Mutropolis – Análisis PC

Durante los últimos cincos años Pirita Studio ha estado trabajando en Mutropolis. El estudio madrileño ha viajado al futuro para desarrollar esta aventura gráfica de ciencia ficción. Han trabajado de la mano de Application Systems Heidelberg para lanzar su ópera prima en PC (podéis encontrarla disponible en Steam).

Mutropolis es un videojuego de aventura de point and click que se ambienta en el año 5000. La humanidad dejó la Tierra hace 3000 años y se ha asentado en Marte, olvidando parte de la historia. Es por eso que, ahora, un grupo de arqueólogos ha vuelto a la Tierra para desenterrar antiguos tesoros.

Pirita Studio nos pone en la piel de Henry Dijon, un arqueólogo que tiene que investigar la desaparición del jefe de su expedición. El doctor Tatel se ha desvanecido en extrañas circunstancias justo cuando habían encontrado evidencias de la existencia de Mutropolis. Una legendaria ciudad escondida en el sector 7 del Planeta Tierra. De la mano de Henry nos maravillaremos de los ecos del pasado y disfrutaremos explorar e investigar.

 Aventura gráfica de las de antes

Mutropolis es una aventura gráfica que sigue los esquemas de grandes títulos del género como Monkey Island, Hollywood Monsters o Broken Sword. Con la ayuda de nuestro ratón y las conversaciones de Henry y el resto de personajes, unido a las interacciones con los objetos que vamos encontrando, debemos avanzar en esta trama de misterio.

Los puzles en ocasiones carecen de lógica y no guardan relación con la narrativa

Los puzles son el elemento central de Mutropolis que, en ocasiones, pueden ser todo un reto para los jugadores ya que muchas de la soluciones dependen únicamente de la extraña y disparatada lógica del universo del juego. Para poder resolverlos debemos estar atentos de todas las conversaciones y de los propios pensamientos de Henry para encontrar ese detalle que nos ofrezca una pista sobre cómo resolver un puzle. Sin embargo, un gran porcentaje de los puzles a los que nos enfrentamos no guardan relación directa con la narrativa y puede resultar algo tedioso y se hubiera agradecido un sistema de pistas.

A medida que avanzamos en la investigación, junto a Henry vamos descubriendo nuevas localizaciones. Nos movemos por los escenarios en función de los puzles que vayamos resolviendo. No avanzamos al siguiente enclave hasta que no hayamos resuelto el puzle del anterior. Una forma de gestionar la dificultad y de que los jugadores no se sientan abrumados por la cantidad de escenarios y personajes. Todo llega a su debido tiempo en Mutropolis.

 Belleza por los cuatro costados

El apartado estético es quizás el mayor baluarte de Mutropolis que destaca por el mimo y la dedicación que se desprenden de la ilustraciones. Y es que todos los escenarios y los elementos que los pueblan han sido dibujados a mano, logrando un estilo visual único. Los dibujos a acuarela y los tonos pastel dominan los escenarios de Mutropolis que recuerdan acertadamente a los del aclamado Broken Age.

Tonos pastel y dibujos a acuarela

Otro de los puntos fuertes de esta aventura gráfica recae en sus personajes. Un pintoresco elenco que acompaña a Henry y que dota de realismo a esta historia. Gracias, en parte, al gran trabajo de doblaje que hay detrás y cuyas voces (en inglés) reflejan a la perfección la personalidad de todos y cada uno de los personajes. Somos testigos de interesantes y ocurrentes diálogos que nos permiten empatizar con este crisol de acompañantes de nuestra investigación.

Con una narrativa que mezcla el misterio de la desaparición del doctor Tatel con una buena dosis de humor y sátira. Todo ello acompañado de infinidad de ingeniosas referencias a la cultura pop. Mutropolis es ese universo en el que los graffitis son las pinturas rupestres del futuro. La historia te atrapa y, desde el principio, queremos descubrir quién está detrás del secuestro de Tatel y desentrañar los misterios de Mutropolis.

 Sencillez ante todo

Acostumbrarse a los controles de Mutropolis resulta muy sencillo y la mayoría de nuestras acciones tan solo requieren un clic de ratón. Con tan solo mover la rueda del ratón podremos abrir el inventario y con tan solo un clic podremos interactuar con los objetos o combinarlos entre sí. Una interfaz simple, pero útil. Mutropolis deja de lado los tediosos menús de las antiguas aventuras clásicas en los que teníamos infinidad de posibles acciones.

Sencillo pero efectivo

Sin embargo, sencillez no es sinónimo de simplismo. Y es que los dos desarrolladores de Mutropolis, Beatriz Gascón y Juan Pablo González, han pulido al máximo los detalles de su debut en la industria. Por lo que tenemos que aplaudir ferviertemente el trabajo de los componentes de Pirita Studio. Puesto que desarrollar un juego únicamente entre dos personas no es tarea sencilla, pero, hacerlo de manera tan acertada, es algo poco habitual.

El apartado sonoro de Mutropolis no destaca demasiado y quizás queda en un segundo plano frente al gran impacto del apartado visual que tiene todo el protagonismo. La banda sonora se adapta a cada escenario y a cada situación, ofreciendo diversas melodías que son fácilmente olvidables.

 Conclusiones

La mezcla de puzles con mini-juegos resulta basante refrescante y da un respiro a los jugadores menos acostumbrados a las aventuras gráficas. Como ya he destacado anteriormente, los puzles son en ocasiones retorcidos y nos obligarán a prestar atención a todos los diálogos y todos los objetos que encontramos.

No obstante, en ocasiones objetos con los que en un principio no podemos interactuar, si lo serán más adelante. Y también algunos puzles no guardan tienen un sentido lógico ni guardan relación con la narrativa. Algo que puede resultar confuso. Quizás hubiera sido conveniente añadir un sistema de pistas como el que vemos en otros títulos del género.

El universo que ofrece Mutropolis nos hace querer saber más desde el principio y consigue una efectiva amalgama de arqueología y ciencia ficción. Un mundo excéntrico en el que viviremos situaciones extraordinarias y en el que nos relacionamos con personajes de lo más pintorescos. Y es precisamente en su universo donde encontramos otro de sus puntos fuertes, con una narrativa pintoresca, fresca y muy divertida. Un videojuego que podemos completar en unas 10 horas de juego.

Todo ello rodeado empaquetado con un estilo visual bellísimo con esa mezcla de acuarelas y tonos pastel. Un apartado visual extramadamente cuidado y con una gran cantidad de detalles. Un estilo tan efectivo y entrañable que deja en segundo plano el apartado sonoro.