsch, Char y Torfi— ofrecen un juego contemplativo que plantea una interesante premisa. Y que, además, por momentos resulta intrigante e inquietante por la atmósfera del lugar. La investigación del comportamiento de las ardillas la vivimos en presente y en pasado. La doctora Scholz también realizó su propia estancia en el bosque estudiando a las ardillas durante los años ochenta. Y, gracias a varias cintas de grabadora desperdigadas por los escenarios, podemos acceder a las experiencias de Nina.

Pese a su ingeniosa premisa, NUTS demasiadas preguntas sin respuestas.

Una investigación que se entremezcla con una aparente trama de corrupción urbanística que se dibuja de manera muy superficial y diluida en la investigación. Esta trama se plasma en la construcción de una presa que una empresa lleva años queriendo construir en Melmoth. Una presa que pondría en peligro el futuro de las ardillas en el bosque.

NUTS plantea varios interrogantes: ¿de dónde recibe el dinero la Universidad de Viago? ¿Cuál es la empresa que está detrás de la construcción de la presa? ¿Qué hace un cementerio de coches abandonados en un bosque? ¿Qué ha pasado con Simon, nuestro ayudante en el bosque? ¿Quién ha publicado el informe con los datos de nuestra investigación? Sin embargo, no consigue responder a ninguna de estas preguntas. A lo que se suma un final algo rocambolesco que nos deja una sensación agridulce.

 Un estilo artístico en negativo

El mayor atractivo de NUTS reside, sin ninguna duda, en su apartado artístico. El juego de Noodlecake Studios cuenta con un estilo que recuerda a un negativo de un carrete fotográfico. Los colores saturados hasta el extremo, atraen poderosamente la atención al jugarlo. Una paleta de colores minimalista que ofrece tonalidades opuestas, generando esa sensación de negativo. Una sensación que se acentúa aún más con los colores mostrados durante las noches que transcurren en NUTS.

Efectos sonoros que dan vida al bosque de Melmoth.

Pese a contar con un diseño de arte minimalista, NUTS cuida al máximo los detalles del pequeño universo de Melmoth. Un bosque por el que podemos pasear, tan solo durante el día eso sí, y contemplar los árboles, las ardillas, el río, los coches abandonados… Una cantidad de objetos con un trabajado y mimado proceso de modelado y texturizado.

Otro aspecto en el que también brilla es el apartado sonoro. Y es que NUTS consigue una espléndida ambientación que nos sumerge de lleno en el bosque. Los efectos sonoros recrean a la perfección los sonidos de las cámaras, las cintas, el rebobinado, el fax, las ardillas, el agua… Un tapiz de sonidos que dan vida a Melmoth. Sin embargo, este aspecto se contrapone con el hecho de que más allá de las ardillas y nuestra presencia, no tenemos sensación de vida en el bosque.

 NUTS sabe a poco y nos deja queriendo algo más

Después de algo más de tres horas jugando a NUTS, el juego deja una sensación agridulce. Tras dos primeros capítulos emocionantes y completamente inmersivos en la historia y en las mecánicas, el interés decae progresivamente. Para resurgir, quizás, durante el último acto del juego en el que la tensión y la dificultad aumentan considerablemente.

NUTS se arriesga con esta investigación de las adorables ardillas que resulta arriesgada, con una historia y unas mecánicas sencillas e ingeniosas. Sin profundizar ni desarrollar al 100% los entramados de la investigación y los misterios que plantea, NUTS peca de simplón. Aunque consigue atrapar nuestra atención durante los primeros compases del juego, desde Noodlecake deberían haber sido menos conservadores y haber propuesto algo más a medida que avanzamos en la investigación.

El camino durante los seis capítulos, aunque resulte repetitivo en cuanto a las mecánicas, se disfruta. Conseguimos disfrutar de este misterioso bosque y de sus habitantes. NUTS consigue que nos preocupemos por sus ardillas y por el destino del bosque (quizás en vano). Pero, sobre todo, ofrece una experiencia contemplativa y sensorial gracias a su maravilloso diseño de arte y a un apartado sonoro que te atrapa.