Seguro que muchos de los jugadores que llevamos ya unos años largos en PC hemos vivido de alguna forma (en plan manqueo o en plan pro) los juegos de gestión y estratégia. Y no solo hablo de títulos de temática bélica como puedan ser Age of Empires y la obra maestra que es su secuela, si no también de títulos que, alejándose un poco del combate, centran su estratégia en la gestión de recursos, pero sin dejar de lado esa mítica perspectiva isométrica tan típica en el género, o esos gráficos coloridos y satisfactorios.
¡En efecto! Hablo de los juegos de Impressions Games, compañia responsable de sagas como Caesar, Pharaoh, o Zeus entre otras, dando lugar a tremendos clásicos de la estratégia ambientados cada uno en una civilización (romana, egipcia y griega respectivamente). Esta gente alcanzó la perfección con su Caesar 3, una obra maestra recordada a dia de hoy como uno de los mejores juegos de gestión de todos los tiempos.
Pues bien, lo que tenemos aquí, este título de nombre extraño llamado Nebuchadnezzar (Nabucodonosor para los amigos) es un nuevo juego de gestión desarrollado por Nepos Games (solo dos personas) que sigue la estela de los juegos de Impressions Games. Y como marca la tradición, este juego se ambientará en una civilización concreta, de manera que esta vez viajaremos a la antigua Mesopotamia. La cuestión es: ¿Estará a la altura de los juegos de Impressions Games?
Formando parte de la historia
Como ya os he comentado, este Nebuchadnezzar se ambienta en la civilización Mesopotámica, y si no tenéis ni idea de historia y esas cosas, no os preocupéis. ¡El juego también tiene su toque educativo! Y es que a lo largo de sus doce misiones principales se nos explicará, con bastante detalle, todo lo que rodea a esta civilización. Así que, de paso, estamos ante un juego que puede enriquecer bastante nuestros conocimientos de historia, pero para nada se trata de uno de esos aburridos juegos educativos con los que nos la intentaban colar cuando eramos peques.
Los gráficos y la música recuerdan a la mejor etapa del género.
Por otro lado, el juego no solo explora la historia de Mesopotamia: también explora la historia del videojuego de gestión y estratégia en general. Y esto es porque en todo momento, nos sentiremos como si estuvieramos jugando a uno de esos títulos de Impressions Games, lo que puede suponer para según que personas un x1000 en el valor añadido a este título.
¿Y cómo se consigue esto? Bueno, pues se trata de una combinación de varios factores. En primer lugar, un apartado artístico extremadamente bello y acojedor, que con sus sprites de alta definición, sus colores y su perspectiva isométrica nos transladan diréctamente a la mejor época del género en los años 90. Por supuesto todo esto acompañado de una banda sonora exquisita, con unas composiciones que enganchan y relajan a partes iguales, teniendo además poco que envidiar a lo escuchado en la música de otros títulos similares (a ver, no llega al nivel de la banda sonora de Age of Empires, pero por ahí cerca anda).
Pero sin duda alguna, donde más recuerda a los clásicos del género es en su jugabilidad, de la que hablaremos a continuación.

Un puzle de gestión y estratégia
Nebuchadnezzar nos propone una campaña principal con doce misiones, estas tendrán una dificultad que aumenta gradualmente, pero vaya, no se trata de un juego precisamente fácil. Podríamos decir que el juego aprovecha sus primeras misiones para iniciar a los nuevos, y después el juego deleitará a los veteranos en el género con una dificultad muy elevada, pero que en ningún momento resulta injusta.
Entonces ¿como se juega a Nebuchadnezzar? Bueno, pues en cada misión tendremos una serie que objetivos a cumplir, como por ejemplo llevar a cierto número de población o conseguir la puntuación que sea en según que apartado. Para ello tan solo tendremos que construir una ciudad, dar trabajo a los pobladores y lo más importante, que a nadie le falte de nada para sobrevivir, porque si no nos dirán que hasta luego y se irán.
La dificultad del juego incrementa progresivamente desbloqueando nuevas posibilidades y mecánicas.
Pero bueno, suena simple ¿Verdad? ¡Pues no! Nebuchadnezzar es de todo menos simple, y la razón principal es que cada misión desbloquea nuevas posibilidades y mecánicas que van enredando poco a poco todo el conjunto. Y es que aquí todo funciona como una cadena, es decir: Necesitamos ciudadanos que trabajen para conseguir recursos, estos recursos tendrán que repartirse, si el reparto de recursos no está bien hecho los ciudadanos se largarán, si se largan no hay trabajadores, si no hay trabajadores no hay recursos que repartir, si no hay recursos que repartir ¡BOOM! Toca reiniciar misión.
Y para colmo, todo esto se complica mucho más cuando llegan las diferentes clases sociales, y por tanto esta cadena se ampliará provocando que los pobres tengan que mantener los recursos de los más ricos y así sucesivamente. Lo que significa que un mínimo fallo puede provocar un “efecto dominó” que nos haga perderlo todo en cuestión de segundos.

El juego es muy desafiante, un solo fallo puede obligarte a reiniciar la misión.
Y aquí entra de lleno la estrategia y la gestión, donde en Nebuchadnezzar se hace especial hincapié en la parte logística, con mecánicas que necesitarán horas de práctica para entender y dominar. El motivo es que hay que aprovechar al máximo todo el espacio disponible en el mapa (que no es precisamente grande) para colocar todos los edificios (diferentes tipos de casas y edificios de producción), teniendo además en cuenta factores como la contaminación o el atractivo del terreno.
Y aquí también se puede producir un “efecto dominó” al más mínimo fallo; por ejemplo, una granja mal colocada puede provocar que desaprovechemos el espacio para colocar otra granja, con lo que no tendremos una producción óptima; entonces los edificios que utilizan los bienes producidos por dicha granja no tendrán el rendimiento adecuado. Y ya os podéis imaginar como termina todo esto: sí, con la población largándose de la ciudad por falta de recursos y con nosotros reiniciando la misión.
Pero más pronto que tarde es posible que nos quedemos sin sitio en el mapa. Entonces habrá que tirar de las mecánicas de importación y exportación de bienes. Lo cual, por cierto, es la única forma de conseguir dinero para seguir ampliando la ciudad. Pero para ello necesitaremos un puerto, y da igual cuanta costa haya en el mapa, ya que debido a la estructura en “grid” de este, tanto el puerto como cualquier edificio se tendrán que colocar de una manera muy específica.

También se hace imprescindible hablar de los monumentos. Estos serán enormes construcciones totalmente personalizables que necesitarán gran cantidad de espacio y recursos, lo que supone un añadido más a la dificultad del juego. Eso sí, la parte de personalización del monumento se ha implementado únicamente para el regustillo del jugador, ya que no aporta nada en sí. Además las herramientas e interfaces de personalización resultan algo confusas, pero bueno, no es justamente lo más importante del juego.
La campaña principal y el contenido secundario suman muchas horas de entretenimiento.
Nebuchadnezzar es un juego bastante dificil, necesitaremos mucho tiempo para acostumbrarnos a sus mecánicas y posiblemente varios intentos a partir de la quinta o sexta misión. Y ojo, sus doce misiones pueden dar para unas 30 horas de juego en función de nuestra habilidad como estrategas.
Pero es que justamente por esa elevada dificultad Nebuchadnezzar es un juego tan bueno. Porque en esencia estamos frente a un puzle en el que nosotros decidimos donde colocar y como organizar cada una de sus piezas, y si nos sale mal tendremos un enorme abanico de posibilidades más para probar hasta dar con una solución. Y será en ese momento cuando el juego nos devolverá una enorme satisfacción.

Y para terminar tenemos que hablar sobre el contenido que trae este juego ¿Solo doce misiones principales? Bueno, se trata de un contenido que se irá ampliando con sucesivas actualizaciones, por ejemplo, el último parche trae nuevos modos de juego y escenarios en los que realizar objetivos concretos. Con lo cual no descartamos que en el futuro se publiquen nuevas campañas. Pero, si a alguien le parece que esto es poco contenido (que ya de entrada nos puede dar como para unas 50 horas con todo lo que hay) , también tenemos a nuestro alcance las creaciones de la comunidad gracias a Steam Workshop.
Conclusiones
Llegados a este punto, podemos afirmar con firmeza que Nebuchadnezzar está a la altura de los viejos títulos de Impressions Games. Es un juego muy desafiante y adictivo que nos puede tener horas enganchados, con un estilazo retro para enamorar a los amantes de lo clásico y sobre todo, muy satisfactorio.
Sin lugar a dudas, un juego extremadamente recomendable y tambien uno de los mejores juegos de gestión y estratégia que he podido probar en los últimos años.
Nebuchadnezzar
Puntuación Final - 10
10
Obra maestra
Todo un digno sucesor de los juegos de Impressions Games. Un magnífico juego de estrategia y gestión de aroma clásico.