Analizar una remasterización de un producto con muchos años a sus espaldas, máximes si es de una saga tan legendaria como la que nos ocupa, suele ser complicado. Contextualizar la obra en su época y equilibrarlo con cómo se siente a día de hoy, a la vez que evaluar sus extras y añadidos, es una labor en la que no hay un criterio o consenso claro.
Sin embargo, Ninja Gaiden: Master Collection es posible que sea una de las remasterizaciones más fáciles de analizar a las que me he enfrentado, pues presenta tres títulos que, aún a día de hoy, pueden estar en lo más alto del género hack and slash (al menos sus dos primeras partes); probé los tres en su momento de forma superficial, pero nunca me había sumergido en ellos en profundidad. Teniendo en cuenta que mis exponentes favoritos del género son Bayonetta 2 y Devil May Cry 5, dos títulos muchos más recientes que los aquí analizados, constata la calidad atemporal de las últimas aventuras de Ryu Hayabusa.
Frenética violencia
No me detendré ni un ápice en desgranar el argumento de ninguna de las tres propuestas, ya que los considero meros vehículos para el auténtico espectáculo que representa la jugabilidad de estas tres joyas. El protagonista de los tres juegos es Ryu Hayabusa, un habilidoso ninja que tendrá que abrirse camino derrotando hordas de demonios y guerreros que no le pondrán las cosas nada fáciles; habrá otros cuatro personajes que podremos controlar (dependiendo de la aventura que juguemos), muy bien diferenciados del propio Hayabusa, como la ninja Ayane (que viene de la saga de lucha Dead or Alive) o Rachel, una cazadora de demonios con un martillo-guadaña tremendamente efectivo a la hora de decapitar enormes demonios.

Los tres Ninja Gaiden son exigentes juegos de acción hack and slash en tercera persona. Sus niveles combinarán oleadas de enemigos con pequeños “puzles” de encontrar llaves y hacer operar ciertos mecanismos sencillos. Estas fases serán casi totalmente lineales, pero esconden a su vez muchos secretos que descubrir si rebuscamos bien, como tesoros ocultos tras cuadros o cofres que pueden llegar a contener armas. Con las almas que conseguimos derrotando a los enemigos, podremos comprar objetos curativos, para recuperar nuestra magia Ninpo (que funcionan a modo de hechizos de diferentes tipos) o mejorar nuestras armas, cambiando su aspecto y aumentando su potencia.
El primer Ninja Gaiden, procedente de la primera Xbox en el año 2004, sorprende por la calidad que sigue atesorando a los mandos. Perdonando su apartado técnico de otra época, su jugabilidad sigue siendo excelsa. Podría pasar por un juego actual sin ningún problema, ha envejecido estupendamente bien. Ryu se mueve con una agilidad endiablada por los escenarios, corriendo por las paredes, saltando sobre los enemigos, esquivando… es un gustazo pelear con él, pocos juegos me transmiten de la misma forma la sensación de estar manejando a un ninja. Escenarios y enemigos variados, varias armas que encontraremos (o no) y mejoraremos, y personajes y escenarios que animan a ser explorados por los secretos que esconden. Incluso incluye varios niveles de dificultad y asistencia para paliar su exigente dificultad, haciéndolo accesible para cualquier tipo de usuario. Únicamente hay que perdonarle un apartado técnico algo simple y una cámara que nos dejará vendidos en más de una ocasión.
Una auténtica joya que nos prepara para el cénit de calidad que veremos con Ninja Gaiden Sigma 2. Cabe destacar que la versión de esta primera entrega que nos llega es la revisión Sigma (que salió en 2007 para PS3), posterior a la Black.
Ninja Gaiden Sigma 2 es, aún a día de hoy, uno de los mejores hack and slash de la historia para un servidor. Si el anterior daba el pego como un juego actual (aunque con unos gráficos desfasados), aquí estamos ante una entrega que mejora en absolutamente todos los apartados a su predecesor. No solo cuenta con un apartado técnico realmente solvente, sino que además sus diseños de escenarios, jefes y enemigos son tremendamente carismáticos. Además, los combates son más frenéticos si cabe, hay más armas y hechizos Ninpo, y añade una mecánica que me parece una absoluta genialidad, que se mantendrá en Ninja Gaiden 3: las mutilaciones a los enemigos.
Durante el fragor de la batalla, podremos cortar miembros de nuestros rivales. Éstos, lejos de rendirse, seguirán luchando a no ser que les ejecutemos (algo parecido a las Glory Kills de Doom), y de hecho se volverán casi más peligrosos: sabiéndose perdedores, intentarán agarrarnos para inmolarse y quitarnos una gran cantidad de vida. Aquí también podemos apreciar otra enorme mejora con respecto a la primera parte, y es que los personajes cuentan con una gran variedad de movimientos y animaciones. El juego perdía algo de exploración a favor de una mayor importancia del combate, pero es que es tan divertido que es imposible cansarse de arrasar con las horas de villanos. La culminación de la obra de Tomonobu Itagaki, que abandonaría el barco en la tercera entrega, dejando una secuela incapaz de competir con la grandeza de Ninja Gaiden Sigma 2.

Aún sin añadidos al propio recopilatorio, jugar a estos tres títulos a día de hoy es una experiencia tremendamente disfrutable sin necesidad de contextualizar su lanzamiento
Ninja Gaiden 3: Razor’s Edge, el título incluido en este pack, es la versión ampliada de la polémica tercera parte. Mostrando un apartado técnico muy espectacular, junto a unos diseños muy interesantes, su mayor enfoque en un aspecto cinematográfico repercutió de forma muy negativa en la jugabilidad. Mucho más lineal que sus predecesores, muy centrado en los Quick Time Events, menos pulido y justo en general… Mientras los combates con las hordas normales de enemigos siguen siendo divertidos, los encuentros con jefes finales revelan una mayor tosquedad, y una jugabilidad y ritmo menos refinados que los de Sigma 2. Sin dejar de ser un más que notable juego de acción, no es capaz de superar la sombra de su legado.
Un port sin muchos extras
Ninja Gaiden: Master Collection incluye estos tres títulos de una forma bastante simple: no podemos acceder a ellos desde un directorio aparte, sino que se instalan los tres juegos por separado, teniendo que salir y entrar cada vez que queramos cambiar. Un directorio común hubiera funcionado mucho mejor. Además, se han perdido las opciones multijugador con las que contaban estos juegos en su lanzamiento original. Se han mantenido muchos de esos modos, pero para un sólo jugador, convirtiéndose únicamente en arenas de desafío separadas de la aventura principal. La edición Deluxe incluye la banda sonora y un estupendo artbook digital, pero es algo que debería haber incluido el pack base como regalo a los fans, en lugar de los tres juegos “sin más”; por otro lado, cabe destacar que sale a un precio reducido, llevándote por 39,99 € un pack de tres juegos que te darán una enorme cantidad de horas de diversión.
En Switch se ven razonablemente bien, con una muy buena fluidez (720p y 60fps, tanto en dock como en portátil), aunque en modo portátil se ve afectada la nitidez, sobre todo en la segunda y tercera entrega, cuando hay escenarios al aire libre y muchos enemigos en pantalla. Nada que impida ser jugado, pero sí algo bastante llamativo. No he encontrado bugs de importancia durante mis partidas, y las funciones de guardado y accesibilidad de los tres juegos son estupendas, con varios niveles de dificultad y textos en castellano.
Conclusiones
Ninja Gaiden: Master Collection es una auténtica joya. Aún sin añadidos al propio recopilatorio, jugar a estos tres títulos a día de hoy es una experiencia tremendamente disfrutable sin necesidad de contextualizar su lanzamiento. Simplemente, disfrutar de tres (bueno, más bien dos) referentes del género, y sorprenderse de cómo los buenos trabajos, conceptos y diseños son capaces de perdurar los años que hagan falta.
Ninja Gaiden: Master Collection
Puntuación Final - 8
8
Recomendado
Ninja Gaiden: Master Collection es una gran adquisición para los fans de los hack and slash. Su valor va más allá de ser historia viva de los videojuegos, siendo los tres juegos, aún a día de hoy, referentes de su género.